Paula Trapani (49) está en constante movimiento y asegura que tiene la misma energía arrolladora de cuando comenzó a trabajar de periodista, a los 19 años. Se define como una mujer proactiva y llena de proyectos. Acompañada por sus dos hijas mujeres, Milena (13) y Delfina (8), nos recibe en su casa de Nordelta, donde están transitando la cuarentena en familia. Además de sus chicas, su heredero mayor, Joaquín (16), y Sebastián Loketek, su marido (49, dedicado a la banca y las finanzas, con quien se reconcilió tras una separación de algunos años), completan el grupo.
–¿Sos una madre flexible?
–Sí, creo que soy bastante flexible. Me gusta darles herramientas para fomentar su independencia, dejarlos más libres, pero segura de que tienen lo que necesitan para crecer. Con cada uno me manejo diferente. Es increíble lo distintos que son viniendo de los mismos padres.
–¿Se parecen a vos?
–En algunas cosas sí, y en otras, no tanto. Milena es la hija fácil que nunca te causa un problema. Tanto es así que a veces me pregunto si le doy suficiente atención… No genera ninguna preocupación, es obediente, la habré retado como mucho cinco veces en toda su vida. En cambio, con Joaquín y Delfina tengo que estar más atenta. A Joaco le gusta romper los límites, es cuestionador, y Delfi todavía es chica, pero es rebelde. Tengo una debilidad tremenda con los tres, con Mile ya compartimos hasta viajes a solas. Ella quiere ser artista, le gusta mucho la comedia musical y toma clases desde hace un tiempo. A Joaco también le gusta la música como una forma de expresión, va a batallas de rap, pero ahora nos sorprendió diciendo que quiere estudiar Psicología, y Delfi todavía tiene tiempo para decidir.
–¿Qué actividades comparten?
–Nos gusta mirar series, andar en bicicleta, cocinar cosas dulces, jugar juegos de mesa… Como a Mile le encanta la ropa y a Delfi el maquillaje, tambié juegan a producirme y yo me divierto mucho.
–A comienzos de este año te reconciliaste con Sebastián Loketek, el padre de tus hijos. ¿Fue difícil volver a convivir?
–Sí, hace ya más de veinte años que estamos juntos entre idas y vueltas… Estamos bien, la prioridad siempre fue que más allá de lo que a nosotros nos pase como pareja, como padres nunca vamos a cambiar. Los chicos ya han vivido varias separaciones y vueltas, siempre los invitamos a que nos pregunten lo que necesiten. Hablamos un montón porque entendemos que quieran saber sobre nuestra intimidad como pareja, pero la han sobrepasado bastante bien. Esta vez, ni bien nos reconciliamos nos agarró la cuarentena, hubiera estado bueno hacer un tiempo más de novios, hacer salidas de a dos, pero volvimos a la dinámica familiar que siempre funcionó bien. Cuando todo esto se libere un poco más, todavía tenemos la prueba pendiente de reencontrarnos uno a uno.
"SOY MUY EXIGENTE CONMIGO MISMA Y ME CONVIERTO EN MI PEOR CRÍTICA"
–Se te ve muy vital y en excelente estado físico.
–La vitalidad es algo que me caracterizó desde siempre: tengo mucha energía y la siento intacta. En mi caso, la edad la siento en el físico, y por más que tengo una buena genética, veo el paso del tiempo en la piel. Soy muy exigente conmigo misma y me convierto en mi peor crítica, pero no soy obsesiva con el cuidado. No me gustan los fundamentalismos, nunca pude seguir una dieta, ni dejar de consumir algún tipo de alimento. A mí me funciona comer de todo, pero sin abusar. Siempre hice actividad física, de chica jugaba al vóley, después al tenis, y en cuarentena empecé con unas clases virtuales que me armaron a medida. Como saco músculo muy fácil, tratamos de crear una rutina que no haga foco en eso. Todo el mundo cree que me mato en el gimnasio, y al revés, hago todo lo que sea para no sacar músculo.
