Porfolio fotográfico: Ciudad Oculta

Nahuel Alfonso visibiliza su entorno de pertenencia en clave documentalista.

23 de agosto de 2017
15:59

Actualizado el 6 de septiembre de 2020

Nahuel Alfonso

Cada tanto sueño que voy corriendo por los techos de Ciudad Oculta, siempre buscando a mis primos que, a su vez, me buscan corriendo. Somos parte de lo mismo, buscamos y huimos: a veces encontramos algo, a veces nada. Y es la nada la que nos vuelve a encontrar y nos hace sentir algo. Cuando estamos juntos vamos al último piso a ver el paisaje de la villa.

Uno sube de noche a alguna terraza y puede ver cómo el rojo de los ladrillos huecos en paredes sin revocar se enaltece por los foquitos de tungsteno, que multiplican la sensación y que parecen llegar al infinito, atenuando el cansancio del día con un suave y tranquilo masaje visual. Los que pasamos tiempo de nuestra vida allí sentimos esa calidez. Ciudad Oculta nos da asilo y nos cobija.

En estos días nos enteramos de que quieren tirar abajo El Hospitalito o como lo llaman afuera “El Elefante Blanco”. Estoy triste. Por los niños que cayeron en los huecos de los ascensores, por los que lo tuvieron como casa, por la familia Carreño que se instaló en el primer piso llegando desde el Conurbano y con el sueño de tener trabajo en la Capital, triste porque solo quedará el recuerdo de salir al pasillo y sentirse a metros del Aconcagua, eso mismo que se siente cuando cae un ombú o cuando asfaltan una calle. Da la sensación de haber perdido parte de la vida o de que todo lo sentido fue parte de un sueño.

Pero Ciudad Oculta es real: mi familia y El Hospitalito lo son. Al menos desde mi percepción del mundo. Y, aunque parezca un mal sueño, nos quedará de consuelo el recuerdo de haber pasado por ahí y haber sentido lo que sentimos.

Nahuel Alfonso nació en 1987 y es fotógrafo. Su obra está marcada por el entorno, la cercanía entre las personas y el trabajo de la luz. La génesis de sus ensayos está ligada a lo sucedido en su vida, buscando en los demás algo similar, algo que conecte a las personas. Su relato fotográfico está, en algún punto, entre la narrativa documental y el ensayo personal.