LA NACION

Quiénes son los Liechtenstein, la familia real más rica y desconocida de Europa

  • 4 minutos de lectura'
LA NACION
La ley sálica vigente, la ferviente religión, los casamientos permitidos solo con otros royals, una fortuna de millones y un monarca con poderes casi absolutos hacen pensar que hablamos de un reino árabe o asiático, pero no, se trata de un principado europeo que rankea como el sexto país más pequeño del mundo: Lichtenstein
La ley sálica vigente, la ferviente religión, los casamientos permitidos solo con otros royals, una fortuna de millones y un monarca con poderes casi absolutos hacen pensar que hablamos de un reino árabe o asiático, pero no, se trata de un principado europeo que rankea como el sexto país más pequeño del mundo: Lichtenstein

Ubicado en un paradisíaco paisaje entre el río Rin y las montañas alpinas, sin aeropuerto pero a unos pocos kilómetros de Suiza y Austria, se encuentra el pequeño principado de Liechtenstein –algo más grande que Manhattan- que, a pesar de sus breves 176 kilómetros de extensión y con solo 38 mil habitantes, es presidido por una de las monarquías más ricas del mundo: se estima que su fortuna suma alrededor de 4000 millones de euros, según Forbes.

Con un amplio poder sobre el gobierno del país –miembro de Naciones Unidas desde 1990-, cuenta el diario español El País que su monarca puede nombrar a dedo a jueces, dar indultos a presos, vetar leyes del parlamento o, también como en este caso, dirigir uno de las empresas más poderosas del planeta: el LGT. El Liechtenstein Global Trust es un grupo bancario y conglomerado empresarial que incluye bienes inmuebles y activos financieros.

Al mando del millonario y desconocido clan se encuentra el príncipe Hans-Adam II de 75 años, hoy ocupado en gestionar su colección de arte y sus negocios corporativos. En su lugar, el primogénito y heredero al trono, el príncipe Alois, de 52 años, actúa como regente desde 2004 ocupándose de las tareas de gobierno.

El discreto y ferviente católico millonario, Hans Adam II se casó con la condesa checa Marie von Wchinitz en 1967, que es cinco años mayor que él. Tienen cuatro hijos –Alois, Maximilian, Constantin y Tatiana- y 15 nietos.

Los herederos de la fortuna

Alois es padre de cuatro hijos junto con su esposa, Sofía de Baviera. La más pequeña de los hermanos, Tatiana –que hoy tiene 46 años- tuvo su momento de fama cuando en España intentaron vincularla sentimentalmente con el ahora rey Felipe. Pero lo que pasó entre ellos no fueron más que intenciones en el aire. Tatiana se casó en 1999 con otro Felipe y hoy son padres de siete hijos.

Maximilian, el segundo de los hijos de Hans Adam y Marie, tiene 50 años y hoy es el CEO de la empresa familiar LGT Group. En 2000 se casó con la panameña Angela Gisela Brown, con quien tienen un hijo, el príncipe Alfons de 18 años.

Ninguno de los hijos del monarca provocó escándalos en sus elecciones de pareja. Tampoco lo hizo Constantin, el último de sus hijos varones, de 48 años, que está casado con una condesa, Marie Gabriele Franziska Kálnok, con quien tienen tres hijos de 16, 14 y 11 años.

Millones, arte y religión

Casi desvinculado de sus funciones como monarca del sexto país más pequeño del mundo, Hans Adam cuenta con una amplia colección de arte de 1600 piezas, cuenta Vanitatis, entre la que se destacan obras de Raphael, Rembrant y Van Dyck, entre otros importantes artistas. Forbes estima que el príncipe gasta alrededor de 15 millones de euros en nuevas adquisiciones por año.

La bonanza económica de la mínima población del estado –se estima una renta per cápita de 130 mil euros- pareciera el seguro o el precio que los ciudadanos están dispuestos a pagar a cambio de un poder casi absoluto de la familia real. Todos los intentos de apertura, de hecho, terminaron en fracaso. En 2012, una plataforma reunió las más de 1500 firmas necesarias para celebrar un referéndum en el que se votara la legalización del aborto en las primeras doce semanas de gestación. El príncipe Alois, fervoroso católico, reaccionó advirtiendo que vetaría la ley de salir adelante. No hizo falta: el 52% lo rechazó.

La misma organización volvió a atacar entonces poniendo en duda la legitimidad del soberano para vetar las leyes del Parlamento. Y logró organizar otra consulta para tratar de despojarlo de esa prerrogativa. Alois fue a todo o nada: dijo que si le quitaban sus poderes especiales abandonaría el trono. En este caso, tampoco hizo falta: el 76% de la población lo apoyó. En 2019, la nación de Liechtenstein celebró su 300º aniversario.

LA NACION
Cargando banners ...