¿Al aire libre o entre cuatro paredes? En esta nota repasamos ventajas y desventajas de los distintos ámbitos del entrenamiento aeróbico.
Por Carolina Rossi
Cuántas veces nos enfrentamos a la pregunta del millón: ¿es mejor correr en la calle o en la cinta? La respuesta no es tan simple y cada alternativa tiene bastantes puntos a favor y en contra. Un debate frecuente es dónde cuesta más. ¿Son más duros 10 K en el parque o en el gym? En lo personal, 10 K en la calle me parecen poco y pasan rápido, pero en la cinta se me hacen una eternidad. Puede hacer cero grados y yo salgo igual, porque la sensación de libertad que da correr al aire libre no la cambio por nada. Pero no todos piensan lo mismo y los respeto porque tienen buenos motivos. Algunos aseguran que se cansan más corriendo a la intemperie y probablemente sean quienes no lo hacen habitualmente en esas condiciones. Todo es cuestión de adaptación. A la vez, los que corren en la calle afirman que sufren más cuando corren en la cinta.
Daniel Molina, entrenador de atletismo y corredor, cuenta que preparó casi una maratón entera en cinta. Y cuando habla de maratón se refiere a una maratón de verdad, de 42 kilómetros y 195 metros, una distancia que para correrla bien requiere mucho tiempo y kilómetros de entrenamiento. Molina realizaba el 70 % del total de sus kilómetros semanales en la cinta. Y mal no le fue. Completó la distancia sin chistar y superó ampliamente el objetivo propuesto. Durante el plan de cinco sesiones semanales, cuatro veces corría en cinta y una sola en la calle, para el trabajo más largo de la semana: "el fondo". La cinta le permitía llevar un control minucioso de cada trabajo en distancia, tiempo y velocidad. Explica que un gran punto a favor fue la posibilidad de llevar un ritmo constante y adaptarse a él, cosa que en la calle cuesta. Porque en la cinta si programás ir a 5 minutos el kilómetro, vas a 5. Ni a 4,50, ni a 5,05. También señala que la cinta ayuda a correr más prolijo: uno está obligado a correr alineado y con zancada uniforme para no caerse. A un mismo ritmo, en la calle se va más rápido y más suelto; en la cinta no existe el desplazamiento hacia delante. El movimiento corporal es solo vertical. De todos modos, cada corredor tiene sus preferencias, y seguramente, algunos resulten más favorecidos por una opción que por otra. Es difícil dar un veredicto definitivo, y quizás lo ideal sea combinar ambas prácticas.
TIPS PARA UNA MEJOR ELECCIÓN
Vamos a desarrollar algunos puntos clave de la cinta para que analices, saques tus propias conclusiones y te decidas por una u otra alternativa. O por las dos.
Clima
En la cinta no se sufren las inclemencias del tiempo: frío, calor, viento o lluvia. ¡Pero atención! Si estamos entrenando en un lugar sin aire acondicionado, la ausencia del viento puede convertir la actividad en algo muy caluroso y pesado.
Seguridad
Muchas veces tenemos miedo de salir a correr solos, especialmente si debemos hacerlo de noche y en ciertas zonas inseguras. En casa o el gimnasio no tenemos ese problema.
Variedad y control
La cinta permite un sinfín de variantes de trabajos que podemos programar, controlar y cumplir más fácilmente que en la calle.
Practicidad
Aquel que no puede salir de casa y cuenta con una cinta propia no tiene excusas para no entrenar. Podés correr igual mientras esperás a que te traigan algo, mientras cuidás a tus hijos o mientras mirás esa serie en la tele que no te querés perder. Muy probablemente te expongas a interrupciones, cosa que afuera no pasaría, pero siempre es mejor que no hacer nada de ejercicio.
Técnica
La biomecánica de carrera es distinta en la cinta. Los músculos trabajan de otra forma.
Impacto
El impacto es menor en la cinta que en el asfalto o el cemento, y esto no hace referencia solo al tipo de superficie, sino al rebote que se genera. Y sabemos que para cuidar las articulaciones, cuanto menos impacto, mejor.
Tensión corporal y concentración
En la cinta no podemos ir tan relajados como corriendo afuera, ni física ni mentalmente.
Fatiga mental
Psicológicamente puede resultar tedioso correr en la cinta: el paisaje no cambia y el cuerpo no avanza. Esta sensación tal vez disminuya con entretenimientos del tipo tele o música, pero corriendo al aire libre seguramente la mente descanse (o viaje) más.
Preparando carreras
Si estamos preparando una carrera, el punto a favor sería que podemos pautar un ritmo y respetarlo a rajatabla. Esto puede ayudar a habituarnos a los ritmos que nos proponemos para la carrera. Como punto en contra,
Encierro
Más allá de lo menos atractivo de estar adentro, la ausencia de viento y su acción refrigerante hará que corriendo en la cinta pasemos más calor que afuera si no contamos con un lugar bien acondicionado. Esto, además, hará que al transpirar, el sudor no pueda evaporarse fácilmente y aumente la temperatura corporal con una consiguiente merma del rendimiento. Y, por último, la sensación de correr afuera seguramente sea más agradable que hacerlo entre cuatro paredes y un techo.
*Carolina Rossi es deportista desde siempre. Corredora y entrenadora, capitana del Running Team FILA de Palermo, lleva una vida inquieta: corre, nada, sube montañas y viaja sin parar. Hizo cumbre en el Aconcagua y el Kilimanjaro, cruzó los Andes corriendo y participó en carreras de diversos tipos, incluidas maratones, ultramaratones y triatlones. Ahora, sueña con un IronMan. www.carolinarossi.com.ar