Se animó a usar una app de dating en la que solo las mujeres pueden dar el primer paso cuando les gusta un perfil y lo que pasó después le reveló una serie de coincidencias inesperadas.
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Después de una relación de tres años que terminó en la primera ola de la pandemia, Sol atravesó un año de estar soltera, un tiempo bastante largo para una chica de veintipico que está llena de energía para disfrutar de la vida y del amor. Aunque habían aflojado algunas de las restricciones de aislamiento, ya entrado 2021, todavía la pandemia estaba a pleno, usábamos barbijo, las reuniones sociales tenían muchas reglas de distanciamiento y era difícil salir a conocer gente.
Pero las ganas de vivir el romance estaban a pleno. Podía decirse que lo tenía todo, salvo esa persona con quien compartir momentos especiales al finalizar el agitado día de trabajo, pasar juntos los findes, alegrarse por los logros y soñar despiertos. En fin, compartir la juventud.
Un mes para descubrirse
Sol, que ahora tiene 24 años, es licenciada en relaciones públicas, trabaja en una empresa multinacional y vive sola en un departamento de San Telmo. Bueno, sola no, con su perrita. Desde ese momento en que se dio cuenta de que ya estaba lista para volver a conocer a alguien hasta que se encontró con Agustín de una manera que jamás hubiera imaginado posible, pasó un mes.
“Fue el amor a primera vista para ambos porque los dos veníamos de estar conociendo personas en distintas apps de citas y ya estábamos casi convencidos de que eso no iba a funcionar. Pero nos conocimos así y resultó mejor de lo que esperábamos.”, cuenta Sol. Es que se conocieron personalmente y ya no pudieron estar lejos uno de otro.
“Cuando me pasó a buscar por primera vez y me subí a su auto, sentí que lo conocía hace meses y estuve muy tranquila en ese momento. Hoy en día creo que lo que más nos sorprende a los dos es cómo cada uno tiene ese cincuenta por ciento de distintos aspectos, que quizás al otro le falta: de paciencia, de romanticismo, de diversión, de seriedad, de lo que sea. Nos complementamos en ciento por ciento y eso es algo rarísimo para mí”, cuenta.
No faltaron las señales
Dicen que las almas que se encuentran en este plano ya se conocieron en otro tiempo y espacio. Todo está escrito. Maktub. La vida nos da señales y está en nosotros aprender a descifrarlas. El encuentro de Sol y Agus no fue la excepción, hubo varios signos de que sus caminos se habían cruzado en otro plano. Eran muchas las coincidencias que, siendo dos desconocidos, sin embargo los conectaban.
Ellos lo tomaron como anécdotas, temas curiosos de conversación, pero en lo profundo de su alma saben que estaban predestinados el uno para el otro. “Algo anecdótico que nos sorprendió a ambos es que nuestras fechas de aniversario con nuestras exparejas eran las mismas. Y, por otro lado, Agus nació el mismo día que mi abuelo, que para mí fue el hombre más admirado de mi vida; pero no solo eso tiene en común con él, sino que también trabaja en el mismo lugar en el que trabajó mi abuelo. Y, además, mi mamá siempre me dice que le ve muchas cosas en común. Todas esas coincidencias no solo me sorprenden sino que me emocionan”.
Agustín, el joven -que bien podría ser la reencarnación del abuelo de Sol o, quién sabe, tal vez una chispa del alma de esa persona que en vida fue tan significativa para ella, lo más puro del amor- tiene 26 años, es ingeniero industrial y vive solo en su departamento de Palermo. Tiene muchos amigos que pronto se volvieron los amigos de Sol y en el grupo también hay varias parejas que se formaron en apps de citas. Agustín es un romántico, un taurino apasionado que a todo le pone color y mucho sabor. Así consiguió enamorar a Sol en la primera cita frente a frente, el día del cumpleaños de ella. Porque así se conocieron: ella se animó y lo invitó a salir el mismo día en que cumplía años.
“¿Estás segura de que querés pasar tu cumpleaños conmigo?”
“Era pandemia pero ya se podían organizar encuentros así que festejé mi cumple al mediodía con mi familia más cercana. Ahí mi mamá, a la que ya le había contado que estaba hablando con un chico y que las conversaciones fluían me sugiere: ‘¿Y por qué no le decis de verse?”. Al principio me pareció que no daba, ‘¿En mi cumpleaños? Ni loca’, le contesté, pero al rato no me terminó pareciendo tan mala idea así que se lo propuse”, recuerda Sol. A Agus también lo descolocó la propuesta: “¿Estas segura de que querés pasar tu cumpleaños conmigo?”. Sol reforzó la propuesta y le dijo que sí, que había organizado para celebrar con sus amigas al día siguiente.
Podía salir mal, claro. Encontrarse con alguien a quien solo se conoce por chat siempre es un momento decisivo, la hora de la verdad. ¿Será quien dice ser? ¿Se parecerá a sus fotos? ¿Conversaremos con la misma onda con la que conversábamos a través del teléfono? Sí, estaba un poco nerviosa. Su cumpleaños podía terminar muy bien o muy mal, no había un gris. Si se decepcionaba siempre iba a recordar esa cita como la peor de su vida, porque citas fallidas se pueden tener, pero justo el día en que se supone que una está celebrando, la decepción se vuelve doble.
Pero eso no sucedió. Todo lo contrario. Agus puso toda la carne al asador. Si iba a conocer a la mujer de su vida iba a ser a lo grande, hacerla sentir bien y homenajeada. Ella se la jugó. Lo eligió primero y ahora le dedicaba un momento importante de su vida, nada menos que la noche de su cumple. No le iba a fallar.
Sol recuerda ese encuentro con total emoción. “Me pasó a buscar, fuimos a comer a un restaurante de un chef italiano muy conocido, en Palermo. Además, me había comprado un regalo en una casa de decoración muy linda y me regaló tres minitortas con velita y todo. Quedé flechada completamente. Me dio mucha ternura su nivel de detalle y supe que era una persona muy especial para mí.”, relata.
Planes, muchísimos planes
El plan más cercano de la joven pareja es irse de vacaciones este verano a la costa oeste de Estados Unidos. A los dos les gusta mucho viajar y ya se fueron juntos a Europa en marzo, donde comprobaron que son buenos compañeros de ruta. También quieren mudarse juntos el año próximo porque ya se cansaron de ir y venir con bolsos y mochilas de una casa a la otra. Cuando les preguntan cómo se conocieron no tienen prejuicios ni dudan en contar que fue en una app y que, además, fue ella la que dio el primer paso.
“Mis amigas también usaban Bumble así que a ninguna le pareció raro cuando les conté cómo nos conocimos con Agus. Creo que las apps de citas ya están bastante aceptadas en la sociedad. Es como conocerse por amigos en común, o por Instagram o como salir a tomar algo con amigas y ponerse a charlar con alguien que estaba ahí y tal vez lo ves personalmente, pero en verdad no es que lo conocés todavía”, concluye Sol.
Habrá que animarse. Nunca se sabe donde nos espera el amor.
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