“Quedé embarazada cuando ya estaba embarazada”: la historia de la mamá que tuvo a sus dos bebés con días de diferencia
El caso se conoce en el universo científico como “superfetación”, pero para la madre de los niños el hecho fue “ciento por ciento un milagro”
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Cara Winhold es una mujer de 30 años del estado de Texas, Estados Unidos, quien luego de sufrir una serie de abortos espontáneos devastadores, vivió lo que ella misma definió como “un milagro”: quedó embarazada cuando ya estaba embarazada y así fue que dio a luz a dos bebés que fueron concebidos con una semana de diferencia. Para la ciencia, esto responde a un hecho llamado “superfetación”, que es muy poco frecuente en la literatura médica.
Cara está casada con Blake, de 33 años, con quien vive en la localidad de North Richland Hill. Habían tenido a su primer hijo, Wyatt, en el año 2018, pero en 2019 y 2020 habían perdido sendos embarazos. El último aborto la había dejado muy debilitada, perdió mucha sangre y debió acudir al hospital para recibir transfusiones.
Por todas estas situaciones, la pareja había perdido las esperanzas de volver a ser padres hasta que, en marzo de 2021, ella supo que había vuelto a quedar embarazada. Y esta vez ocurrió algo que no imaginaba. “En un primer escaneo, que me ordenó el médico a las cinco semanas, había un saco con un bebé. Luego, cuando regresé a las dos semanas -debido a mi historial el doctor quería controlarme con frecuencia-, había un saco muy pequeño en una esquina que tenía otro bebé. Se podía ver que el primero estaba más desarrollado y que el otro era apenas un pequeño punto”, relató Winhold al medio británico Daily Mail.
Según contó la mujer, que es profesora de natación, al conocer la noticia ella se puso a llorar de felicidad y su marido quedó “en shock”.
Finalmente, en octubre de 2021, con 35 semanas de embarazo, Cara Winhold fue mamá de Colson y Cayden, que llegaron al mundo con unos seis minutos de diferencia, después de las 4 de la mañana del 25 de octubre. “Creo, ciento por ciento, que esto fue un milagro por todo lo que me sucedió con el embarazo. Me gusta creer que fue mi forma de recuperar a los dos bebés que perdí y creo que ellos ayudaron de alguna manera”, dijo Winhold al citado medio británico.
Si bien fueron concebidos con una semana de diferencia, son técnicamente mellizos, puesto que nacieron al mismo tiempo. Sin embargo, como detalle curioso, Colson, el primero en concebirse, pesaba casi dos kilos más que su hermano Cayden, diferencia que se mantuvo en el pesaje que le realizaron a ambos a los seis meses de nacidos.
La mujer texana sostuvo que no puede entender cómo, de no ser por un milagro, pudo tener mellizos concebidos de esa forma. “Fue un proceso ciento por ciento natural y no hay antecedentes de mellizos en la familia. Fue una sorpresa total”, añadió.
Cómo se produce la superfetación
La superfetación que atravesó Winhold se registró en pocos casos en la literatura médica y, la mayoría de las veces en que se produce, ocurre en mujeres que están realizando tratamientos de fertilidad, como la fertilización in vitro (FIV). Esto puede suceder, por ejemplo, cuando se introducen embriones fertilizados al útero. Se puede producir la llegada de otro embrión si la paciente ovula y este óvulo se fertiliza tiempo después de que se realizó la transferencia.
Por ello, el caso de la mujer texana, que no estaba en tratamiento para tener niños, es muy poco frecuente. De acuerdo con la publicación de divulgación científica Live Science, pueden ocurrir tres fenómenos muy improbables para que se produzca una superfetación.
En primer lugar, el ovario debe liberar otro óvulo cuando ya se produjo el inicio de un primer embarazo. Esto no debería pasar porque, cuando un embarazo comienza, el cuerpo libera hormonas para detener la ovulación.
En segundo lugar, el óvulo necesita ser fertilizado por un espermatozoide y esto -para la ciencia- también es prácticamente imposible puesto que la mucosidad que se forma en el canal cervical debido al embarazo forma un “tapón” que bloquea el acceso de las células sexuales masculinas y, por ende, impide la fecundación.
Y en tercer lugar, cuando ya hay un embrión implantado y en desarrollo, ya no queda mucho espacio para la llegada de un segundo. Para la implantación en el útero el cuerpo utiliza hormonas específicas que, se supone, no vuelven a liberarse una vez que se produjo la primera implantación.
Evidentemente, Winhold superó estos tres procesos improbables y logró dar a luz a los pequeños. “Lo más probable es que haya ovulado dos veces, liberé dos óvulos y estos fueron fecundados en diferentes momentos, con una semana de diferencia”, dijo la feliz mamá cuyo caso sorprendió al mundo científico.
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