Magnetar: por primera vez detectan una misteriosa señal de radio en la Vía Láctea
El pasado 28 de abril, científicos identificaron una fuerte ráfaga de ondas de radio. Tras varias especulaciones, descubrieron que provenía de la Vía Láctea y que una de las causas de la efímera explosión probablemente sea un objeto estelar exótico llamado magnetar, un tipo de estrella de neutrones joven que queda después de que explota una estrella grande que tiene un campo magnético extremadamente poderoso.
Este tipo de señales cósmicas ya habían sido captadas por telescopios antes, pero siempre desde fuera de nuestra galaxia. Los estudios sobre el destello extremadamente intenso de ondas de radio que no dura más de unos pocos milisegundos fueron publicados en la revista Nature y recogidos por National Geographic.
"Cuando miré los datos por primera vez, me quedé básicamente paralizado por la emoción", reconoció el estudiante graduado de Caltech Christopher Bochenek, autor principal de uno de los estudios, en una conferencia de prensa el lunes.
Las conclusiones fueron alcanzadas luego de que a finales de abril, los investigadores registraran los rayos X y las ráfagas de radio en la misma pequeña porción de cielo, lo que vinculó la ráfaga de radio rápida al magnetar. Se trató del vínculo entre este misterioso tipo de señal y un objeto celeste específico. Los estudios sugieren que al menos algunas de las ráfagas de radio lejanas también provienen de magnetares.
"No creo que podamos concluir que todas las ráfagas de radio rápidas provengan de magnetares, pero los modelos que tienen magnetares como el origen de las ráfagas de radio rápidas son muy probables", dijo Daniele Michilli de CHIME, becaria posdoctoral en la Universidad McGill en Montreal, en la rueda de prensa.
La detección dentro de la Vía Láctea
El 27 de abril, dos telescopios espaciales de la NASA captaron rayos X y estallidos de rayos gamma que emanaban de un magnetar en la Vía Láctea llamado SGR 1935 + 2154. Al día siguiente, los radiotelescopios terrestres del hemisferio occidental captaron una señal del mismo objeto.
El telescopio CHIME de Canadá, que está compuesto por más de 1000 antenas de radio dispuestas como enormes semiesferas de metal, fue el primero en detectar la ráfaga de radio proveniente de la misma porción de cielo que la magnetar. El personal de CHIME envió de inmediato una alerta a los astrónomos de todo el mundo, alentándolos a girar sus telescopios hacia el objeto. La señal también se extendió por STARE2, una serie de radiotelescopios de baja tecnología, cada uno hecho con un tubo de metal y dos moldes para pasteles, repartidos por California y Utah.
La historia de las ráfagas de radio rápidas
La nueva señal es la primera ráfaga de radio rápida relacionada con una fuente específica, lo que brinda una oportunidad única de estudiar finalmente uno de estos destellos cósmicos en detalle. Según trascendió, las ráfagas de radio rápidas, que fueron descubiertas en 2007, son difíciles de estudiar dado que terminan muy rápido. Incluso, al principio los científicos se mostraba escépticos de que la señal proviniera del espacio y no que fuera una onda mal identificada de una fuente terrícola. Finalmente, en 2013 el descubrimiento de cuatro explosiones más confirmó sus orígenes cósmicos.
En 2016, se descubrió una fuente repetitiva que provenía de una galaxia a más de 2600 millones de años luz de la Tierra. Ahora, se encontró más de un centenar de ráfagas de radio rápidas, aproximadamente 20 de las cuales se repiten.
Desde hace años que los astrofísicos se dedican a averiguar qué provoca estas intensas explosiones de radio y, al parecer, comenzaron a encontrar respuestas.
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