Por un 2018 pleno de viajes
Se está terminando el año, unas pocas horas más y ya estaremos dando nuestros primeros pasos por 2018.
A lo largo de este 2017 que lentamente se va despidiendo hemos recorrido una gran cantidad de lugares diferentes y hemos compartido distintas historias, anécdotas y experiencias.
Andalucía, Dalmacia, Tartaristán, Gerasa, British Columbia, Rajastán, Macedonia, Baviera… Estas son algunas de las regiones que fueron protagonistas de esta columna dominical.
Desde encuentros cercanos con tiburones, en Sidney, donde estuve embutido en un generoso traje de neopreno, pensando a cada momento en quién me había convencido para realizar semejante actividad, hasta observar los preparativos de la partida de un vuelo con uno de los mayores aviones que hoy están en funcionamiento en la industria aeronáutica comercial.
Culinariamente hablando, nos deleitamos con los mejores productos de la cocina vasca, disfrutando de los mejores pintxos en una gran tasca, recorrimos uno de los Chinatown más importantes del mundo, San Francisco, para descubrir el secreto detrás de las Galletas de la Fortuna, su creación y el porqué de sus mensajes, y me animé a un desafío que me ubicó en la pared de los perdedores al tratar de concluir la prueba de terminar una canasta llena de las alitas de pollo más picantes del mundo en la ciudad de Chicago, una de las metrópolis mas importantes de los Estados Unidos.
Estuvimos en antiguas ciudades donde cada uno de sus monumentos y ruinas marcan claramente el paso del tiempo, como la ciudad de Gerasa, en Jordania, provista de una de las muestras más claras de la expansión del Imperio Romano; o Split, en Croacia, mostrando no sólo el poder de llevar sus costumbres a cada uno de los rincones del Imperio de los césares, sino también la majestuosidad con la que lo hacían.
Fuimos testigos de la importancia de las letras y las ciencias en dos ciudades completamente diversas pero absolutamente interesantes, como lo son Jaipur, en India, con su famoso y monumental observatorio, y Baltimore, en EE. UU., exponiendo una de las bibliotecas más espectaculares del mundo.
Parajes únicos también fueron parte de nuestro encuentro semanal, uno de ellos bien argentino: la ciudad más austral, Ushuaia, con su Canal de Beagle y sus glaciares, último mojon antes de aventurarse a la vastedad antártica. O qué les parece aquel de la Baja California, en México, llamada el Acuario del Mundo por el celebre Jacques Cousteau, rodeada de aguas de impresionante azul.
Museos como el Guggenheim de Bilbao abrió sus puertas a nuestras mentes, imaginándonos las postales ya famosas de su genial arquitectura e interesantísima colección.
No podemos dejar afuera mercados antológicos como la famosa Pescheria de Catania, el famoso mercado del pescado que se encuentra en el mismo lugar hace cientos de años, donde nos sumergimos en el frenético tránsito del lugar y en la cacofonía producida por los exultantes gritos de los propietarios de los puestos al ofrecer sus variados productos en este tan colorido y especial lugar.
También les presenté a algunas de las generosas personas que fueron las encargadas de transformarme en un verdadero local en cada uno de los lugares que visité, con mucha generosidad y paciencia.
Al terminarse este año, y recordando la visita al Monasterio de los Milagros, llamado también Monasterio de la Rábida, donde la leyenda cuenta que aquí pasó Colón la últimas horas antes de su partida hacia el infinito Atlántico, les deseo un muy buen fin de año y un auspicioso 2018, y que cada una de sus aventuras a emprender sean con éxito y todas y cada una de ellas lleguen a buen puerto.