Qué es de la vida de Monica Lewinsky, a 23 años del escándalo que marcó su destino
La exbecaria de la Casa Blanca se convirtió en una activista contra el acoso y está a punto de estrenar una serie donde cuenta su historia desde una mirada nunca vista: la suya
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Después de 23 años de soportar que otros contaran su historia y la usaran como chiste fácil, Monica Lewinsky decidió apropiarse de su pasado y darle un nuevo sentido. Lo hace de la mano de Ryan Murphy, conocido por series como Glee o The Politician, quien la animó a contar el relato para televisión desde su perspectiva. De eso se trata la tercera temporada de American Crime Story llamada, en este caso, Impeachment, en referencia al juicio político que enfrentó el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton tras descubrirse su romance de dos años, entre 1995 y 1997, con la pasante no remunerada.
En 2014, Lewinsky, tras diez años de silencio, tomó coraje para decir que la asimétrica relación con el hombre del que estuvo enamorada -él tenía 49 y ella 22- también formaba parte de un abuso, si no sexual porque ella misma aseguró que todo fue consentido, al menos, de poder, sin contar con la tremenda humillación pública de la que fue víctima en esa época. Lo hizo en un ensayo que publicó en Vanity Fair titulado “Vergüenza y supervivencia”, donde habló de su vida durante la última década y del escándalo en sí.
Fue la primera vez en la que se apropió de su relato: “Es hora de dejar de andar de puntillas por mi pasado. Estoy decidida a tener un final diferente para mi historia. He decidido, finalmente, asomar la cabeza por encima del parapeto para poder recuperar mi narrativa y darle un propósito a mi pasado”.
Ese mismo año también apareció su primera entrevista televisiva en un especial de tres partes en el canal National Geographic, The 90s: The Last Great Decade. Presentada como un ícono de los 90, Lewinsky describió cómo se convirtió en la mujer más humillada del mundo: “Ser llamada estúpida, promiscua, arribista y tarada y haber sido sacada de contexto fue muy doloroso”.
Después del silencio
Hoy, Monica se convirtió en una firme defensora de las víctimas de acoso. “En 1998, perdí mi reputación y mi dignidad. Perdí el sentido de mí misma”, dijo en su TED Talk de 2015, titulada “El precio de la vergüenza”, que actualmente supera las 20 millones de visualizaciones. “Cuando sucedió el escándalo y todo lo que vino después, esto no tenía nombre. Ahora lo llamamos acoso cibernético. De la noche a la mañana, pasé de ser una figura completamente privada a una humillada públicamente en todo el mundo. Fui la paciente cero de perder una reputación a escala global casi instantáneamente”, manifestó.
Lewinsky siguió colaborando con Vanity Fair donde, en 2018, y tras el #MeToo, aseguró que Clinton había abusado de su autoridad al intimar con ella. “Ahora, a los 44 años, empiezo a entender la gran diferencia de poder entre un presidente y una becaria en la Casa Blanca. Existen los desequilibrios de poder y el abuso, incluso cuando el sexo es de mutuo acuerdo. El camino que llevaba hasta allí estaba plagado de abuso inapropiado de la autoridad, posición y privilegio”, explicó en una columna en la que subrayaba que la desigual relación entre ambos provocó que Clinton “se aprovechara” de su subordinada, aunque se tratara de “una relación consensuada”. Además, denunció que cuando el escándalo se hizo público se la transformó en el chivo expiatorio para proteger su posición de poder.
A tres años de aquel artículo, ahora sí parece decidida a capitalizar toda la vergüenza que tuvo que sufrir cuando se descubrió su affaire, el caso de su vestido azul y otros detalles sórdidos. Para hacerlo, se unió con Ryan Murphy que, desde el principio, creyó que ella debería estar involucrada en el proyecto de una serie. “Le dije: ‘Nadie debería contar tu historia excepto tú y es un poco asqueroso si lo hacen’”, expresó el showrunner a The Hollywood Reporter. “Si querés producirla conmigo, me encantaría; pero tú deberías ganar todo el maldito dinero”, agregó en la entrevista.
Una vida de clausura
En esta época, Clinton no se hubiera salvado, pero eran los tardíos años 90 y todavía faltaba mucha deconstrucción. Al final, fue absuelto de perjurio y obstrucción de la justicia en su juicio político de 1999 y mantuvo tanto su presidencia como su matrimonio con Hillary. En cambio, para Monica el camino no estaba tan claro. Ella era una mujer en sus 20 que se había convertido en un hazmerreír mundial.
Al principio, probó con la moda y tuvo una línea de carteras en 1999. Ese mismo año trabajó como portavoz de la compañía para bajar de peso Jenny Craig. Por ese entonces, Lewinsky también hizo varias apariciones en televisión -dos como ella misma en Saturday Night Live- y hasta condujo un programa de citas en Fox en 2003 llamado Mr. Personality (como The Bachelorette o Love Is Blind, excepto que todos los pretendientes usaban máscaras espeluznantes). Luego se presentó a innumerables entrevistas de trabajo, pero los empleadores la rechazaban debido a su historial: “Nunca era adecuada del todo para el puesto”, contó en el artículo de hace siete años en Vanity Fair.
En 2005, no toleró más la mirada implacable del público, eligió el silencio y la discreción y se mudó a Londres. Allí comenzó a asistir a la London School of Economics, donde obtuvo su maestría en psicología social. El tema de su tesis suena como algo similar a lo que sufrió: el título era En busca del jurado imparcial: una exploración del efecto en tercera persona y la publicidad previa al juicio.
La lucha contra el acoso
Tras dos décadas de ser objeto de burla internacional, la psicóloga californiana logró reconvertirse en una influyente activista, escritora y conferenciante. En su biografía de Twitter, Lewinsky se ríe de sí misma y se describe como una “activista contra el acoso, dadora de charlas TED, colaboradora de Vanity Fair, musa de la canción de rap, exmodelo de boina y tejedora”.
Junto con el estreno de Impeachment, prepara otro contenido audiovisual a través de su propia productora Alt Ending junto con 20th TV. Dispuesta a que nadie sufra el acoso y la vergüenza pública, Monica trabaja en un documental llamado 15 Minutes of Shame (15 minutos de vergüenza). “Estoy interesada en contar historias que entretengan, que inviten a la reflexión y que despierten emociones, que empujen a hablar y a explorar la condición humana desde una perspectiva diferente. Al haber visto cómo mi historia ha sido manipulada durante años, me interesan esas voces y esas perspectivas que no hemos podido ver o escuchar”, explicó en un comunicado de prensa.
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