Personas evitativas: tres maneras de ayudar a ese ser querido que se aísla de los demás
Hay mucha gente que necesita mantener distancia de los demás, ¿Cómo podemos ayudarla?
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“¿Podrías, por favor, dejar el celular y prestarme atención a mí?”. “Te estoy hablando, mirame cuando te hablo”. “Al final, vos nunca expresás nada. Decime lo que sentís. No sé qué es lo que te pasa”. “Ya no compartís nada conmigo”. Son todas frases típicas de alguien que se relaciona con una persona evitativa.
Hay mucha gente que necesita mantener distancia de los demás. Esto se debe a que sienten ansiedad cuando hay demasiada conexión emocional (intimidad) con otros. También les resulta difícil comprometerse. Como lo expresa un terapeuta estadounidense: “Te quiero en casa, pero en otra habitación”.
Las personas evitativas tienen la necesidad de sentirse independientes o autónomas y alimentan la creencia de que no necesitan nada de nadie. Gestionan su propio mundo emocional y, cuando ponen el foco en el celular, la película, o incluso su propio mundo interno, se desconectan de todo lo exterior.
El apego evitativo es una manera de vincularse que los ayuda a mantener la distancia porque, como mencionamos anteriormente, la cercanía les provoca un gran malestar. Dicho apego tiene su origen en vínculos del pasado que no les brindaron seguridad afectiva.
¿Cómo podemos ayudar a un hijo, a una pareja o a un amigo que se vincula de esta forma con los demás?
Comparto tres sugerencias al respecto:
1. Dándoles tiempo
Cuando alguien está absorto en su celular o en alguna actividad, podemos proponerle: “¿En media hora, salimos a comer?”. O: “Dentro de una hora me gustaría conversar con vos”. De este modo, le brindamos el espacio para realizar una transición. Es decir, para salir de lo que está haciendo y reconectar con lo nuevo. Las personas evitativas, cuando entran en su mundo, se disocian y les cuesta mucho salir en un instante. Darles un poco de tiempo les permite vivir un proceso de transición.
2. Haciéndoles preguntas afectivas
Podemos preguntar: “¿Cuál fue el día más lindo de tu vida?”. “¿Qué cosas te emocionan?”. “¿En qué situaciones de tu vida lloraste?”. Este tipo de preguntas ayudan a la persona a expresar sus emociones, sus angustias, sus alegrías. Son como pequeños reportajes que le permiten al otro ir soltando su mundo emocional con un bajo nivel de ansiedad. Y, sobre todo, sin que sienta temor, presión o peligro de ir construyendo intimidad de a poco.
3. Mediante micro expresiones afectivas
¿Qué es una micro expresión afectiva? Por ejemplo, cuando estás con un hijo o con tu pareja, abrazás a la persona y le decís algunas palabras agradables como “Qué lindo verte”, “Qué bueno estar con vos”, “Me hizo bien lo que me dijiste”. Pequeñas expresiones de afecto que son una caricia al alma y van construyendo intimidad lentamente.
Así, de a poco, la persona evitativa, que a menudo experimenta tanta ansiedad, es capaz de relajarse y de atreverse a intimar con el otro sin sentirse amenazada.
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