El fin de semana pasado, una chica de 14 años dijo haber sido drogada y violada dentro del complejo Pinar de Rocha, que tiene un historial manchado con sangre
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Entrevisté a Daniel Bellini en la sala de visitas del penal de Tacumbú, en Asunción. Lo custodiaban otros privados de libertad. Dijo que temía por su vida: por su condición de “curepí” (vocablo guaraní que significa “piel de chancho” y utilizan los paraguayos para referirse despectivamente a los argentinos) y porque su nombre aparecía en los diarios asociado a varios millones de dólares. Tacumbú, además de ser el mayor centro penitenciario del país, era también reconocido como uno de los más peligrosos del mundo.
Bellini había sido detenido en un country de Ciudad del Este que, en aquellos tiempos, tenía reputación de ser refugio de varios prófugos de la región. Lo buscaba Interpol, por pedido de la Justicia argentina, que lo acusaba de falsificación de dólares. Habían encontrado 25 mil billetes de cien dólares en su casa quinta de Parque Leloir. Tenían una calidad que nunca más se pudo lograr en el ambiente delictivo. Vinieron desde Estados Unidos para estudiarlos, sorprendidos por su nivel de impresión y la fidelidad del papel moneda. La justificación de Bellini, en nuestra charla, fue asombrosa: “La realidad es que los billetes no tenían número de serie, por lo que no tenían ningún valor, eran como billetes de circo”, dijo. Quería ser extraditado a la Argentina para probar su inocencia, repetía. Aunque también se lamentaba de que la protección de otros reclusos le estaba costando una fortuna.
Finalmente cumplió su pena en la Argentina. Estuvo cinco años tras las rejas y regresó a Pinar de Rocha, la mítica disco del oeste donde había forjado chapa de “rey de la noche”.
Poco antes, en 1994, su nombre estuvo en el radar de los investigadores del homicidio de otro “rey de la noche”, el dueño de Trumps y El Cielo, Poli Armentano, pero nunca fue formalmente imputado.
La casa de un prócer
Pinar de Rocha abrió sus puertas por primera vez en 1969 con licencia de “confitería bailable” y “restaurante”. En sus 53 años de vida, siempre mantuvo la misma ubicación: una casona de Villa Sarmiento, partido de Morón, en el límite con Ramos Mejía. El primer dueño de la propiedad, rodeada por un gran parque regado de pinos, fue el doctor Dardo Rocha, gobernador de la provincia de Buenos Aires y fundador de ciudades como La Plata, Necochea, Pehuajó y Tres Arroyos. Pese a haber cambiado de dueño varias veces, el lugar siempre fue conocido por los vecinos como “la quinta de Rocha”. Cuando finalmente devino en local comercial, sus nuevos propietarios decidieron mantener el apellido de su habitante más famoso y agregarle un detalle geográfico característico. Así llegaron, entonces, al nombre definitivo: Pinar de Rocha.
Durante un tiempo, la casona conservó su estado original. Sólo agregaron una pileta de natación con una isla en el centro y un restaurante en las antiguas caballerizas. Aún hoy mantiene los macetones construidos a mano a finales de 1800 y las fuentes traídas desde España en el siglo XVIII. Sin embargo, con el correr de los años, fueron sumándose nuevas edificaciones en el predio, que ocupa una manzana completa. El boliche se convirtió en “complejo Pinar de Rocha”. La disco tiene tres pistas (principal, Camelot y Juan de los Palotes) con ritmos diferentes y siete barras. Convive con un gimnasio y un spa, ambos manejados por una ex mujer de Daniel Bellini, la madre de Nazareno, su hijo más famoso. También hay una radio.
Pinar de Rocha es un faro en la noche del oeste. Durante sus 53 años de historia, tuvo una programación de shows variada, lo que hace imposible encasillarla dentro de un estilo. Pasaron por su escenario desde Julio Iglesias hasta Patricio Rey y sus redonditos de ricota. Sin olvidar jamás sus espectaculares desfiles, a cargo de Juanito Belmonte, con Ante Garmaz como estrella. Hay noches de rock, música electrónica y cumbia.
Un frondoso prontuario
A Daniel Bellini no le resulta simpático que lo llamen “el rey de la noche en el oeste”. Él asegura, sin ningún pudor, que es el rey de la noche “pero de toda la Argentina”. Y para apoyar esta teoría enumera los nombres de algunas de las discos que tuvo a lo largo de su vida: “Note y Crash en Ramos Mejía. Sotovoche, Pigalle, Marabú, Bwana y El Lagar del virrey en Capital. Macumba en Mar del Plata. Muchas más, más de 50, no sé cuántas…”, dice. Su modelo de negocio, asegura, era comprar boites privadas y convertirlas con boliches abiertos al público.
Entre íntimos, cuenta con picardía que su primer “trabajo” fue falsificar firmas para vulnerar sistemas jubilatorios europeos. Era apenas adolescente, sin embargo jura que lo hacía con gran precisión. Lo concreto es que estrenó prontuario criminal en 1985 con acusaciones variadas: falsificación de instrumento público, estafas reiteradas y asociación ilícita. En 1987 sumó otra causa por tenencia de arma de guerra y, un año más tarde, en 1988, una más por defraudación. Bellini –a quien su padre le regaló su primera arma de fuego, una escopeta, cuando cumplió 9 años- salió prácticamente impoluto de semejantes imputaciones.
Se recibió de delincuente en 1991, cuando la Policía Federal encontró los billetes de cien dólares “a medio fabricar” en su propiedad. Daniel Bellini logró gambetear a los oficiales, se profugó y permaneció tres años bajo una identidad falsa en Ciudad del Este, hasta que fue detenido y encarcelado en Tacumbú. Los números de serie que no llegó a imprimir aliviaron su condena: el entonces joven abogado Víctor Stinfale logró cambiar la carátula de la causa a “tentativa de falsificación de moneda”, por lo que obtuvo una pena de siete años y medio de prisión.
