Un año en los albores de la década del 80 puede ser el disparador para meternos en la atmósfera de una época.
Por José Montero
En 1983 vos estabas prendido fuego con Michael Jackson, como las letras de Thriller en esta gorrita que te compraron después de romper mucho las tarlipes. El disco había salido el año anterior, era el tiempo de la jacksonmanía. Todos los pibes imitaban el breakdance y se esguinzaban tratando de sacar la caminata lunar. El Cable aún no había llegado a tu barrio. La gente pagaba la consumición en un pub para ver videos pirateados de MTV y contrabandeados desde USA. Otra alternativa era sintonizar Música Total en la televisión de aire. Para conducir El show de Michael Jackson, Canal 9 contrató a Domingo Di Núbila, un respetado historiador y crítico de cine que para tu generación quedó como el hombre grande, vestido de traje o smoking, que decía "Maikol Shackson" mientras se esforzaba por caerle simpático al público teen. El ciclo fue un éxito, pero había pocos videos disponibles ("Thriller" con sus zombis y sus casi 14 minutos de duración, "Billie Jean", "Beat it" y pocos más). Entonces inventaron El show de Michael Jackson y sus amigos (donde cabían videos de otros artistas) y Bailando con Michael Jackson y sus amigos, un concurso de break en cuya apertura se lucían cinco bailarinas al estilo gatitas de Porcel haciendo una coreo, chroma key mediante, sobre los dibujos animados de los Jackson Five; era lo que había. Para 1984, cuando a vos se te empezó a pasar el furor, el que estaba prendido fuego era el Rey del pop. La pirotecnia le quemó el pelo y el cuero cabelludo durante la filmación de un comercial de Pepsi. El video, en este caso, se conoció después de la muerte de Jackson, en 2009. Di Núbila se fue antes, en 2000. No llegó a despedir a Maikol.
LA NACION