Te acercamos diez ambientaciones para que tomes ideas y las apliques en tu propio escritorio
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Es tan jovial este entorno que hasta nos hace perder de vista la computadora. Como el escritorio de la diseñadora australiana Louella Tuckey está en un rincón de su living-comedor, lo camufló con accesorios alegres pero, al mismo tiempo, lo distinguió con un vibrante amarillo que reservó sólo para él.
Un ángulo del cuarto adolescente que Sergio Muchnik, junto con su Dash Design Team, mostró en la última edición de Casa FOA. "Éste es el mundo de Nina, un lugar que funciona como espacio de inspiración, descanso y producción de ideas". La flexibilidad del objetivo se plasma en la mesa a medida, el gusto y el poder del elemento gráfico, el resabio infantil, la explosión de color, la originalidad de la iluminación y la irreverencia de la mezcla.
Una estética de oficina para darle seriedad a nuestro escritorio en casa, donde tal vez recibamos clientes o proveedores. Pero una seriedad muy cool –la silla ergonómica, un clásico moderno; una liviana mesa de diseño; la actualidad en la mezcla de materiales– que transmite un mensaje de frescura a los demás y a nosotros mismos.
El home office de la diseñadora y fotógrafa Flor Rormoser reúne sus herramientas de trabajo y las de su pareja, músico de profesión. Espacio compartido en el que los instrumentos de cada uno son al mismo tiempo elementos de uso y fuente de inspiración.
Para el momento de trabajar en su casa, el arquitecto Horacio Vismara ubicó una ligerísima mesa de acero y vidrio frente a un paño fijo con carpintería de PVC con cierre hermético y doble vidriado que mantiene la temperatura y amortigua el ruido de la calle. ¿La mesa redonda? No es tan formal: detrás de su puerta corrediza oculta un discreto bar, amigable cuando la reunión con clientes se extiende.
Buena idea para un departamento antiguo, de esos con placares altos y profundos hasta en el corredor. Los de este dormitorio se aprovecharon para crear un rincón de estudio y trabajo quitando algunas de las puertas y dejando –en algunos casos– sus divisiones. Un recurso para enfatizar proporciones y funciones es usar fondos diferentes: corcho frente a la computadora y, en los demás, alternar pintura con empapelados o géneros estampados al tono.
Si lo nuestro es lo vintage (porque nos gusta, porque lo tenemos disponible, porque hay espacio) entonces vamos por una sólida y vieja mesa con muchos cajones. Para actualizarla y tapar rayones o golpes, podemos pensar en pintarla de un color intenso, incluso estridente: en la mezcla ambos elementos ganan.
Una solución brillante y sobre rieles que divide –como debe ser– el trabajo del descanso. Detrás de las puertas plegables enteladas, la sorpresa de un escritorio. La tela se colocó con bastidores para que, al cerrarlas, la pared se leyera como un plano continuo. Por si fuera poco, el entelado resguarda de los ruidos y multiplica las posibilidades de cargar el espacio con diseño.
Muy buena utilización del tramo de pared al comienzo de la escalera. La biblioteca de color neutro (si contrastara sería otro cantar) tiene el ancho justo para poder apoyar la laptop, ya que el dueño de casa trabaja todo el día afuera y en su casa sólo necesita un "punto de apoyo". El hecho de que el mueble no esté cerrado es otro ingrediente que lo funde en el ambiente.
Sobrio, impecable, bien pensado. Con placas de wengué lustrado, la arquitecta Mariana Galli revistió el frente (en los que se planearon nichos para evitar los cajones), el tablero y la parte inferior de este escritorio en un rincón del living. Debajo, las puertas tipo persiana solucionan el guardado sin interferir con la armonía general del espacio. La silla ‘Aluminum’, un clásico diseñado por Charles Eames, sigue siendo un favorito absoluto.
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