En 1997, Daniel Bellini recuperó la libertad y regresó a su reino: sí, Pinar de Rocha.
“Rey de la noche” y femicida
Se enamoró de una bailarina, María Morena Pearson. Se pusieron de novios y tuvieron una hija. Convivieron en una casa vecina a Pinar de Rocha, pero nunca llegaron a casarse. El 21 de marzo de 2008, tras una discusión en el medio del boliche, Daniel Bellini siguió a Morena Pearson hasta su dormitorio y la asesinó en el vestidor. Le pegó un tiro en la cabeza. Después intentó confundir a los investigadores montando una escena de suicidio. El fallo dictado por el TOC n°1 de Morón fue confirmado por Casación y refrendado, en última instancia, por la Corte Suprema. Sin embargo, Bellini aún hoy jura que es inocente. Y su hija, que entonces tenía dos años, cree ciegamente en su inocencia.
“El rey de la noche” comenzó a cumplir su condena, 15 años de encierro, en el penal de Olmos. En diciembre de 2013 le detectaron un párkinson -que según su abogado no se podía tratar intramuros- y obtuvo el beneficio de prisión domiciliaria. En 2016 sumó un nuevo beneficio: fue autorizado a tener, tres veces por semana, salidas laborales. Su empleador fue, por supuesto, Pinar de Rocha. El regreso a la disco, su reino, fue inmortalizado por sus empleados en un video que colgaron a Youtube.
En noviembre de 2018, tras cumplir las dos terceras partes de su sentencia, Daniel Bellini fue liberado. Aún no existía el agravante del homicidio por violencia de género, que implica una pena de reclusión perpetua.
Horror en la disco: asesinatos, armas blancas y violación
Internet está lleno de videos pornográficos filmados sobre el escenario de Pinar de Rocha, mayormente durante los “jueves de erotismo”. La mecánica es siempre la misma: uno o dos animadores desafían a las chicas del público a desnudarse a cambio de “un trago” o “una botella”. Después invitan a algunos varones y la situación muchas veces deriva en un desenfreno absoluto. Sin embargo, esta aberración parece un detalle en el sangriento historial del boliche más popular de Ramos Mejía.
A continuación, algunos de los hechos más recientes. En noviembre de 2018 un joven de 18 años ingresó a la disco y, apenas traspasó la puerta, comenzó a disparar al público. Cuatro chicas resultaron heridas de bala. Dos años más tarde, en febrero de 2020, un hombre que circulaba a bordo de un Bora negro baleó el frente de la disco. Disparó, por lo menos, seis veces. Una bala atravesó la mano de un patovica, otra le causó la muerte a Leonardo Martínez, relacionista público, de 33 años. En noviembre de 2019 se vivió otra situación de terror: una chica fue apuñalada en el abdomen por otra chica en medio de la pista.
El fin de semana pasado, en la madrugada del sábado 23 de abril, una menor de 14 años denunció que fue violada en la disco. Dijo que la drogaron, que perdió el conocimiento y que abusaron sexualmente de ella. Los exámenes médicos confirmaron “lesiones y señales inequívocas de haber sido abusada sexualmente”. El caso sigue en proceso de investigación. Ningún responsable del lugar pudo explicar cómo había ingresado la menor junto a un grupo de amigas, todas de la misma edad, a un espacio reservado para adultos.
Pinar de Rocha no respetó ni siquiera las normas impuesto por el gobierno de la provincia de Buenos Aires para combatir al Covid-19. En abril de 2021, durante el período de restricciones, cuando no se podían reunir más de diez personas en un mismo ambiente, la disco históricamente liderada por Bellini celebró una fiesta multitudinaria con recital de Damas Gratis incluido. A través de un decreto, el intendente de Morón, Lucas Ghi, dispuso “la suspensión preventiva por 30 días de la habilitación de la firma Vaprisana SA (la firma administradora del complejo), a raíz del incumplimiento de la normativa vigente en el local denominado Pinar de Rocha, en la localidad de Villa Sarmiento”.
“Mi papá dice que no es culpable”
Daniel Bellini vive en una mansión de tres plantas en Ramos Mejía. Lo acompaña su nueva mujer, mucho más joven que él, a quien presenta simplemente como Yanet (así lo escribe en su cuenta de Facebook). Como María Morena Pearson, Yanet trabajaba en Pinar de Rocha: era camarera. Tienen un hijo de cinco años.
Nazareno Bellini usó la historia de su padre para llamar la atención de los responsables del casting de Gran Hermano. Así fue como entró a “la casa más famosa”, en la séptima edición, de 2011/2012. En plena convivencia, sin demasiado pesar, contó el caso: “Mi papá está preso. Lo encontraron culpable de matar a la pareja que era la mamá de mi hermano de cinco años”, dijo. Y siguió: “Mi papá me dice que no es culpable. Lo condenaron 16 años y cumplió 3 nomás. Es una persona muy pensante. Le hablás y te explica todo. ¿Una persona pensante mataría a su pareja en el vestidor de una casa? No, aparecería en una zanja. Dejame de joder”. En su encierro, también refirió al primer delito importante de su padre: “Antes había estado preso 5 años por falsificación de dólares. Estaban tan bien hechos que todavía siguen en circulación”.
Daniel Bellini aprendió a vivir con su prontuario a cuestas. Tal es así que está en negociaciones para llevar su vida a la televisión a través de una “docu-serie” con una productora internacional.
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