Por qué es importante tomarse la presión y cuáles son las claves para hacerlo bien
Pocos procedimientos en la salud pueden ser más accesibles que tomarse la presión. Pero que se trate de un control relativamente sencillo no significa que su importancia sea menor. Por el contrario, desde la comunidad médica redoblan un pedido: hacerse, al menos una vez al año, un chequeo de la tensión arterial. El pedido tiene que ver con la hipertensión, una enfermedad que no presenta síntomas -pero sí tiene sus consecuencias- y que, para detectarla, requiere de un primer control bien realizado. Sin embargo, antes de salir corriendo a buscar un tensiómetro o a hacerse un chequeo uno mismo es aconsejable tener en cuenta algunas recomendaciones.
Antes que nada, lo importante es tener en claro que lo que se busca son resultados confiables y no el primero que pueda surgir en una medición de apuro. El cardiólogo Miguel Schiavone explica que, para lograr esto, lo mejor es realizar, en un lugar cómodo y con tranquilidad, tres registros sucesivos de la presión arterial, porque el primero suele estar influenciado por la ansiedad de saber el resultado, lo que puede llevar a un aumento transitorio de la presión arterial. Un promedio entre el segundo y tercer registros, hechos con una diferencia de un minuto entre toma y toma, otorga un valor más cercano a la presión arterial de ese momento.
Claro que, dicho de esta manera, sin referencias numéricas, esto puede parecer bastante abstracto. Ya sea con un tensiómetro digital o un clásico tensiómetro aneroide, la presión no debería superar 140/90 mmhg (14/9). Aun así, un resultado final por encima de estos valores tampoco significa que haya que entrar en pánico.
Control para evitar sorpresas
"Esto no deja de ser una foto; una película sería con un Holter de presión o un monitoreo ambulatorio de la presión arterial (MAPA). Eso nos da un panorama mucho más amplio. En un MAPA de 24 horas un equipo se le coloca al paciente durante 24 horas y registra la presión arterial cada 15 minutos durante el día y media hora a la noche. Al día siguiente el paciente se lo quita y lo entrega para descargar los valores y realizar promedios diurnos y nocturnos. Otra posibilidad es el Monitoreo Domiciliario de la Presión Arterial (MDPA), a través de un tensiómetro que le es entregado al paciente en un centro hospitalario junto a un protocolo de tomas de presión. El MDPA consiste en el registro de la presión de cinco a siete días, en los que el paciente se hace la medición dos veces a la mañana y dos veces a la noche de forma controlada", explica Schiavone, integrante de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA) que, por estos días, presentó la campaña "2 minutos x tu corazón", que busca educar y concientizar sobre la prevención de las enfermedades cardiovasculares.
La hipertensión es asintomática, pero es frecuente que muchas personas manifiesten molestias que suelen relacionar a esta patología. "El color rojo de la piel o del ojo, el sangrado de la nariz, el dolor de cabeza o del brazo, todos esos son factores confundidores", afirma Schiavone, quien, no obstante, aclara que valores arriba de 170/110 mmhg sí son muy altos, por lo que requieren una internación urgente, al tratarse de una crisis hipertensiva -que no es lo mismo que la hipertensión.
Para llevar un control rutinario, la presión arterial puede ser chequeada a lo largo del día y, también, en este punto, se pueden tomar algunas recomendaciones. "Uno se despierta y la presión suele estar un poquito más alta porque se disparan un montón de hormonas que gatillan el despertar, porque sino uno seguiría durmiendo eternamente. Si uno se despierta y se toma la presión los primeros registros van a ser un poquito más altos", dice el especialista.
Y aclara, entonces, que tras despertarse se debe orinar y después sentarse en un lugar cómodo para hacer las mediciones. "Después, durante el post almuerzo desciende, a la tardecita vuelve a subir y a la noche vuelve a bajar un poco. Entonces, lo que le digo a los pacientes es que no estén todo el tiempo obsesionados con su presión arterial, sino que la mejor obsesión sea la actividad física, comer sano, tratar de evitar el estrés de alguna forma y, si se van a tomar la presión, que lo hagan de forma correcta", agrega.
A la hora de elegir un tensiómetro, las últimas guías de cardiología en el país recomiendan el uso de los digitales. No porque no se puedan usar los aneroides (con la pera de latex, el estetoscopio y manómetro) pero, según indica Schiavone, "la técnica auscultatoria es muy compleja, requiere un entrenamiento; los tensiómetros electrónicos son muy precisos". Desde la FCA señalan, además, la importancia de revisar que el aparato esté debidamente validado y calibrado. Una de las formas de chequearlo es a través de la web de la Sociedad Británica de Hipertensión, en la que figuran las distintas marcas y modelos de dispositivos.
La hipertensión, un factor de riesgo para otras enfermedades
La hipertensión arterial (HTA) es uno de los factores de riesgo más importantes para el desarrollo de enfermedades coronarias, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca e insuficiencia renal. Según el segundo y último Registro nacional de hipertensión arterial (RENATA-2), el 36,3% de la población en nuestro país tiene esta patología y el 38,8% de las personas hipertensas desconocen su condición.
"Los pediatras -dice Schiavone- deberían empezar a tomar la presión arterial a partir de los tres años. Hay causas de hipertensión que se dan en los niños que diagnosticadas tempranamente podrían prevenir eventos futuros. Obviamente, en la medida que la persona va envejeciendo la posibilidades de tener hipertensión aumentan, pero sería bueno que una persona pasados los 40 por lo menos una vez al año concurra a un cardiólogo o a un clínico, y que le tome la presión arterial."
Hacerse un chequeo, pero también hacer actividad física, alimentarse de forma equilibrada, mantener un peso adecuado, no fumar, y reducir el consumo de sal y alcohol contribuyen también a tener la presión dentro de los márgenes saludables para evitar cualquier complicación.