Si había un contexto que favorecería el desarrollo y la masificación de una plataforma de contenido audiovisual en vivo las 24 horas era este. Conclusión –consecuencia–: el 2020 fue el año de Twitch.
Hasta que llegó la pandemia las horas de visualización por mes de Twitch eran cerca de 950 millones. Desde marzo, el promedio llegó a 1500 millones. Se multiplicaron los números y se diversificaron las propuestas. Desde marzo comenzaron a proliferar conversaciones, entrevistas, programas de radio, monólogos. Con los nuevos contenidos llegaron nuevos host’s: futbolistas, standuperos, comediantes, conductores, youtubers, periodistas, influencers, freestylers.
La plataforma que nació para el universo gamer, y que Amazon compró en 2014 por US$970 millones, copó el streaming de entretenimiento con referentes locales.
Pero antes hubo una historia: en 2007 se creó Justin.tv, una plataforma Gran hermano donde los usuarios podían estar en vivo todo el día. El gaming copó el stream y en 2011 nació Twitch.tv, la red social de los deportes digitales, que en 2014 fue comprada por Amazon en US$970 millones: la mayor inversión de la historia de la compañía. En 2015, cuando Twitch era casi desconocida en Argentina, Martín Pérez Disalvo se convirtió en Coscu, nuestro Messi del streaming. De él podríamos decir, a modo de síntesis, que abrió el universo de los e-sports y las IRL –reacciones en vivo–, impulsó la plataforma en el país y puso la piedra fundacional de una generación.
De ese inicio de Twitch salieron stremears que fueron definiendo a la comunidad. Los nombres que, de algún modo, hicieron a la plataforma en su versión argenta: DuendePablo, Grafo, FranKkaster, Momo, Goncho, Zeko, Rojankhzxr, Agusbob. La lista podría seguir y variar. La dinámica de Twitch asusta.
Les presento Krü ??[R][R]En vivo ahora en https://t.co/pb8VmBQenQ#VamosAJugar#OjoAlTejopic.twitter.com/S9fBZ5NyP2&— Sergio Kun Aguero (@aguerosergiokun) October 15, 2020
La expansión argentina de la plataforma en 2020 empezó con el Kun Agüero. Entre lesiones y el parate del fútbol profesional, comenzó a streamear jugando al Fifa o al Among us. Su carisma lo convirtió en tendencia, pasó a compartir vivos con el español Ibai Llanos (el streamer en habla hispana más visto del planeta) y creó Krü, su propio equipo de e-sports.
Cuando la cuarentena ya llevaba más de un trimestre, Soy Rada (Agustín Aristarán) también empezó a prender en Twitch. Mientras producía contenidos para su canal de YouTube y lanzaba la tercera temporada de Radahouse, se equipaba técnicamente para stremear. Arrancó con IRL y charlas con sus seguidores. Después armó Trigot, un ciclo semanal que comparte con el youtuber Damián Kuc y el productor Tomás García. Luego creó Grupo de riesgo, donde conversa con sus amigos de siempre. Además, tiene jornadas con entrevistas –no se pierdan su charla con Hernán Casciari– y shows caseros con su banda, Soy Rada And The Colibriquis.
"Conocía Twitch, pero no consumía. No entendía mucho y me encontré con una plataforma que es infinita", dice Rada sobre su ingreso al stream. "Se me unieron en un mismo lugar muchos universos: poder generar contenidos, hacer música, hacer comedia, dirigir cámaras. En Twitch, me encanta poder hacer muchas cosas a la vez".
Twitch permitió reinventarse en la cuarentena. Es muy cercana con el público y es directa. Es muy parecida al teatro, tenés la respuesta al toque.
El standupero Lucas Lauriente es otro que llegó a Twitch con Charlitas Twitcheras, donde conversa en vivo con "figuras de internet": desde Migue Granados hasta Damián Kuc, Magalí Tajes y Grego Rossello. Granados hijo también desembarcó en la plataforma. Arrancó con charlas y gaming con otros comediantes. Después compartió música con sus seguidores y terminó creando el ciclo de conversaciones musicales Random, junto con Fede Bareiro –periodista e influencer–, y por el que pasaron, entre otros, Fito Páez y Gustavo Santaolalla. De algún modo, sin espectáculos presenciales, Twitch se convirtió en un medio para la reinvención del stand up y el humor.
"Twitch permitió reinventarse en la cuarentena", dice Rada sobre la llegada de nuevas figuras a la plataforma. "Es muy cercana con el público y es directa. Es muy parecida al teatro, tenés la respuesta al toque", sigue Rada. "Y creo que emula la radio en la compañía. De gente que está ahí, en vivo. Y, de hecho, se pueden hacer cosas más grandes en Twitch".
La radio también llegó a Twitch, claro. Hay periodistas que se instalaron en la plataforma, como es el caso de Juan Facundo Díaz, que tiene su programa sobre música tres veces a la semana. "Twitch tiene una gran frescura por su cercanía. La inmediatez del chat, incluso ahora en cuarentena, transmitiendo desde tu casa, ofrece cierta calidez y un mayor acercamiento", dice Díaz, que creó su canal a mediados de año. "En mi caso, hablando de música se genera un vínculo muy cercano".
Otros, como Luciano Banchero y Fiorella Sargenti, empezaron Victoria nórdica, una incursión en el stream donde reproducen la energía de Sensacional éxito –su programa en la Metro–, pero con imagen y un feedback constante con sus oyentes.
"Creo que Twitch puede ser un lugar donde la radio se plasme o genere nuevos contenidos. Pero Twitch tiene sus propias dinámicas, propias de la plataforma, que escapan a la radio", sigue Díaz, que agrega que el desafío principal al mudarse al stream es migrar a un público oriundo de otros medios. "Sería interesante producir cosas vinculadas a la radio y que sean superadoras a estas propuestas más hogareñas".
Otro factor que muestra el avance de la plataforma es la participación femenina. Por citar un ejemplo, se creó el equipo femenino del 9z Team, una de las franquicias de e-sports más grandes del país. Los números dicen que un 35% de los usuarios de Twitch son mujeres, pero las competencias y las lives reactions demuestran un crecimiento constante.
Twitch fue generando una sinergia que atrajo a figuras a su espacio. La versatilidad de sus contenidos, la espontaneidad del vivo, la cercanía con el fandom y la imposibilidad de un entretenimiento en persona –¿real?– se conjugaron para propiciar su estallido. Ahora la pregunta es: ¿hay futuro para Twtich? Soy Rada tiene su respuesta: “En un año no vamos a tener que explicarle a nadie qué es Twitch. Todos van a saberlo”.