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Pisos de mármol reconstituido, rejas geométricas, divisiones vidriadas y colores fané recuperaron su brillo gracias a una restauración amorosa. “Y pensar que hace diez años, fue mi locura”, dice el mismo tango que comienza con ese bello y rotundo: “Sola, fané y descangallada”. Con mucho menos drama, lo que evoca esta casa de 1972 es el triunfo del hombre sobre el deterioro del tiempo.
Ese hombre en esta historia es el arquitecto Matías Vogliano, quien vio (e hizo ver a los dueños) estos espacios y sus elementos en contexto. "En todo momento insistí en la calidad de los materiales y la importancia de preservarlos; que hiciéramos el ejercicio de olvidarnos de revestimientos y terminaciones equivocadas para rescatar la naturaleza de la casa".
"Al modificar ambientes era inevitable romper. Hicimos un trabajo artesanal para conservar el piso de mármol."
Arq. Matías Vogliano
Replanteo de la cocina original
Remodelado, el vajillero existente separa y permite independizar la cocina pintada de negro, rediseñada por el Estudio. El nuevo planteo, que modernizó y amplió sus funciones, incluye un amplio ventanal, la isla y una despensa sobre un antiguo acceso desde el living.
“Las cambiamos”, sentenció inicialmente la dueña apuntando a las setentosas rejas blancas. El arquitecto sugirió pintarlas de negro. Además de “salvarlas”, las convirtió en un elemento distintivo
El nuevo esquema de la cocina trasladó las funciones principales a una isla central con mesada de Silestone, anafe y campana ‘Tube’ (Franke). Detrás está la zona de pileta con canilla ‘Kitchen Pro’ (Piazza). Amoblamiento en melamina ‘Olmo Finlandés’ (Faplac).
Ondas cautivantes
“Desde la primera vez que entré, me hizo acordar a la casa de mi tío, es una arquitectura que me remonta a mi infancia. Y ni hablar del quincho. El techo circular y el dibujo del piso le dan al jardín una onda tropical que me encanta”, dice la dueña de casa.
Afuera, el piso mantuvo su trazado ondulante, reemplazando los mosaicos rojos de la época por cemento alisado. El cantero circular con un arce japonés crea un foco de atención.
Suite con vestidor en planta alta
La suite principal se amplió avanzando sobre la terraza, una intervención que se distingue desde el contrafrente en toda su sutileza.
El flamante vestidor tiene las puertas de los placares originales de la casa, mientras que los cajones se reutilizaron en la nueva isla.
Típicas de los 70, las puertas enchapadas en fórmica estuvieron a punto de ser descartadas. El arquitecto convenció a los dueños de esperar al final, cuando el contexto permitiría realzar y defender su estética.
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