Por qué quieren que los 70 hipopótamos del narcotraficante Pablo Escobar sean llevados a la India y México
Las autoridades aguardan el aval del Ministerio de Ambiente para el traslado de los ejemplares
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En los últimos días, varios grupos de hipopótamos fueron vistos “como Pedro por su casa” en plena zona central del corregimiento de Doradal —en Puerto Triunfo (Antioquia, Colombia)—, a pesar de la amenaza que puede representar para los pobladores.
Merodeando entre viviendas, calles y vehículos, y cruzando la concurrida autopista Medellín — Bogotá, los animales quedaron captados en videos que se dieron a conocer en redes sociales.
Los mamíferos, que son considerados como una especie invasora y que fueron introducidos al país por el narcotraficante Pablo Escobar, se convirtieron en parte del paisaje y la cultura de una región cuyo ecosistema se ha visto afectado por su presencia.
Según las cuentas del Ministerio de Ambiente, en Colombia hay actualmente 169 hipopótamos que habitan entre el valle del río Magdalena y la depresión Momposina. Solo en el sector de la Hacienda Nápoles — a donde llegaron 4 individuos procedentes de África a mediados de los años 80 —, hay 114 mamíferos. El 37 por ciento del total son crías y juveniles que facilitan su exponencial reproducción.
Un estudio adelantado por investigadores de la Universidad Javeriana y el Instituto Alexander von Humbolt, con datos de Cornare, reveló a finales de 2020 que la población de hipopótamos podría alcanzar los 1.418 individuos para el 2034 en caso de no tomar acciones de control.
A eso se suma el peligro que representan para la vida y la integridad de los habitantes del Magdalena Medio. ”Es un animal con un comportamiento imprevisible, salvaje. Cuando se muestra así (deambulando con tranquilidad) es como si no hiciera nada, pero si algún día mata a una persona, ¿qué? Por eso hacemos el llamado para que se tomen medidas urgentes para atender lo que es una problemática”, dijo David Echeverry, biólogo experto de Cornare.
En este sentido, una de las alternativas que se puso sobre la mesa en los últimos meses fue la translocación de, por lo menos, 70 hipopótamos a santuarios y reservas de animales en México e India.
Los permisos
El anuncio — que tomó por sorpresa a la opinión pública a pesar de que se viene trabajando en ello desde hace casi dos años — lo hizo en marzo pasado el gobernador Aníbal Gaviria durante una sesión de la Asamblea departamental.
Desde entonces, funcionarios de la gerencia de Protección y Bienestar Animal de la Gobernación y Cornare trabajan de la mano con el Santuario de Animales Ostok de México para avanzar en los trámites necesarios para realizar el complejo procedimiento.
Ernesto Zazueta, presidente del Consejo del Ostok, visitó Medellín en los últimos días y despejó algunas dudas que aún persisten sobre la translocación de los hipopótamos a América del Norte y Asia. ”“Nosotros tenemos un grupo de veterinarios, especialistas y muchos años haciendo estas labores. Para nosotros no es algo imposible. Hemos movido elefantes, jirafas y cientos de animales, para nosotros es algo cotidiano hacer esto. Tal vez haya desconocimiento de las autoridades en ese sentido”, afirmó el mexicano.
El proceso costaría unos 3 millones de dólares y sería financiado con dinero gestionado por la fundación entre recursos propios, una ONG en India y benefactores privados que se suman a la iniciativa.
Desde el santuario fueron enfáticos en aclarar que el Gobierno Nacional no tendría que poner recursos para la translocación, que actualmente estudia el Ministerio de Ambiente. “Un punto muy importante es que esto no le va a costar nada al Gobierno. Nosotros venimos a ayudar, a salvar esos animales con recursos propios, la fundación en México cuenta con apoyo y en la India también”, dijo Zazueta. En abril pasado, Cornare radicó ante la entidad el permiso CITES — documento que vela por qué el comercio de animales no constituya una amenaza para la supervivencia de la especie — para obtener el visto bueno en el proceso.
Sin este ‘pasaporte’ no se puede avanzar en ninguna actividad de exportación. Al mismo tiempo, se avanzó en la homologación de los criterios sanitarios del Instituto Colombiano Agropecuario y la entidad equivalente en México para autorizar el traslado.
EL TIEMPO estableció que hace dos semanas el Ministerio de Ambiente solicitó a las entidades un listado de requerimientos más completo, con el protocolo detallado del proceso y cada una de sus fases.
