Preocupación: por qué Máxima tiene la mano vendada

A Máxima de Holanda le gusta seguir una agenda repleta de actividades en las que no hay espacio para el reposo ni para el descanso. Y este jueves a la mañana lo demostró: asistió a la inauguración de una supercomputadora, de la empresa Snellius, una herramienta para la comunidad científica que permite realizar cálculos diez veces más rápidos que su predecesora. Sin embargo, lo cierto es que no fue la innovación tecnológica lo que llamó la atención en el acto sino el hecho de que la reina tenía la mano derecha vendada. Allí se posaron todas las miradas de los periodistas y de los fotógrafos invitados.

Según explicó el gobierno holandés, el vendaje se debe a una lesión que la argentina se hizo durante el verano en Grecia y, como en estos días estuvo teniendo molestias, visitó al médico que, tras unos estudios, le reveló que tiene una fractura que la obligará a tener la mano inmovilizada durante un par de semanas.

Respecto a cómo fue que se lastimó, el gobierno no quiso dar más detalles, solo que ella se encuentra bien y que continuará con sus compromisos ya agendados sin inconvenientes.

El comienzo de la agenda oficial

Sin vendajes ni signos de dolor, Máxima comenzó sus compromisos oficiales el pasado 2 de septiembre, unos días después de haber despedido a su segunda hija Alexia, que comenzó sus clases en el Atlantic College el pasado 30 de agosto en Gales.

Una de sus primeras actividades en solitario fue la visita a una fábrica de cerveza llamada Gulpener Bierbrouwerij, que se encuentra en el municipio de Gulpen-Wittem, en los Países Bajos. La cervecería es uno de los emprendimientos sostenibles que fueron reconocidos por los premios Koning Willem.

Con la simpatía que la caracteriza, la reina Máxima se sacó una foto dentro de la fábrica y habló con varios productores sobre el cultivo de materias primas y la colaboración entre la cooperativa que forman juntos y la cervecería que les compra cebada, trigo, centeno y espelta de Limburgo. ¿Algo más? Sí, también se animó a participar de la cocción y sorprendió a todos.

La primera parte de su visita comenzó en un campo de lúpulo y luego pasó a la nueva sala de cocción del emprendimiento donde se elabora cerveza sin el uso de combustibles fósiles. Después, la argentina conversó con empleados del lugar acerca de la historia de la empresa y de su enfoque sustentable.

Modo selfie. Máxima volvió a salirse del protocolo y tuvo una divertida actitud durante una actividad

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