Preso en mi ciudad
La nueva pasión del músico son las postales carcelarias hechas canción. Muchas de ellas estarán incluidas en su próximo disco, que saldrá en noviembre y será doble. Además, está escribiendo un libro que contará buena parte de la historia criminal argentina: "Es como el Martín Fierro de los bandidos", dice
Nombre: Andrés Calamaro
También conocido como: Calamar, el poeta de la zurda, el ñeri.
Fecha de nacimiento: 22 de agosto de 1961.
Nacionalidad: Argentino por naturaleza, español por opción.
Señas particulares: No puede parar de componer canciones.
Ultimo antecedente: El salmón , un disco quíntuple con 103 temas que lo muestran en carne viva. Amor, odio y locura en Deep Camboya.
Otros antecedentes: Una veintena de discos firmados bajo distintos seudónimos como Raíces, Abuelos de la Nada, Los Rodríguez y A.C.
Delito más reciente: poner en distintas páginas de Internet sus canciones para que todo el mundo pueda bajarlas de forma gratuita.
Andrés Calamaro se dio a la fuga de la vida pública en 2000, cuando sus quintillizos salmones llegaron finalmente a las bateas. De allí hasta este 2003 mucho se ha dicho de él, de su salud y de su incontinencia compositiva, pero muy poco se pudo comprobar. El hombre hizo un par de apariciones aisladas y volvió a su guarida.
A punto de editar su largamente esperado nuevo álbum (será doble y tendrá cerca de 30 temas), otro Calamaro asoma: Andrés, el tumbero. Canciones con relatos carcelarios, visitas a Devoto, raídes delictivos, presos que pagan por un crimen que no cometieron y un nuevo proyecto en camino: un libro que cuenta buena parte de la historia criminal argentina.
"En el quinto estaba/ la ranchada de los paraguayos/ mezcla rara de gratas/ tráfico, caños y bagayos/ Clan paisanal, cerrado convite de comida regional/ algún camionero conversador/ algún zarpado y gil/ buena gente de pipa/ justa sonriente y callada/ aunque estén pagando mucho/ siempre comparten su poco" (La ranchada de los paraguayos, tema incluido en el nuevo álbum del Niño Josele).
"La canción habla de un clan paraguayo que campa por sus respetos en una cárcel argentina. La ranchada es la comida que cocinan los presos con comida que traen las visitas, porque el rancho de las prisiones se llama la tumba." El del lenguaje tumbero no es otro que Calamaro, hablando sobre este tema que canta junto al virtuoso guitarrista Niño Josele y que ya es un éxito en toda España.
La letra fue escrita por el fotógrafo, amigo y secuaz poeta de la zurda Jorge Larrosa, responsable en buena medida de la nueva pasión de Calamaro por la vida rejas adentro.
"Creo que su obsesión por las postales tumberas empieza en El Salmón y se ve en temas como Nos volveremos a ver ", dice Larrosa refiriéndose a los versos "soy un chico de familia y no soy ningún carlito/ viví las tumbas de la vida soy un poeta maldito/ a pesar de ser bonito nunca dormí en el palito". "El quería cambiar un poco la temática de sus letras y yo lo ayudé con ese costado carcelario", concluye.
La ranchada es un lamento carcelario que, de haberse incluido en la banda de sonido de Tumberos, la miniserie creada por Adrián Caetano, hoy sería un hit de enormes dimensiones en estos pagos.
"A la mañana estudiaba para boga/ y por la tarde lo veías caminando/ de punta a punta el pabellón.../ Cambiaba de color el pelo como un camaleón/ y tenía bigotes o herradura/ la inteligencia pura/ era el bocho de la zurda/ porque los chorros también piensan" (El bocho de la zurda).
Después de unas vacaciones en Amsterdam, Calamaro (que hoy cumple 42 años) está en este momento en su bunker español, seleccionando los temas para completar finalmente un nuevo álbum. El mismo que alguna vez se iba a llamar El 22 y después El tilín del corazón y que, hasta la fecha, todavía no tiene título definitivo.
Para ello, se juntó con el técnico de sonido Guido Nisenson a revisar todas las grabaciones que realizó de forma casera entre 2000 y 2003 (léase más de 300 casetes y CD repletos de temas urgentes). Y ya son varios los preseleccionados con temática tumbera, como El bocho de la zurda , La visita y El viejo Lito (tema que iba a incluirse en Tumberos, pero que finalmente irá a parar al nuevo disco de Andrés).
Calamaro no canta, vomita esos versos desgraciados. Escupe proezas y miserias humanas sin descansar, aunque no encajen en la métrica de la melodía. Calamaro no canta, narra, relata, cuenta una historia que pocos rockeros han contado.
