El relato del Minotauro y su laberinto es tan remoto como hermoso. Cualquier laberinto, no importa su tamaño, materialidad o dibujo, remite al que perfeccionaron las literaturas, de oscuros e intrincados senderos, bajo el palacio de Cnosos en la isla de Creta.
A los arqueólogos les costó reconocer la inexistencia de la prodigiosa construcción, prisión del monstruo mitad toro, mitad hombre, fruto del amor secreto de la esposa del rey Minos con un bello toro blanco. La venganza de Minos fue condenar al desdichado Minotauro a pasar sus días en soledad, encerrado en una prisión abierta, de la que no era posible encontrar la salida. Así, el más famoso laberinto en la tierra es uno literario.
Con menos espesor literario, fueron hallados dibujos de laberintos en América y en Asia, sin relación con la cultura minoica. En Egipto, bajo la forma de pasillos dentro de las pirámides, servían para ocultar mejor las cámaras fúnebres. El de los siete anillos a partir de una cruz y dos puntos es una figura arquetípica de pueblos aun más antiguos.
Umberto Eco sostuvo que los laberintos eran estructuras arquetípicas, nuestro modo de pensar el mundo o nuestro modo de adaptarnos a él como una especie de formula cósmica. La idea de que nuestra mente, en su complejidad, convive con algunas nociones monstruosas secretamente guardadas y muchas otras asociaciones le caben a la figura laberíntica. Se entra fácilmente, se sale con dificultad: es una visión de nuestras vidas.
En Borges, la idea de que cada uno de nuestros actos puede ser otro, llevándonos a situaciones impensadas, está genialmente expuesta en "El jardín de los senderos que se bifurcan". En sus intrincados dibujos percibimos el acto laborioso de una inteligencia perversa; a la vez, sucumbimos ante la belleza de sus entramados.
En el Medioevo, en Italia más que en Francia, fueron utilizados como símbolo de la peregrinación a Jerusalén, dibujos en mosaico sobre el piso que los fieles recorrían de rodillas. A partir del Renacimiento, época en la que los jardines se entienden como espacios de paseo, decorativos y de estructura formal, la figura laberíntica interviene como pieza de diseño.
Francia tuvo laberintos en el jardín de las Tullerías, en los jardines de Luxemburgo y otros castillos. Para los jardines del Palacio de Versalles, J. H. Mansart creó uno de grandes dimensiones bajo los bosques.
En Inglaterra, los primeros laberintos creados por celtas y vikingos bajo el nombre de "maze" eran de forma más o menos circular y dibujados como surcos en el césped. En 1690 se crea el de Hampton Court, ya como cerco de Taxus baccata podado y forma trapezoidal. Un siglo más tarde, en la era previctoriana, el laberinto —con nuevos diseños— tuvo amplia difusión en Inglaterra. El gusto por el estilo italiano, entre 1830 y 1840, en los jardines ingleses dio lugar a nuevos laberintos de cerco podado, en Taxus spp. o Buxus spp.
Laberinto de Montecarlo
Dentro del parque provincial Juan Vortisch de la ciudad de Montecarlo, en el corazón de Misiones, se encuentra este laberinto vegetal que ocupa una manzana entera y es un lugar de preservación de la vegetación que caracteriza esa región mesopotámica. El parque es también sede de la Fiesta Nacional de la Orquídea y la Fiesta Provincial de la Flor.
Billy Vaden, inmigrante alemán que se instaló en Montecarlo, diseñó este laberinto construido entre 1989 y 1991. Enmarcado por 1.715 metros lineales de Ligustrum sinensis, posee una pasarela elevada de madera para observarlo desde arriba. Una vez adentro, sus 3.100 m² de superficie ofrecen sólo dos salidas posibles.
Ubicación: Parque provincial Juan Vortisch, Montecarlo, Misiones. Está abierto al público durante todo el año.
Laberinto Borgeano
Dentro de la Finca Los Álamos se creó un laberinto en honor a Jorge Luis Borges. El escritor que visitó tantas veces esta finca, que asoció libro y laberinto en encrucijadas, cadencias y sentidos, tiene hoy un laberinto propio hecho de diez mil arbustos de boj. La obra fue un regalo y obra de arte que Randoll Coate, diseñador de laberintos y amigo de Borges, le hizo a Susana Bombal, escritora y amiga de ambos. El laberinto homenaje a Borges llegó a manos de Camilo Aldao, sobrino nieto de Susana, que se prometió hacer realidad la obra.
Ubicación: Calle Bombal s/n. Cuadro Nacional, San Rafael, Mendoza. Está abierto al público los fines de semana. www.laberintodeborges.com
Laberinto Patagonia
El laberinto tiene 76 metros de frente por largo y está realizado con 2.100 variedad macrocarpa y arizonica Cupressus. Algunos fueron reemplazados por pino oregón, que funciona muy bien en la zona. Después de tener las plantas dos años en macetas, fueron plantadas en mayo de 1996.
La idea fue de Claudio Levi, 22 años atrás, y todo comenzó como parte de un proceso de búsqueda personal. "Nunca fue pensado con la finalidad que hoy tiene, sino como un camino conjuntamente realizado y un proyecto en sí mismo… recién después de 17 años decidimos abrirlo al público", cuentan sus dueños. "Saber que el mito del laberinto no se suscribía sólo a la antigua Grecia, Europa y Egipto, sino que aquí en la Patagonia los antiguos tehuelches usaban este símbolo, me estimuló a apreciar mucho más la idea de mantener y fortalecer este laberinto que alguna parte de mi ser había decidido construir." Y recalcan la séptima y última ley de los laberintos: quien lo recorre es siempre un héroe.
Camino a El Desemboque km 3,7, El Hoyo, Chubut, Patagonia Argentina. www.laberintopatagonia.com
La casualidad
Este refugio ubicado en Sierra de los Padres, muy cerca de la ciudad de Mar del Plata, está pensado para realizar actividades en grupo, en donde un laberinto realizando con 12.000 ejemplares de ligustros en 2.500 m² es la estrella del lugar.
www.la-casualidad.com.ar
Laberinto de Borges
Está ubicado en un espacio público y fue inaugurado en 2011, en memoria del escritor argentino Jorge Luis Borges.
Camino de los Remeros, a orillas del canal Aliviador, partido de Tigre.
Quinta Pueyrredón
Este museo, que perteneció a Prilidiano Pueyrredón, recibido en Francia de arquitecto, pintor, ingeniero y paisajista, contiene un jardín de boj, además de árboles añejos y mucha historia.
Rivera Indarte 48, San Isidro. www.museopueyrredon.org.ar
El Descanso
Ubicado en la provincia de Córdoba, es uno de los paseos clásicos de Los Cocos. En el interior del parque, con diversas atracciones, se encuentra un laberinto de ligustros, uno de los más antiguos del país. Tel.: (03548) 492012.
El laberinto de Nono
En la provincia de Córdoba, en la localidad de Nono, sobre la ruta 20, encontramos cinco laberintos naturales con diferentes complejidades. El más característico es el elaborado con tuyas y cuya superficie es de más de 900 m²; en el centro hay un mangrullo desde donde se disfruta la vista panorámica.
www.laberintodenono.com.ar
Por Carlos Thays
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