En lo alto de una torre, este hogar se llenó de vida gracias a una reforma que apostó al verde, a los climas que genera la iluminación y a subrayar lo que lo hace único: sus espectaculares vistas.
Hacia afuera, una panorámica privilegiada de la ciudad y del Río de la Plata. Hacia adentro, la aparente frialdad de una gigantesca torre en el corazón de Palermo. Tomar esas dos sensaciones y definir ambientes amenos, detalles con identidad y rincones expresivos fue la tarea de la arquitecta e interiorista Karen Garber a la hora de reformar y acondicionar este departamento de soltero.
“Cuando vi el espacio supe que lo mejor sería integrar y generar una planta lo más amplia posible. El interiorismo se tenía que armar con pocos muebles –de diseño, bien elegidos y sin recargar– para que las vistas tuvieran todo el protagonismo”, cuenta la arquitecta.
Con esto en mente, Garber transformó el living, el comedor y la cocina en planos cálidos, con divisiones flexibles e iluminación al servicio de los climas.
Ideal para recibir amigos o hacer reuniones familiares, el comedor tiene sillas ‘Soro’ con estructura de madera y asiento tapizado ($3.427), de Desli; y una mesa ‘Infinito’, de Walmer. El conjunto se completa con platos de porcelana de Salazar Casa.
Las cortinas roller motorizadas fueron elegidas pensando en aprovechar al máximo la luz natural que el departamento recibe. Además de funcionales, resultan muy prácticas: cuando se suben quedan totalmente escondidas detrás de una cenefa.
Frente al comedor, el sector de entretenimiento tiene una pared central revestida en ‘Dekton Aura’ con puertas laterales corredizas en varas de nogal italiano. La misma cierra el espacio para dar privacidad al dormitorio, ubicado del otro lado. En el frente hay una cajonera flotante y un estante metálico iluminados con led cálido, igual que las rejas del aire acondicionado.
Masculino y súper prolijo, el living fue equipado con mesas en laca negra brillante modelo ‘Arena’ y un sillón rinconero en lino gris, de Walmer, acompañado con almohadones de pelo ecológico. Tanto estos como los alhajeros de plata son de Salazar Casa.
El toque distintivo
Este sin dudas lo aportan los increíbles y tupidos jardines verticales, apostados sobre las columnas estructurales. Para su instalación fue necesaria una conexión de agua propia y un sistema de iluminación y riego que se programa con un timer a batería.
“La cocina se integra al living-comedor con la misma paleta y materialidad: el piso oscuro prefinished y una combinación de grises y visón en armonía con el revestimiento símil mármol de la mesada y la barra”, señala Garber. Esta última fue hecha en Dekton, un material ultracompacto que mezcla componentes propios de la fabricación de vidrios y cerámicos. “Lo elegí por elegante, liviano y ultrarresistente”, aclara la arquitecta.
Por su parte, los muebles y la heladera panelable están revestidos en Coverglass (Vasa), un vidrio de alta tecnología pintado en una de sus caras, en este caso en tono ‘Mist’.
Como recurso inteligente, el cielo raso de la cocina cuenta con dos rajas de 4 metros donde se colocaron artefactos de led. Debajo, las banquetas cromadas regulables se ofrecen como cómodos asientos para disfrutar mientras se desayuna.
Para generar un toilette de alto impacto se incluyeron tres elementos: diseño bicolor; la cálida luz del plafón vertical de vidrio Opacid blanco retroiluminado con led; y un expresivo mural ‘París’, de Cield.
Aquel es un detalle a tener en cuenta para cualquier ambiente, ya que los papeles decorativos ofrecen una amplia variedad y la posibilidad de imprimir motivos propios. Muchos vienen preencolados para colocar sólo con agua.
En el dormitorio nos encontramos con un original respaldo de cama que superpone dos paneles de vidrio (uno mate, en tono visón; otro superficial, incoloro) en un atractivo juego de planos y transparencias. Detrás, el placard del vestidor aloja las puertas corredizas escondiéndolas cuando están abiertas.
La luz principal del ambiente es una lámpara colgante de Griscan y, sobre la mesa de luz, se dispusieron un portarretrato espejado, una vela y un posavasos, todo de Salazar Casa.
Finalmente, se unificaron los dos baños originales para obtener uno de tamaño suficiente como para albergar una ducha escocesa. Se destacan en el ambiente una pared revestida en porcelanato gris, de Barugel Azulay, un gran espejo con botiquín oculto y un plafón similar al del toilette.
Con todo, el piso 27 de esta torre en Palermo resulta un conjunto moderno y a medida para un joven soltero en la cima de la ciudad.
Texto: Lucrecia Álvarez