Los llevamos a conocer la casa de Primo Orpilla y Verda Alexander, creadores de Studio O+A. Un espacio en todo de acuerdo con su convicción de que hábitat = fuente de estímulo e inspiración
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Enviadas especiales: Mariana Kratochwil e Inés Marini.
Verda Alexander y Primo Orpilla se conocieron en la secundaria y, desde entonces, son equipo. Californianos ambos, estudiaron en su estado: él arquitectura; ella, arte y paisajismo. Se complementan, se nota. Él no disimula cuánto la admira. Por eso, seguramente, siempre haya parecido buena idea trabajar juntos. "Empezamos haciendo diseño de interiores y, enseguida, nos metimos de lleno en los espacios de trabajo: nos interesaba influir en el lugar donde la gente pasa el 80 por ciento de su tiempo", cuenta Verda, que está acariciando la idea de abandonar los suburbios ahora que su hijo Apolo tiene 12 años. "Nos mudamos acá cuando nació, como muchos padres jóvenes, pero nos gustaría volver a salir más, aprovechar la movida cultural de San Francisco", dice Primo. Igual, les cuesta dejar la casa, una obra única de David Boone, arquitecto que tiene bastante en común con ellos: en los 70, fue él quien diseñó el hábitat de los titanes de la industria del momento (como IBM, que para muestra vale un botón). El paralelismo no deja de sorprender. Ellos dicen que lo que los conquistó fue el diseño. Es lógico creerlo: el azar resulta mucho más razonable que un plan maestro para caminar en las huellas de otro.
Vida y obra: día a día en una casa firmada
- "Uno de los volúmenes se abre hacia adentro y otro hacia afuera, clara síntesis de lo que pensaba el arquitecto y primer dueño de casa, David Boone, acerca de la división entre vida diaria y trabajo en casa".
- "La parte social no mira a la bahía lejana: mira a la montaña, mete a la naturaleza adentro. Toda una decisión arquitectónica y paisajística".
- "En los diez años que vivimos acá, sólo pintamos el exterior dos veces, en un color similar al que estaba documentado. Todas las fotos a las que tuve acceso mostraban la madera teñida. Si se deja al natural, el cedro y la secuoya, que es lo que más se usa en esta zona, se ponen grises".
- "La ubicación, la disposición de los ambientes, te hace flotar. Hay algo de casa de árbol".
- "El paisajismo que se hace acá es, necesariamente, un ‘paisajismo de sequía’. No hay agua para césped ni flores exóticas. Eso no quiere decir que no sea de gran belleza".
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