Esto quiere decir que pidió el paso a paso de cómo se adelantará cada una de las acciones para mover a los hipopótamos hasta su destino final. Allí se incluye la seguridad del personal, los guacales y sus respectivos estudios de resistencia, la contención química de los animales y otros aspectos clave. El Ministerio preguntó, además, por la experiencia de Cornare — que ya ha movido siete hipopótamos a otras zonas del país — y el Santuario Ostok en este tipo de actividades de translocación.
Así será el traslado
En su paso por Medellín, Zazueta también despejó una de las principales dudas que ha suscitado el traslado de los hipopótamos: los mamíferos no viajarán sedados ni se van a anestesiar. Para el procedimiento se adelantará un manejo físico y no químico con el cual la fundación aportará recursos y experticia.
”Lo que se va a hacer, primeramente, es que se construirá un corral alterno al existente en las afueras de la hacienda Nápoles, en Doradal. Ahí vamos a hacer un manejo de cebamiento”, explicó el presidente de Ostok.
El cebamiento, detalló el biólogo Echeverry, es un método de captura pasiva en el que se usan alimentos para que ellos mismos ingresen al corral. “Se les pone comida por el sitio donde ellos transitan y se les hace un camino para que se vayan detrás de ella”, dijo el experto.
Una vez los hipopótamos se hayan cebado, se habilitará una especie de pasillo o túnel por el cual los individuos se podrán subir, de manera voluntaria, al guacal de madera en el que serán trasladados. Una empresa de Medellín se encargó de diseñar, con estudios estructurales, la jaula que tendrá dos tamaños, según las características de cada individuo. Su capacidad es de tres toneladas estáticas, es decir, sin movimiento, y hasta 10 toneladas con la fuerza que generan los animales al moverse.
“El traslado se hace en aviones de carga, ellos se suben con máquinas y grúas, y van monitoreados por veterinarios. Los animales se van humectando muchas veces porque ocupan agua, comida por lo regular ellos no comen, no ingieren alimentos”, detalló Zazueta.
Según las previsiones de la fundación, los hipopótamos serán trasladados a India en dos vuelos con 30 individuos por avión — en un Boeing 747 o similar — y un solo viaje a México con 10 animales. Los vuelos despegarán desde el aeropuerto internacional José María Córdova de Rionegro, en el Oriente antioqueño y se estipula que el tiempo total de la translocación tome unas 6 horas al país manito y entre 26 y hasta 40 a la India.
”Allá (en los santuarios) no estarían en completa libertad. Estarían en un hábitat controlado. Tiene especialistas, tiene alimento, tiene contenciones, tiene todo para estar bien. Aquí lo que pasó es que quedaron a la deriva, no es el caso allá”, puntualizó el presidente de Ostok.
El plan del Ministerio
A principios de agosto, la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, presentó ante el Congreso de la República, las dos propuestas que analiza su cartera para dar manejo a esta especie invasora. Aunque no cerró la posibilidad de trasladar a los animales — incluso confirmó que hay solicitudes para ‘exportar’ 85 hipopótamos que hoy están en estudio —, la funcionaria pidió que este proceso se haga con los más altos estándares éticos y que no sea simplemente llevar el problema a otro país o territorio. ”“Nos toca demostrar con autoridad científica cómo es que vamos a capturar este animal, dónde lo vamos a tener en confinamiento, por cuánto tiempo, cómo lo anestesiamos, cuál es el transporte, cuál es el equipo veterinario que asegura la supervivencia, dónde los ponen en cuarentena cuando llegan”, cuestionó la Muhamad.
Al mismo tiempo, el Ministerio avanzará en los próximos seis meses en la esterilización de 40 hipopótamos en convenio con Cornare, un proceso que puede costar hasta 40 millones de pesos por individuo.
Incluso, la corporación en los últimos años ha adelantado 12 esterilizaciones, pero uno de los animales operados ya falleció producto de un accidente de tránsito.
”Nuestra meta es avanzar en 40 cirugías anuales, que nos llevaría a frenar la capacidad reproductiva de la población, pero no nos resuelve el impacto ambiental ecosistémico”, dijo Muhamad. La funcionaria refirió que los mamíferos “han tenido la capacidad de abrir canales, cambiar la dinámica hidrológica natural de los ríos y las ciénagas, compactar el suelo y erosionar las riberas”.
De ahí la importancia de las acciones del Ministerio que se centrarán en el manejo ecosistémico, el control poblacional de la especie y el plan de manejo con componente ético y altos protocolos.
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