Prebióticos: qué son, qué nos aportan y por qué son importantes
Últimamente escuchamos hablar cada vez más de ellos, pero ¿qué son exactamente los prebióticos? Sustancias no digeribles de los alimentos –fibras– que promueven el crecimiento de bacterias beneficiosas para el intestino, capaces de mejorar la absorción de minerales y la síntesis de vitaminas. Una distinción importante: mientras los probióticos proporcionan bacterias exógenas vivas a la flora intestinal, los prebióticos favorecen su crecimiento natural en tu cuerpo aportándoles diferentes sustratos. Mirá cómo podés ayudar en el proceso.
Incorporá las fibras a tu mesa
Según la Organización Mundial de la Salud, necesitamos comer entre 24 y 38 gramos de fibra al día, y la más beneficiosa es la que proviene de la pulpa de las frutas o de las verduras, principalmente ajo, cebolla, alcauciles, bananas, miel, trigo, avena, maíz y legumbres. Las dietas deficientes en fibras suelen enlentecer el tránsito intestinal, provocando incomodidad abdominal y pesadez. Pero, además, existen evidencias de que los prebióticos intervienen en el equilibrio de funciones metabólicas asociadas con la grasa corporal, el sistema inmunológico, la prevención de infecciones intestinales y la disminución del riesgo de cáncer de colon o del nivel de glucosa en sangre (diabetes). Pero también, el consumo de fibras -especialmente las solubles- aumenta la sensación de saciedad reduciendo el hambre entre comidas
Andá a lo seguro
No todas las fibras tienen actividad prebiótica; son en su mayoría hidratos de carbono (oligo y polisacáridos) que son fermentados por la flora intestinal en forma selectiva, es decir, favoreciendo la proliferación de determinadas bacterias que ejercen estos efectos beneficiosos para la salud, como las bifidobacterias y los lactobacilos. De modo que la forma más confiable de equilibrar la población o microbiota intestinal es utilizar suplementos nutricionales como el nuevo Simple Fibra desarrollado por Laboratorios Bagó y Arcor, que han logrado un gran avance con el aporte de una fibra soluble de maíz que ayuda a normalizar el tránsito intestinal, evitando la pesadez y, a la vez, promoviendo el crecimiento de la flora favorable reduciendo el impacto de las bacterias nocivas, en un novedoso formato de pastillas de goma con sabor a frutos rojos.
Movete
Está demostrado que el ejercicio físico diario de intensidad moderada aumenta la diversidad de bacterias digestivas, incluyendo a las que ayudan a metabolizar las grasas. También es una forma efectiva de disminuir los efectos negativos de las hormonas del estrés que pueden diezmar la flora intestinal, del mismo modo que practicar técnicas de respiración o relajación. Otra buena costumbre es comer de forma consciente, prestando atención a los alimentos, a su textura, aroma y sabor, con el pensamiento centrado en el momento presente. Escuchar a tu cuerpo y actuar en la prevención siempre son las actitudes más inteligentes.
LA NACIONTemas
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