Hallazgo en el último piso de un edificio de los años 50: un PH chico, pero con una terraza genial.
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Con la misma perseverancia que pone en sus recetas de pastelería, sus piezas de cerámica o el cuidado de sus plantas, la chef Anita Maffioli encontró -después de una búsqueda paciente- un monoambiente en el último piso de un edificio de los años 50 en ochava, con un amplio balcón perimetral desaprovechado y terraza, que condimentó exquisitamente con puros hallazgos vintage.
"Ok. Vivo en Capital, en un monoambiente, pero voy a hacer todo lo posible para sentirme en contacto con la naturaleza", se dijo Anita Maffioli, casi como una declaración de principios, antes de encarar la reforma de su nuevo hogar bajo la dirección de la arquitecta Susana Manifesto, con quien ya había trabajado.
Tras cuatro meses de obra, aquí están presentes los mundos que se entrelazan en la vida de Anita: la pastelería profesional; la cerámica, que surgió como un descubrimiento lúdico y ahora crece en su firma Tienda Yapa; y la jardinería, que conoció gracias a su padre y afianza trabajando su huerta orgánica.
Se abrió parte de la pared para aumentar la entrada de luz y prolongar la vista desde y hacia el living.
"Desde chica recorro remates con mi mamá, que es médica y apasionada por la decoración. Ver en los objetos antiguos un recurso para sumar calidez, encontrarles un nuevo propósito o significado, es algo que me sale de manera natural".
"La prioridad fue el espacio aéreo para armar un hogar luminoso, poblado de plantas y objetos queridos. Me gusta sentir que estoy en otro lugar, una isla en el medio de la ciudad."
Anita Maffioli
"Tener alacenas hubiera quitado ‘aire’. Prefiero todo a la vista: es más ligero, más alegre, más hogar. De ahí surgieron los estantes sobre las ventanas, que además sirven como soporte para las plantas".
Las plantas de interior de siempre (que parecen de antes) se agrupan felices en este espacio luminoso: alocasias, palos de agua, begonias, potus y palmeritas (Chamaedorea elegans, para más precisión).
Se cambió el muestrario de pisos por una única carpeta de cemento alisado que, al ser clara, colabora con una mayor sensación de amplitud.
Con la reforma se generó este ventanal con puerta de vidrio (Veahcolor) al estilo de las casas de campo. Desde muy temprano, los rayos del sol entran con diferentes tonalidades.
"Cuando tuvimos que definir la división del ambiente, no hubo dudas: la biblioteca (Alberto Capuro) me resulta más cálida que una placa, cumple bien su función y deja pasar la luz".
Anita accedió a resignar metros de terraza para agrandar el baño, que ganó el espacio de la ducha revestido con calcáreos de Moltrasio.
"Nos encontramos con un departamento chico en último piso, con un balcón muy poco aprovechado. Revertimos esa situación agrandando las carpinterías y generando una salida desde el cuarto a la terraza"
Arq. Susana Manifiesto
"Crecí en dos casas distintas: en la de mi madre siempre estuvo presente el interés por crear espacios cálidos; y en la de mi padre, el cuidado de las plantas".
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