C’ars by Manuquita está en Uruguay, en la ruta que une Colonia con Carmelo; atesora autos antiguos, máquinas de escribir y también decorados, como un consultorio médico y una peluquería con mobiliario de época
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A los 79 años Manuel Arslanian concretó el sueño del museo propio, un proyecto que inició hace 30 años, cuando su esposa María Angélica murió de cáncer. El coleccionista argentino atesora cachilas, como le dicen a los autos antiguos en Uruguay, el país al que le dio más de 50 vueltas en busca de modelos olvidados, chatarra que muchas veces encontraba cumpliendo las funciones de gallineros.
En un galpón ubicado a 19 kilómetros de Colonia, Manuel armó un recorrido para viajar en el tiempo. Más de 30 mil fotos de autos, camiones y motos. Además, miles de frascos de perfume, bicicletas, máquinas de escribir y repuestos imposibles de conseguir. El universo de C’ars by Manuquita, es una caja de Pandora donde se pueden encontrar desde impecables Lincoln Continental, hasta un Ford T de 99 años y modelos de colección.
Desde un par de Chevrolet, Chrysler y Dodge, hasta unidades de las marca Rugby, Reo, Simca, Fiat y BMW Isseta. Además, Manuel armó decorados temáticos con objetos vintage de su propio repertorio: La Peluquería de Don Mateo le puso al espacio con sillones reclinables de los años ‘50 y otros accesorios vinculados a las barberías de época. Una relojería con un muestrario de relojes cucú, una bicicletería con piezas vintage, un consultorio médico equipado con mobiliario e instrumental original y una mini estación de servicio donde se detuvo el reloj. Y un almacén de ramos generales con máquina registradora, productos y embalajes color sepia, desteñidos por el paso del tiempo.
El coleccionista argentino atesora cachilas, como le dicen a los autos antiguos en Uruguay, el país al que le dio más de 50 vueltas en busca de modelos olvidados, chatarra que muchas veces encontraba cumpliendo las funciones de gallineros.
La idea surgió antes de la enfermedad de María Angélica, que no pudo ver la obra terminada. Habían comprado un campo en la zona del Paraje San Pedro, sobre la Ruta 21 que une Carmelo y Colonia y a metros de la Estancia Presidencial Anchorena.
“Mi esposa me decía Manuquito. Y yo a ella, Manuquita, por eso le puse este apodo al museo, como un homenaje”, señala Manuel Arslanian. Y brinda más detalles de Car´s, el nombre que encierra mucho más que la palabra auto en inglés. “No soy jugador pero el 3 es mi número preferido. Tengo tres hijos, las letras a, r y s son las tres primeras de mi apellido. Y la c es la tercera del abecedario. Es que soy de Virgo, investigo en profundidad. No me quedo en la superficie”, remata. Y cuenta que hace poco, le contó en detalle esta historia al presidente uruguayo Lacalle Pou, que intrigado por el museo, se detuvo a conocerlo.
“Me llevó 30 años armarlo y recién hace 5 que lo pude abrir. No es tan simple traer autos de otros países, todavía estoy con los trámites para traer los modelos argentinos pero está complicado. En Uruguay rige un decreto muy estricto con respecto a la importación de autos de más de 50 años que prohíbe venderlos. Entonces recorro el país para buscar cachilas abandonadas. Cuando encuentro algún modelo con el título de propiedad y los papeles en regla me da muchísima felicidad”. Manuel lleva todo tipo de chatarra a un taller mecánico de Montevideo, atendido por el restaurador Enrique Navarro, un especialista que demora años en dejarlos en condiciones. “Si no se consiguen las piezas y repuestos entonces aplicamos una pintura especial que los protege del sol y la lluvia. Y los distribuimos por el parque, para que los chicos jueguen”, explica.
Manuel se define como un “coleccionista compulsivo” que ahora decidió compartir sus tesoros con quien quiera visitarlo. El galpón de 2 mil m2 tiene las puertas abiertas para bucear entre objetos y accesorios de todo tipo, autopartes del siglo pasado, insignias, tazas, bujías, juntas, espejos. Un muestrario de todo lo que Arslanian acopió durante toda su vida y guardó en prolijas cajas rotuladas. Hoy, esos objetos maravillosos están ordenados en vitrinas, estantes y repisas.
“Quería hacer algo diferente, interactivo. Por la idiosincrasia del turista argentino, el brasileño y el uruguayo me decidí a representar frentes de casas antiguas, decorados que recrean gomerías, armerías, relojerías. Ambientados de época y con escenografía especial”, señala Manuel. Entre las joyitas, destaca una máquina de escribir Melotype, una pieza de la que hay “muy pocas unidades en todo el mundo. Esta edición especial tiene todo el pentagrama musical en el teclado”, dice el coleccionista sobre su hallazgo.
Además del galpón de autos antiguos y decorados escenográficos, el sitio ofrece un parque con juegos infantiles, carruajes y distintos modelos de autos de carrera desparramados por el jardín. Una cápsula del tiempo al borde de la Ruta 21.
C’ars queda en la Ruta 21, km 194,5. Paraje San Pedro, Uruguay. Horarios: Todos los días de 10 a 14. Sábados y domingos de 11 a 18. Tel: 094427454 / +598 4520 3247 manuquita21@gmail.com
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