Gran parte del planeta celebra, desde hace cientos de años, el día del nacimiento de Jesús a fin de año; sin embargo, Nicolás Maduro, el presidente de Venezuela, acaba de anunciar que adelantará la festividad en su país
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Nicolás Maduro anunció que adelantará la Navidad en Venezuela al 1 de octubre, describiéndolo como un “homenaje al pueblo combativo”. Durante una aparición en Globo Visión, el presidente venezolano explicó que esta medida busca traer paz, felicidad y seguridad al país. Esto plantea un interrogante: ¿por qué celebramos la Navidad en diciembre? ¿Existen otros países de la región con una situación similar a la de Venezuela?
Cada 25 de diciembre, los cristianos celebran tradicionalmente el nacimiento de Jesucristo. Sin embargo, esta fecha es el resultado de una convención, ya que no se conoce con certeza cuándo nació Jesús, y los textos sagrados que narran su vida, los evangelios, no proporcionan una fecha exacta. Aunque escasas, sí ofrecen algunas referencias temporales sobre el nacimiento del Mesías.
En el Evangelio de Lucas, se menciona que unos pastores estaban pernoctando al aire libre con sus ovejas en el momento del nacimiento de Cristo. Este detalle sugiere que es poco probable que el nacimiento haya ocurrido en diciembre, ya que el invierno en Palestina generalmente presenta temperaturas bajo cero, y la tradición ganadera de pastorear al aire libre se llevaba a cabo entre marzo y octubre.
Además, en los evangelios de Lucas y Mateo se indica que Jesús nació durante el reinado de Herodes “el Grande,” quien gobernó entre 37 a.C. y 4 a.C., y en un contexto de censo. Según las escrituras, Herodes murió cuando Jesús era un niño, lo que permite situar su nacimiento entre los años 6 y 7 a.C., es decir, aproximadamente cinco años antes de lo que actualmente se considera el año cero.
También se hace referencia a otro evento histórico: el “censo de Quirino,” para explicar el traslado de José y su familia desde Nazaret, su pueblo en Galilea, hasta Belén. Sin embargo, este censo, decretado por el emperador romano Augusto Octavio y organizado por el rey de Siria Quirino, tuvo lugar varios años después del nacimiento de Jesús, cuando este ya tenía aproximadamente 10 años.
Por otra parte, en cuanto al año de su nacimiento como inicio de lo que hoy conocemos como “nuestra era”, está relacionado con un encargo del Papa Juan I a un monje llamado Dionisio y conocido como el Exiguo.
A principios del año 500, cada pueblo del Imperio Romano contaba con su propio calendario, lo que causaba una gran confusión y dificultaba la unificación en la forma de medir el tiempo. Por esta razón, Dionisio, un monje erudito y experto en cálculos astronómicos, se dedicó a establecer un punto de referencia para comenzar a contar la historia, situándolo en el nacimiento de Jesús.
Sin embargo, “Dionisio se equivocó al seleccionar una fecha aleatoria. Para el año 532, fijó el calendario, pero erróneamente estableció el nacimiento de Cristo cuatro años después de la muerte de Herodes”, explicó en una entrevista a LA NACION el sacerdote Luis Rivas, profesor emérito de Sagradas Escrituras en la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina (UCA).
Aunque existen indicios que cuestionan la fecha tradicional, el motivo por el cual celebramos la Navidad el 25 de diciembre, y no en otra fecha, se remonta al siglo IV d.C., cuando el emperador romano Teodosio I llamado “el Grande”, influenciado por la Iglesia Católica, decidió oficializar una práctica que los cristianos ya realizaban: sustituir las festividades paganas por celebraciones cristianas. Una de esas festividades era la celebración pagana del “nacimiento del Sol Invicto,” que conmemoraba el nacimiento del dios sol, identificado con Apolo o Mitra según la religión pagana a la que se perteneciera. Y esa fecha fue elegida porque, a partir de ese momento, los días comienzan a alargarse y hay más luz solar. Para la Iglesia, no había luz más intensa que la de Jesucristo, por lo que se estableció el 25 de diciembre como la fecha de su nacimiento.
Juan Pablo II, en la audiencia general del 22 de diciembre de 1993, dijo que “a los cristianos les pareció lógico y natural reemplazar esa festividad por la celebración del único y verdadero Sol, Jesucristo, quien vino al mundo para traer la luz de la verdad a la humanidad”.
La situación de Cuba y Uruguay
Desde la Revolución Cubana en 1959, Cuba se declaró un país ateo. En 1970, Fidel Castro proclamó el “año de la zafra” con el objetivo de mejorar la situación financiera del país, estableciendo la ambiciosa meta de producir 10 millones de toneladas de azúcar. Para lograrlo, el gobierno movilizó gran parte de los recursos nacionales, incluyendo a las Fuerzas Armadas, y llevó a cabo una preparación masiva de tierras. El 2 de enero de 1969, Castro suspendió las fiestas navideñas para dar prioridad a la zafra azucarera. A pesar de estos esfuerzos, la producción alcanzó solo 8,5 millones de toneladas, un récord histórico, pero insuficiente para cumplir la meta establecida. En los 90, a la par del colapso de la Unión Soviética, castro mantuvo conversaciones con líderes religiosos y se abrió la posibilidad de que Cuba dejara de ser un estado ateo para convertirse en uno laico con libertad de culto. Un punto de inflexión fue la visita del Papa Juan Pablo II, en enero de 1990 y ese mismo año se reconoció la navidad como un día festivo para los cubanos católicos. Fue recién en 2019, con la reforma de la Constitución cuando Cuba se convirtió en un país laico.
Más cerca de la Argentina, otro país latinoamericano que eliminó la celebración de la Navidad de sus calendarios hace más de 100 años es Uruguay. A finales del siglo XIX, influenciado por ideas anticlericales francesas, el gobierno uruguayo retiró los símbolos religiosos de la vida pública; las cruces desaparecieron de cementerios, escuelas y hospitales. En 1919, el gobierno cambió el nombre de varias festividades: el 25 de diciembre pasó a llamarse “Fiesta de la Familia”, la Semana Santa se transformó en “Semana de Turismo”, y el Día de Reyes se renombró como “Día de los Niños”.
Respecto de Venezuela, no es la primera vez que el mandatario bolivariano adelanta las festividades. En 2020, comenzaron el 15 de octubre, y al año siguiente adelantó esa fecha al 4 de octubre. Durante las semanas previas a la celebración, el gobierno chavista suele aumentar la distribución de ayudas y bolsas de comida en los barrios, incluyendo perniles o jamones, que durante los años más difíciles de la crisis económica se convirtieron en el producto más codiciado de las cajas entregadas por los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP). En esta oportunidad, el anuncio de Maduro fue realizado en medio de la crisis política que atraviesa el país desde el 28 de julio, cuando se llevaron a cabo las elecciones que dieron como vencedor a Maduro nuevamente, y momentos después de que se ordenara la detención del opositor Edmundo González Urrutia.
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