Pensamientos tóxicos: cómo hacemos para ponerle un freno a esas ideas que nos torturan
Estos circulan constantemente en nuestra cabeza y nos invaden en muchas ocasiones. Sin embargo, hay dos acciones que nos ayudarán a combatirlos
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Los seres humanos tenemos pensamientos automáticos: “Es muy difícil”, “Esto no me va a salir”, “La gente no me quiere”, “Mis amigos no me entienden”, “Me están rechazando”. Son todo tipo de pensamientos, positivos o negativos, que nos invaden una y otra vez.
Pensamientos que surgen automáticamente tales como “Me cuesta empezar”, “Nadie me entiende” o “No lo voy a lograr” son ideas que aparecen reiteradamente y resultan como producto de nuestras creencias nucleares. ¿A qué nos referimos con esto último? A creencias troncales que, por lo general, son inconscientes y producen muchos de estos contenidos mentales. Veamos algunas de ellas:
1. Hay algo malo en mí. ¿Cuáles son los pensamientos automáticos que alimentan esta creencia? “Siento celos”, “Me van a dejar”, “El otro es mejor que yo”, “No soy digno de ser amado”, “Todo es por mi culpa”, “No encajo en este grupo”, “Yo no soy muy cariñoso”, etc. Todo converge en la idea de que algo en mí no está bien.
2. Soy especial y mejor que los demás. Esta creencia produce pensamientos narcisistas: “Mirame; yo sé más que vos; disfrutame”. Y también una actitud de crítica permanente hacia el otro.
3. El mundo es peligroso y me van a lastimar. Esta creencia está en la raíz de pensamientos automáticos agresivos que conducen a la pelea, a la discusión. La persona se pregunta qué le está queriendo decir el otro con sus palabras y sospecha absolutamente de todo y de todos.
4. Debo hacer todo lo que siento. En este tipo de creencias, la idea principal es que “Lo importante es vivir y moverse por el deseo” y genera que la persona busque actuar ahora, ya, inmediatamente. Acciona sobre la base de que, si no lo hace ahora, no lo va a lograr y de que es tiempo de disfrutar.
Las ideas troncales generan pensamientos automáticos. ¿Qué podemos hacer frente a estos pensamientos intrusivos que se originan en nuestra mente? Básicamente llevar a cabo dos acciones:
a. Tomar distancia de ellos
En lugar de expresar: “Soy un tonto”, o “No sirvo para nada”, deberíamos decirnos: “Estoy teniendo el pensamiento de que soy un tonto”. O: “Estoy teniendo el pensamiento de que no lo voy a lograr”. Esta toma de distancia nos permite gestionar y descubrir que no somos lo que pensamos.
Imaginate un tablero de ajedrez. Las piezas blancas son tus pensamientos positivos y las piezas negras son tus pensamientos negativos. ¿Quién sos vos? El tablero. Esto nos demuestra que cada uno de nosotros es más que su mente. Somos un yo profundo, un espíritu. Los pensamientos simplemente son como llaves que empleamos para abrir diferentes puertas. Sin embargo, las llaves no nos guían. Es lo mismo que mirar un cuadro. Cuando aparezca un pensamiento automático, no luches contra este; observalo sin intentar vencerlo ni superarlo. Y, así como apareció, se irá.
b. Cuestionar nuestras creencias troncales
Podemos preguntarnos: ¿Quién me lo dijo? ¿Por qué tiene que ser así? No existe nada más cambiante que las ideas, pero, como ya mencionamos, somos mucho más que lo que pensamos. ¡Somos vida! Cuando uno aprende a cuestionar y revisar sus propias creencias (y a ignorar sus pensamientos automáticos), es capaz de seguir creciendo en busca de información más útil y más sabia.
Recordá: No sos lo que pensás.
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