No es imprescindible tener un jardín para cultivar aromáticas y disfrutar de sus diversas bondades. Muchas de estas plantas son muy compactas y pueden desarrollarse perfectamente en pequeños espacios dentro del marco de patios, balcones o terrazas. En estos casos, ante la falta de suelo, será necesario cultivarlas en macetas o contenedores.
¿Sol o sombra?
Para obtener resultados óptimos, debe seleccionarse un lugar que reproduzca el hábitat natural de la planta elegida, pues su sanidad dependerá de que las condiciones de clima, suelo y riego sean las más adecuadas.
Si bien la mayoría de las aromáticas son adoradoras del sol, algunas agradecen algo de sombra en pleno verano, ya que las condiciones de terrazas o balcones con orientación al oeste, norte o noroeste pueden ser extremas. En esta situación, las hojas se endurecen, disminuyen su tamaño y pierden también calidad su sabor y presentación.
El hecho de que crezcan en macetas permite trasladarlas a sectores más benignos. Lo mismo en invierno, cuando es posible ubicarlas en áreas de sol directo. Si estos contenedores son muy pesados, el consejo es colocarlos sobre soportes con ruedas (se comercializan en los viveros), lo cual facilita su traslado.
La importancia de un buen sustrato
En estas condiciones de cultivo, tenemos que preparar una mezcla de sustratos que permita un buen desarrollo de nuestras aromáticas. Para que la planta crezca saludable, deben estarlo también sus raíces.
Un sustrato ideal para plantas aromáticas en maceta debería contar con gránulos considerablemente más gruesos que los de la tierra de un suelo. Esto facilita la aireación, pero también limita la retención de agua. Al hacer una mezcla con sustancias orgánicas y minerales, hay que lograr el equilibrio entre la retención de agua y la aireación. Además, esta mezcla debe proveerles a las plantas los nutrientes necesarios para su desarrollo saludable.
No siempre los sustratos armados artificialmente están en condiciones de aportar todo el alimento que las plantas requieren. Por lo tanto, al momento de su preparación, es importante recurrir al uso de algún material orgánico compostado como el humus de lombriz o el compost para lograr un sustrato completo.
Distribuir el peso
La distribución del peso en balcones es una condición muy importante a tener en cuenta cuando cultivamos en una ciudad. Recordemos que la mayor resistencia está junto a la pared, o sea que este es el sector ideal para las macetas más pesadas y los lugares menos resistentes son los indicados para las plantas pequeñas en macetas livianas.
El plano vertical en balcones es ideal para el cultivo de pequeñas aromáticas: macetas de tela tipo bolsillo que se cuelgan en la pared, estructuras tipo torre o en forma de repisas triangulares. Todas son livianas y permiten aumentar el número y especies de plantas.
Mejor con ruedas
Las mesas de cultivo, con patas más altas que las macetas son una opción ideal en balcones, patios y terrazas. En ellas pueden convivir aromáticas, flores y verduras (eligiendo correctamente el sustrato y planificando los riegos). No solo son muy estéticas, sino que además por su altura permiten que los adultos mayores atiendan las plantas con comodidad.
Solución en un único espacio
Las macetas frutilleras son tinajas de barro cocido con orificios laterales que permiten el cultivo de varias plantas (8 o 10, según el modelo) y ocupan un solo espacio. Elegiremos plantas con requerimientos similares de sustrato y riego. Siempre habrá una cara que reciba menos sol, oportunidad que aprovecharemos para plantar melisa o manzanilla. En la boca superior, la de mayor tamaño, es conveniente plantar alguna aromática arbustiva como el romero y en las bocas laterales salvias, tomillos u oréganos.
Además de las especies tradicionales, existen variedades de follaje variegado, amarillento, glauco o morado, con gran valor ornamental. Si optamos por las aromáticas anuales, una solución es albahaca en la boca superior y en las bocas laterales cilantro, eneldo y perejil. La cara más sombreada es apta para cultivar perejil crespo, ciboulette y nirá.
Por Gabriela Escrivá, técnica en Floricultura y Jardinería (UBA). Especialista en huerta orgánica.
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