“Quiero casarme con mi novia pero me avergüenza hacerlo sin estar recibido”
Querida Consuelo,
Te escribo porque mi novia quiere que nos casemos. Hace casi nueve años que estamos en pareja, cuatro conviviendo y hasta estamos pagando juntos una casa. Quiere que nos casemos, y yo también quiero, pero no hasta estar recibido.
Hace cinco años que no puedo terminar la tesina para recibirme de mi carrera, Licenciado en Economía. Trabajo hace ocho años full-time, y nunca tuve problemas para rendir exámenes en la facultad, hasta saqué buenas notas, y en el trabajo siempre me desempeñé bien, incluso a principios de año tuve un importante ascenso.
Pero soy incapaz de avanzar con la tesina. Cuatro veces ya presenté el plan de tesina, siempre con temas distintos y siempre aprobando (el plan), pero al tener que escribir la tesina en serio me paralizo. Voy a bibliotecas y bares para intentar estar sin ninguna otra cosa que hacer fines de semana enteros, pero no avanzo. Y concluye el año y no quiero retomar el tema del anterior, y presento uno nuevo, y así ya casi cinco veces. No me puedo obligar a terminar. Y no es que me falte ni capacidad, ni contenido, ni apoyo.
Y sé que mi novia se quiere casar, y yo también me quiero casar con ella, pero a mi me da mucha infelicidad tener que casarme, organizar la boda, invitar a todo el mundo conocido y todavía no estar recibido. Me siento un monumento al fracaso viviente y ser el centro de atención en este estado me angustia muchísimo.
Hace año y medio que hago terapia y me ha ayudado muchísimo, al menos esta vez estoy avanzando en la tesina, pero reconozco que no terminaré para este semestre y postergar todo a fin del próximo me muestra que fracasé de nuevo.
Y odio no ser alguien exitoso. No sé qué hacer. Y no empecemos a hablar de mis viejos....
Gracias.
El Eterno Tesista (29)
Querido Eterno Tesista:
Tu angustia es súper comprensible. Pocas veces se habla de esto pero es bueno que lo puedas poner así: un casamiento es un momento de mucha exposición, y en algún sentido es uno de los pocos ritos de pasaje a la adultez que quedan en el mundo contemporáneo, en conjunto, justamente —para cierta clase social— con terminar la universidad. Me parece que hay varias cuestiones en relación con este tema que te convendría conversar con alguien, quizás con un profesional ("me siento un monumento al fracaso viviente" es una frase fuerte).
En primer lugar, te aseguro que hay una relación de círculo vicioso entre la angustia que te produce no estar recibido y la imposibilidad para recibirte. Le vas tomando tanto rencor a la tesina que ya no podés sentarte tranquilo a hacerla. Tenés que correrte de ese lugar de "soy un fracasado sin remedio" para poder ocuparte de resolver la tesis como una tarea más, sacarle toda la carga que le estás poniendo: se entiende que se la pongas y no es un invento tuyo, es un significado social que circula, pero si no salís de ahí no hay forma de que la puedas escribir. Es una tarea que requiere una mínima serenidad de espíritu: tratá de poner el tema en perspectiva, darte cuenta de que no es la muerte de nadie. De hecho en dos, tres o cuatro años va a ser un detalle sin ninguna relevancia si te recibiste a los 25 o a los 30.
En segundo lugar, así y todo, está perfecto si no querés casarte antes de tener ese capítulo de tu vida cerrado. Por una parte, organizar un casamiento es una inversión de tiempo. Por otro lado, no tenés por qué bancarte las preguntas y miradas de tus familiares si a ellos el tema les importa mucho. No tiene sentido gastarse un dineral en una fiesta en la que ya estás sintiendo que no la vas a pasar bien. Está buenísimo que tengas conciencia de que con tu novia está todo bien y que sí tenés ganas de casarte con ella. Está bueno porque así, exactamente como me lo explicaste a mí, se lo tenés que explicar a ella: mi amor, te amo y me encantaría casarme con vos, pero necesito terminar la tesis para sacarme ese peso de encima y poder disfrutar en serio de ese momento. Decíselo así bien clarito. Sé que es difícil exponerse de esa manera: sentís que le estás diciendo una tontería, que quedás como un idiota. Pero peor es que piense que en realidad no la querés o no te interesa el mismo nivel de compromiso que a ella.
Y por último, aunque ya te lo dije al principio: no hay ninguna vergüenza en buscar ayuda profesional. El mandato del éxito es doloroso para todos y puede producir ansiedades muy serias y —como parece ser en tu caso— paralizantes, que no nos dejan salir del lugar donde estamos. No sos ningún fracaso atómico: hacer todo —-la pareja, la carrera, el trabajo, la familia, los amigos— es de difícil a imposible y estamos todos en la misma ruedita de hámster, pero hay que acordarse cada tanto que en ese deber ser no se tiene que ir la vida.
Te mando un beso
Consuelo estará disponible para resolver todos los conflictos digitales que lleguen a la casilla modalesdebolsillo@lanacion.com.ar , como comentario a esta nota o a la cuenta de Facebook de LA NACION. Si la consulta es comprometedora, cuidará el anonimato del remitente.
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