En el nuevo universo Calamaro sigue habiendo amores encontrados y perdidos, pero ahora también hay asaltos, condenas, disparos, sueños de libertad, códigos y traiciones. Ahí están las letras de El zurdo (Pabellón), Viuda negra, Los pibes, El gran Bachicha y Caseros K.O. para pintar las postales "del otro lado" y dejar rastros del rumbo tumbero que ha tomado este poeta maldito.
"Así eran los códigos: la teca pareja, no importa quién hace o arriesga más o menos, cuando se pone el pecho, todos son iguales" (del libro que Calamaro está escribiendo junto a dos de sus amigos que pasaron un tiempo en la cárcel).
"Va a ser como el Martín Fierro de los bandidos", se emociona Andrés en un email cuando cuenta su nuevo proyecto literario. ¿De qué se trata? Relatos, cuentos, historias ampliadas y mitificadas con el paso del tiempo, pequeñas anécdotas sobre la institución criminal, divididas en capítulos con nombres como La fuga, Un buen golpe, La audacia, Códigos rotos y La Reja . Y contada por sus propios protagonistas. Andrés es el encargado de ponerle "vuelo poético".
La incansable cabeza Calamaro ya cranea lecturas de los capítulos con música de fondo y sostiene con firmeza que "van a ser textos que se leerán por siempre".
Allí estarán entonces bajo la pluma del músico hechos que fueron noticia no mucho tiempo atrás. Como el robo al camión de caudales de Obras Sanitarias, de 1987, o la famosa fuga de la superbanda del Gordo Valor y La Garza Sosa, en 1994. Sí, aquella que hasta fue televisada gracias a un cazador de noticias amateur y que este año volvió a los titulares de los diarios al realizarse finalmente el juicio.
Muchos tiros, autos, rutas, escapes y personajes como el Gordo Furia, Testi, el loco Julio, el uruguayo y el Gallego se cruzan con el manual del buen tumbero. "No es una apología del delito, sino la narración de sucesos verdaderos entre canas y chorros, pero de otros tiempos, con otros códigos". Así como los bandidos rurales de León Gieco, Calamaro tendrá los suyos, quizás un poco más sórdidos y menos heróicos, pero bandidos al fin.
"Abandonar la Capital/ irse a Santa Fe/ tomar confianza/ equilibrio de balanza/ Cuatro jinetes solos/ apocalípticos en todo/...Empujan para San Luis/ aferrarse a un remis/ Ganar un banco de museo/ para llegar a Mendoza" (Mancada en La Pampa).
Desde el otro lado del océano, Calamaro dice que parece "Ceferino Namuncurá, por lo sano", que está grabando con Jerry González y que "el éxito musical es la amistad". Además, se asume más ricotero que nunca. Y no es casualidad. Entre otras cosas, porque los Redondos fueron una de las bandas que trató el tema carcelario y remarcó los abusos del sistema, con otra poética, en más de una oportunidad. A saber: Toxi taxi ("Te tenemos allí, abandonado allí/ Preso como un animal, como un animal feroz/ Así las cosas, la fiera más fiera... ¿dónde está?") o el mismísimo Rock para el negro Atila ("Quiero verte huir como un ladrón/ al que nunca pueden atrapar/ Y apretar en tu bolsillo/ todo el metálico brillo sin temor").
"Reconocemos nuestra vertiente martinfierrista, yunpaquista y ricotera", dispara desde su nueva página oficial ( www.calamaro.com ), un lugar desde donde Calamaro delinque a su manera: poniendo cientos de sus canciones on line para que todo el mundo las pueda bajar gratuitamente, a pesar de las presiones de su compañía discográfica. ¿Alguien habló de Robin Hood? Andrés Calamaro, ladrón, bandido o héroe marginal, como quieran.
Manual del Calamaro tumbero
Bagayo: Contrabando
Bondi: Problema
Corchito: Cigarrillo sin filtro.
Gato negro: Sirviente.
Grata: ladrón con códigos que sabe cómo vivir bien.
Pajarito: Bebida alcohólica, elaborada
clandestinamente por los internos. Se compone de levadura, agua de arroz, azúcar y fruta rallada.
Palito: Celda sin cama donde duermen los parias.
Paloma: Bolsa atada a una soga que se descuelga por las ventanas para transportar, fundamentalmente, comida entre los pabellones.
Pipa: Pistola, revólver.
Ranchada: comida hecha con las diferentes comidas que traen las visitas.
Rescatarse: Darse cuenta.
Teca: Dinero.
Timbrador: el interno que recibe a los nuevos presos y se encarga de averiguar sus antecedentes.
Zorzalera: Cama alta.
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