Una de las noticias del mundo de la cultura que nos llegaron desde Europa últimamente y que más resonancia tuvieron vino de París, y fue sobre una descomunal obra de arte sobre césped a los pies de la Torre Eiffel en la que 16 manos pintadas se entrelazan formando una cadena de 600 metros de largo. Beyond Walls (Más allá de los muros) es un mensaje emplazado en los Campo de Marte de la capital francesa para concientizar sobre la situación de los refugiados que naufragan en aguas del Mediterráneo. El nombre de su autor no es renombrado, sencillamente porque Guillaume Legros llegó a los medios internacionales, a colecciones privadas y a la lista Forbes 2019 de las 30 personalidades europeas sub-30 más influyentes del arte y la cultura, bajo el seudónimo de Saype.
Si a los porteños les suena conocido, es porque este grafitero franco-suizo de 30 años plasmó un fresco sobre el pasto de la Plaza San Martín en el Día del Reciclaje, en mayo de este año.
De él sabemos algunas cosas: su página web dice que nació en 1989 y que creció en una pequeña localidad del este de Francia, cerca de la frontera con Suiza. También, que es un artista autodidacta que empezó a pintar graffitis a los 14 años y que, a los 16, expuso su primera obra. Desde entonces hasta ahora, Saype supo construir su propio sello en el terreno del land art, un movimiento artístico que fusiona arte y paisajes. Pionero en el campo de la pintura sobre césped, realiza desde 2013 obras gigantes en praderas, extensos parques o a los pies de una montaña.
Híper-realistas, sus obras están realizadas con pinturas 100% biodegrabales que prepara él mismo a base de pigmentos naturales y que rocía con aerosol sobre el césped. Expuestas a la lluvia, al sol, a las pisadas de los transeúntes o al propio crecimiento del pasto, la esencia de sus trabajos es la temporalidad: son piezas efímeras que, como ocurrió en Buenos Aires a causa de una tormenta, pueden borrarse en cuestión de horas.
"Enfrento todo tipo de amenazas a mis obras. Si no es el clima, son vacas caminando sobre ellas o topos apareciendo desde abajo. Aquí son los perros. Es una lección de humildad", dijo Saype al diario británico The Guardian, a propósito de su obra más reciente en París y de la gente que, acompañada por sus perros, se acercaba a mirar el avance de la pintura.
El estilo y el trabajo de Saype fueron cambiando con el tiempo. Primero pintó graffitis en paredes, pero consideró que las ciudades tenían demasiada contaminación visual y que ese tipo de obras ya no era apreciado. Así, se alejó de los muros urbanos y se trasladó a espacios abiertos en medio de paisajes naturales, pero hace poco volvió a las ciudades y comenzó a intervenir parques y plazas públicas.
Su pasado incluye un empleo de enfermero, oficio que influyó en la temática de sus obras. Supo decir que haberse enfrentado con el sufrimiento humano, el dolor y la enfermedad, lo condujeron a pintar personas: hoy, niños y ancianos suelen protagonizar sus mega escenas, siempre, a su vez, cargadas de un tinte esperanzador.
No importa dónde hayan sido emplazadas, sus obras suelen contener un mensaje social o ambiental. Tal fue el caso de Futuro, la pieza que realizó en 2018 en Ginebra en la que se ve a una niña arrojando un barco de origami al mar, como símbolo del desafío que tienen por delante las generaciones futuras con respecto al drama de los refugiados. O la serie más reciente, Beyond Walls, que siguió la misma temática y su debut en París fue el comienzo de un proyecto de tres años que recorrerá unas 20 metrópolis del mundo. Entre ellas, Buenos Aires, ciudad que, desde ahora, estará esperando su regreso.
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