Fue noticia hace unos días, cuando anunció que estaba lista para darle batalla al coronavirus desde el Hospital de San Isidro. Tras cumplir con la cuarentena obligatoria después de un viaje frustrado a Rusia (iba a participar de un torneo de yudo que se canceló), Paula Pareto (34) decidió reincorporarse al servicio de Traumatología en el que trabaja como médica y los aplausos, en las redes sociales, no tardaron en llegar.
Dueña de una personalidad positiva y de un gran sentido de la responsabilidad, la campeona olímpica liberó un espacio en su agenda para conversar con ¡HOLA! acerca de esta nueva realidad, a la que fue convocada para trabajar, codo a codo, con otros médicos y enfermeros. "Por ahora, estamos yendo a muchas charlas de prevención. Todo el hospital está siendo preparado para lo que se viene. Yo tengo la esperanza de que con la cuarentena, la curva de contagios no sea tan abrupta como en otros países. Por el momento, estamos en la trinchera, esperando a que se desate la guerra", cuenta la yudoca del otro lado del teléfono.
–¿Existe la posibilidad de que, como traumatóloga, tengas que atender a pacientes con coronavirus?
–Si el panorama se desarrolla como en Europa, sí, pero es a lo que no se quiere llegar acá. No creo que la curva aumente tanto como allá. La posibilidad, igual, siempre está. Lo más probable es que los médicos de otras especialidades hagamos de enfermeros de nuestros compañeros clínicos.
–¿Cómo estás viviendo lo que está pasando?
–Estoy tranquila y el aire que se respira en el hospital también es así. No podemos adelantarnos a los hechos. Lo que toca, ahora, es ayudar. El otro día, por ejemplo, fuimos a donar sangre con mis compañeras. La escasez es total.
–¿Disminuyó la cantidad de pacientes que ves por día desde la cuarentena?
–¡Muchísimo! Sólo vienen los que tienen urgencias de verdad. Alguien que se cayó de la moto, uno que tuvo un accidente de tránsito, el que se martilló un dedo en la casa…
–Sentís que los ciudadanos estamos más responsables?
–Puede ser por eso o por el miedo. Lo que sí estuvimos viendo en la guardia son más casos de angina, gripe, dolores de cabeza y fiebre. Es importante no entrar en la paranoia. Si bien los síntomas son reales, ninguno tenía que ver con el virus.
–¿Cuáles son tus recomendaciones como médica?
–La clave es hacer la cuarentena. No salir y buscar cosas para hacer en casa. Tal vez se hace difícil desde lo psicológico, pero hay que regular un poquito la ansiedad. A diferencia de nuestros abuelos, que vivieron el Holocausto, cada uno de nosotros puede ser un héroe en piyama y desde el sillón de su casa.
EL SUEÑO OLÍMPICO, POSPUESTO
En julio de 2019, Paula se sometió a una cirugía de la columna cervical y, desde entonces, venía cumpliendo con un régimen pensado al milímetro para llegar a los Juegos Olímpicos de Tokio, que iban a comenzar el próximo 24 de julio y fueron pospuestos para 2021. ¿Su plan? Alzarse con el oro por última vez. "Iban a ser mis últimos Juegos, pero ahora voy a tener que esperar un año más", dice la yudoca, con un dejo de frustración.
–¿Cómo viviste el cambio?
–Al principio me chocó, pero ya está. Es lo que nos toca y hay que verle el lado positivo. Voy a aprovechar estos meses de yapa para prepararme mejor. Tuve una cirujía importante y lo cierto es que, si bien estaba preparada desde lo psicológico para competir, llegaba a Tokio con lo justo en cuanto a la recuperación posquirúrgica. Ahora tengo un año más. Lo bueno, entre comillas, es que todos los deportistas del mundo estamos en la misma.
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