Programa de ocio
Sacrificios humanos, de María Fernanda Ampuero
Desde hace ya un par de años se viene hablando del boom de la literatura de terror para referirse a una camada de escritores jóvenes que buscan recuperar un género considerado menor, para darle una nueva vuelta de tuerca. Eso es lo que sucedió, por ejemplo, con la última novela de Mariana Enríquez –Nuestra parte de noche, ganadora del premio Herralde de Novela– donde los tópicos propios del género entraban en contacto con otras formas más terrenales como las complejas relaciones entre padres e hijos o las atrocidades de la última dictadura militar. Por un camino similar transita la escritora ecuatoriana María Fernanda Ampuero en su nuevo libro de cuentos, Sacrificios humanos, donde, de alguna manera, lleva esta búsqueda al extremo. Es que en sus relatos, la autora exprime al máximo el terror de la cotidianidad que rodea a sus personajes: la violencia que acompaña las revueltas populares, la maldad inocente de los juegos de niños, la inseguridad por el aspecto físico en la adolescencia o la vulnerabilidad de los inmigrantes ante un sistema que los margina. Y, por momentos, este terror resulta todavía más intenso por no encuadrarse en la lógica de un género: nos encontramos solos y sin defensa, expuestos a nuestros propios miedos que de pronto se convierten en monstruos. Ampuero despliega un ritmo furioso que no da respiro y usa sistemáticamente metáforas que logran desdoblar la realidad que conocemos en una nueva dimensión, oscura y llena de telarañas. Editorial Páginas de Espuma.
La carnicería, una propuesta gastronómica premium
En un país donde comer carne se ha convertido en un deporte nacional, la existencia de un lugar como La Carnicería permite correrse de lo conocido y adentrarse en un mundo de sabores nuevos. En primer lugar por la calidad de los productos. Todas las carnes que se cocinan en el restaurante, llegan del campo de la familia de Germán Sitz –uno de sus dueños– a través de una crianza no intensiva a lo largo de 3 años, respetando el proceso de crecimiento con una alimentación a base de pastura natural y madurado de la carne durante 20 días. Por otro lado, la carta confeccionada por Sitz y su socio, el chef colombiano Pedro Peña, buscan deconstruir las tradiciones más afianzadas por medio de nuevas combinaciones y platos innovadores. Esta búsqueda es especialmente llamativa en las entradas, donde predominan los sabores dulces –como la provoleta ahumada con pera o las mollejas caramelizadas– pero también a través de propuestas osadas y de fuerte influencia latina, como es el caso del carpaccio de nalga. En los platos principales es donde puede percibirse mejor la calidad de las carnes y donde la incursión en los ahumados rinde sus frutos. Prueba de eso es la costilla ahumada durante 20 horas con madera de manzano, que se deshace con solo mirarla. El ambiente del local es agradable –combina elegancia con tradición parrillera– y lo más importante: cuenta con mesas en el exterior y delivery de platos envasados al vacío. Thames 2317. Sábados y domingos de 13 a 16.