Un paisaje paradisíaco que seduce con su gran arrecife de corales, un lugar encantador que eligen los turistas y las molestas medusas
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Queensland, un estado de Australia que se encuentra en el noreste de Oceanía, posee una costa con casi 7.000 km de playas que todos los años atrae a miles de turistas a raíz de la presencia de la Gran Barrera de Coral, el sistema de arrecifes de coral más grande del mundo donde habitan miles de especies marinas, entre otras atracciones.
Además, es el sitio más importante del mundo para los surfistas que eligen estas playas, entre otras cosas, para disfrutar de la costa limpia, las olas altas y las espectaculares vistas. Se trata, sin dudas, de un paraíso.
Whitehaven, Noosa, Playa de 75 millas, Mooloolaba, Tribulación del cabo, Agnes Water, Coolangatta, Palm Cove y Ellis son las playas preferidas por los turistas que eligen Queensland como lugar para vacacionar.
¿Qué son las cubomedusas?
Entre los meses de octubre a mayo muy pocas personas, incluyendo a los surfistas, se adentran en el agua de estas playas. La razón de esta decisión obedece a la presencia de las cubomedusas, también denominadas medusas cofre o avispones de mar, que se acercan a la costa para reproducirse.
El peligro de cruzarse con una de estas especies marinas es el poderoso veneno que transmiten para aturdir o matar a sus presas, generalmente peces y camarones. De hecho, su picadura es dolorosa y también puede ser mortal.
Las cubomedusas más grandes no suelen medir más de 20×20 centímetros. Sin embargo, lo más dañino es una especie de cubo aderezado con tentáculos que miden, aproximadamente, tres metros de longitud.
¿Una picadura letal?
“Su veneno, considerado entre los más letales del mundo, contiene toxinas que atacan al corazón, sistema nervioso y células cutáneas. Es tan insoportablemente doloroso que hay constancia de que algunas víctimas humanas han entrado en shock y se han ahogado o han muerto por fallo cardiaco, incluso antes de alcanzar la orilla. Los sobrevivientes pueden sufrir fuertes dolores durante semanas, y a menudo les quedan importantes cicatrices en la zona de contacto con los tentáculos”, describe la web de la National Geographic en español.
Según la Fundación Aquae, que nació en 2013 con el objetivo de avanzar hacia un modelo sostenible y respetuoso con el medio ambiente, la biodiversidad y el desarrollo digno y equitativo de las personas, las temidas cubomedusas son originarias de mares tropicales como la Gran Barrera Australiana o Filipinas.
El umbral del dolor
“El veneno de las cubomedusas o se trata de inmediato o es mortal. Su dolor es tan intenso que puede provocar un shock impidiendo al nadador alcanzar la tierra firme, y el neopreno no siempre es suficiente para evitar su picada. En el noreste de Australia hay carteles específicos que indican su presencia, lo que provoca una desolación de varias de las playas paradisíacas por temor a su terrible picada. Son animales de los que se conocen sólo unas 40 especies, y aparentemente restringidos a mares tropicales”, describe fundacionaquae.org.
Quienes investigaron sobre las consecuencias de las picaduras de estos animales cuentan que en el momento en que los tentáculos entran en contacto con la piel es extremadamente doloroso, arde y, además, las personas que lo sufren suelen sentir pequeños calambres que impiden tener un movimiento normal en la zona de contacto. En relación al dolor, el primer contacto es muy intenso y suele durar unos 12 minutos. Sin embargo, hubo gente que lo padeció hasta cuatro veces más.
El veneno se mete directamente al torrente sanguíneo y, dependiendo del peso de la persona y la cantidad de veneno incluido por la cubomedusa, puede causar un paro cardíaco.
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