La campiña uruguaya muy cerca del mar cobró protagonismo como una alternativa top para el verano, con servicio de alto vuelo y diseño exclusivo.
La cadena brasileña Fasano demostró buen timing para recibir a los habitués del Este, incluso se expandió en las últimas temporadas. Algo similar ocurrió con la experiencia Vik, que hizo del binomio arte & diseño la clave de una estadía diferente. Aguaverde, por su parte, reedita el antiguo brillo del lugar, con remozadas instalaciones y viña propia.
Estancia Vik
El arte y el disfrute van de la mano en Vik. Las tres propiedades que el empresario noruego Alex Vik y su mujer, Carrie, tienen en Uruguay fueron imaginadas bajo esta premisa.
Estancia Vik fue la primera en abrir sus puertas. Sus dominios se extienden por 1.600 hectáreas, a 8 km de José Ignacio, donde zorros, liebres y gaviotas andan a sus anchas.
Lejos de la formalidad de los museos y las salas de exhibición, la obra de diferentes artistas uruguayos se integró al día a día de la finca, no como objeto decorativo, sino como una parte constitutiva del edificio.
El casco de líneas coloniales cuenta con 12 suites; cada una lleva la impronta de un artista uruguayo contemporáneo: Turell, Amengual, Cardozo, Trujillo, Seveso y Duarte, entre otros, quienes le dieron sus nombres a las habitaciones .
Los huéspedes pueden disfrutar del entorno campestre a caballo, en bici o simplemente lanzarse a caminar sin rumbo. La piscina climatizada, la cancha de polo, un green para prácticas de golf y la salida en kayak por la laguna propia completan las prestaciones donde no falta la experiencia gourmet en el restó propio.
Algo muy parecido ocurre en Playa Vik y Bahía Vik, las otras dos propiedades del grupo, que se abrieron junto al mar de José Ignacio, todas, ideales para asociarse con la estadía en la estancia.
Vik EstanciaDesde u$s 550 la suite doble, incluye desayuno y acceso al servicio de playa de Bahía Vik. En Carnaval, desde u$s 650. Consultar por tarifas promocionales para argentinos.
Fasano Las Piedras
En 2010 el grupo Fasano inauguró su primer emprendimiento en suelo uruguayo. El escenario elegido fue una antigua estancia de 480 hectáreas en el corazón de La Barra. Allí desarrollaron una exitosa receta que combina paisajes únicos, estilo y buena mesa.
A los 20 bungalows iniciales se sumaron 10 suites de lujo -Locanda- en la zona más alta del predio. Además, están las increíbles piscinas diseñadas en roca natural, la cancha de golf de 9 hoyos, el spa, la playa propia sobre el arroyo Maldonado y el centro ecuestre (donde los huéspedes pueden alojar a sus caballos) y el Club de Niños, para los que van en familia.
El proyecto incluye también un desarrollo inmobiliario, Las Piedras. Se trata de 38 villas y 30 chacras de 3 a 5 hectáreas diseñadas por Isay Weinfeld, que comparten los servicios del hotel.
La escapada al mar lleva sólo 10 minutos. Después, hay regresar al atardecer y disfrutar de la terraza, un clásico del verano, que propone la ambientación musical de reconocidos Djs.
Para finalizar la jornada, nada mejor que un encuentro en el restó, cuya tradición se remonta a principios del siglo XX, cuando el primer Fasano llegó a Brasil desde su Italia natal.
Fasano Las Piedras Desde u$s 570 la suite doble, con desayuno. Tarifa válida de octubre a marzo. De abril a septiembre, u$s 460.
Aguaverde Wine Lodge
Ubicado a la distancia justa de la ciudad, conjuga la buena vida y la calma ondulada del campo uruguayo.
A diez minutos de La Barra, sus orígenes se remontan a fines del siglo XVIII, cuando se construyó la primera casa en piedra y adobe. Después fue adquirida por la familia Eguzquiza, cuyo apellido le dio nombre al cerro donde se encuentra la propiedad.
Más cerca de nuestro días, Blanca Isabel Álvarez de Toledo y el artista plástico Nicolás García Uriburu adquirieron el lugar. Fueron ellos los que le dieron su nombre actual, una clara referencia a la obra de García Uriburu, quien tiñó de verde las aguas de el Gran Canal de Venecia hacia finales de los años ’60.
Luego de varios destinos, el sitio fue adquirido por Amalia y Esteban, quienes a partir del 2006 le dieron su impronta actual. Ellos agregaron las cinco hectáreas de viñedos, cuyas uvas se vinifican en la bodega Familia Deicas.
Este verano las degustaciones se organizan cuando cae el sol, siempre a cargo de un sommelier y acompañadas de exquisiteces de la cocina propia.
Hay dos versiones para disfrutar el lugar: alojarse en la casa principal o en alguna de las dos villas contiguas que completan la propiedad.
El clima de sus ambientes enlaza el componente rústico con detalles modernos y objetos decorativos provenientes de distintas partes del mundo. Después, está la magnífica piscina de 50 metros, como para no extrañar el mar.
Aguaverde Desde u$s 250 por persona, con desayuno. Válida de febrero a abril, excepto Semana Santa y Carnaval.
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