Con las chicas compartimos muchas cosas. Como a Milena le encanta la ropa y a Delfina el maquillaje, juegan a producirme y yo me divierto mucho
NUEVOS CAMINOS
–En 2005 elegiste retirarte del noticiero de Telefe y muchos lo vieron como tu salida del periodismo…
–Fue una decisión muy difícil, porque estaba muy bien posicionada, al programa le iba bien, pero llegó un momento en que me sentía que estaba en piloto automático, había llegado a un techo y no encontraba más desafíos. Había hecho una carrera muy escalonada, primero de cronista de calle, después móviles en vivo, suplencias en piso, hasta que llegué a conducir y estuve ocho años al lado de Jorge Jacobson. Pero quise explorar otras cosas. Me propusieron hacer un magazine a la mañana y agarré viaje. Siempre seguí trabajando como periodista, hasta el año pasado estuve conduciendo el noticiero de los sábados en América, también estuve en A24. Reconozco que me fui de un lugar muy estable, en donde podría seguir hasta el día de hoy, pero fue un salto.
–¿Te arrepentís de haber tomado esa decisión?
–No, hice un montón de cosas todos estos años, capitalicé todas las experiencias. Pero tal vez hoy, que ya estoy más grande, con los hijos más grandes, si me preguntás si me gustaría estar conduciendo el noticiero de Telefe, te digo que sí, es algo que me gustaría y que no lo estoy haciendo porque no me llamaron. En su momento elegí irme, me pagaron mi indemnización, sentí que era la decisión correcta y no me arrepiento. Prefiero arrepentirme de algo que hice y no de algo que no me animé.
–En ese momento habrá sido muy importante el apoyo de tu familia para que te la jugaras por lo que querías.
–Sí, Sebastián me apoyó siempre, es muy buen consejero. Es a la primera persona que acudí toda mi vida antes de tomar una decisión. Siempre me apoyó y eso lo valoro muchísimo.
–Desde antes de los 20 años trabajás en el medio, cuando los códigos eran otros y las mujeres no se animaban a hablar, ¿en todo este tiempo alguna vez sufriste acoso o violencia de género?
–Viví algunas cosas que hoy serían intolerables, pero en ese momento se veían como naturales. Cuando empecé a trabajar éramos pocas las mujeres cronistas en la calle. Por suerte, nunca me tocó vivir una situación traumática, pero sí algún avance al que tuve que poner freno y ubicarlos en su lugar. Al ser mujer, me ha pasado que hay caminos que se te abren y otros que se te cierran. Fui de la primera camada de mujeres que logró hacer los viajes que quería y luchó para que las cosas en el periodismo fueran más igualitarias.
–Ahora te tocó reemplazar a Flor Torrente en el "Cantando…", ¿cómo lo estás viviendo?
–Me gusta cantar, tengo una faceta artística que la solía guardar para la intimidad, pero que en el último tiempo empecé a compartir. Estudié canto y teatro y antes de la pandemia participé de una obra en Microteatro. Soy una mujer ecléctica, con intereses muy diversos. Busco desafíos todo el tiempo para no aburrirme. Preparar una canción y una puesta en escena en una semana me parece divertido. Es una exposición muy grande, hoy en día con las redes sociales se viraliza todo, pero me prendo porque me divierte lo diferente. En algún momento me cuestionaba si una periodista podía hacer otro tipo de trabajos, como el almanaque de Sábado Bus [programa de televisión que comenzó en 1999 con la conducción de Nicolás Repetto], o usar ropa que no fuera un tailleur. Me di cuenta de que lo importante es mostrarse como uno realmente es.
En su momento elegí irme del noticiero de Telefe, me pagaron mi indemnización, sentí que era la decisión correcta y no me arrepiento.
Maquillaje y peinado: Caro Severini, para Agus Caparra
Agradecimientos: Laura Audisio y @bravashops
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