Parto respetado: cuáles son los derechos de la madre y del bebé
Con el lema "Menos interferencia, más cuidados", del 14 al 20 de mayo se celebra la Semana Mundial del Parto Respetado. Esta iniciativa nació en 2004 gracias a la Asociación Francesa por el Parto Respetado (AFAR) y desde entonces se replica en distintas ciudades del mundo con un objetivo principal: visibilizar el modo en que se atienden partos (y cesáreas) en todo el mundo y exigir el cumplimiento de derechos vinculados al nacimiento. En la Argentina, desde el 2004 existe la ley nacional (25.929) que defiende los derechos de las madres y bebes al momento del trabajo de parto y post parto, donde está detallado que "toda mujer tiene derecho a un parto natural, a estar acompañada por la persona que ella desee, a elegir la posición en la que quiere parir, a transitar su embarazo, parto y posparto respetados en todos los sentidos y a ser protagonista activa y recibir información necesaria para decidir".
Sin embargo, los números de cesáreas innecesarias continúan muy por encima del 15% que recomienda como máximo la Organización Mundial de la Salud (OMS), alertando que en el país se realiza un 31% en el sector público y casi el 66% en el sector privado. Entre las 56 nuevas sugerencias sobre el parto que la OMS publicó este año, ubica a la madre en el centro y rechaza todo tipo de intervenciones innecesarias como ser las episiotomías de rutina o que no se deje dilatar a la mujer de forma natural, e incluyen el derecho de la mujer a decidir cómo controlar el dolor durante el parto.
¿Cuándo un parto es respetado?
Violeta Osorio, activista por los derechos del parto respetado y la no violencia, fundadora de Las Casildas y miembro del Observatorio de Violencia Obstétrica (OVO), detalla que "un parto respetado es lo que la ley, la ética y la evidencia médica determina como la única opción posible y la que garantiza el bienestar de la madre y el bebé". En la práctica obstétrica, explica que es la que "debe favorecer y respetar la fisiología, los tiempos biológicos y emocionales del proceso sin realizar intervenciones de manera rutinaria o innecesaria, ni medicalizar el proceso, excepto que la mujer, con información, elija lo contrario".
"Si bien la Argentina es un país pionero en términos legales, los índices de violencia obstétrica alarman", agrega Violeta mientras resalta algunos resultados del estudio que se realizó desde el OVO sobre una base de 4939 nacimientos: en un 90% de casos se practicó episiotomías a madres primerizas, considerada como una mutilación cuando se realiza de manera innecesaria. A un 6.4 de cada 10 mujeres les fue suministrada oxitocina para acelerar el trabajo de parto cuando la OMS marca como un estándar justificable entre 0.5 y 1 de cada 10 nacimientos. 7 de cada 10 tuvieron rotura artificial de bolsas sin consentimiento, tratándose de una maniobra rutinaria y riesgosa (OMS), entre otras intervenciones innecesarias".
Según el Ministerio de Salud de la Nación en un parto respetado, la madre tiene derecho:
• A ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pueden tener lugar durante el parto y postparto y participar activamente en las decisiones que acerca de las alternativas distintas si es que existen.
• A ser considerada como persona sana, de modo que se facilite su participación como protagonista de su propio parto.
• A un parto respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados.
• A ser informada sobre la evolución de su parto, el estado de su hijo o hija y, en general, a que se le haga partícipe de las diferentes actuaciones de los profesionales.
• A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación.
• A elegir quién la acompañe durante el trabajo de parto, parto y postparto.
• A tener a su lado a su hijo o hija durante la permanencia en el establecimiento sanitario, siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales.
• A ser informada, desde el embarazo, sobre los beneficios de la lactancia materna y recibir apoyo para amamantar.
• A recibir asesoramiento e información sobre los cuidados de sí misma y del niño o niña.
• A ser informada específicamente sobre los efectos adversos del tabaco, el alcohol y las drogas sobre el niño o niña y ella misma.
Toda persona recién nacida tiene derecho:
• A ser tratada en forma respetuosa y digna.
• A su inequívoca identificación.
• A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación o docencia.
• A la internación conjunta con su madre en sala.
• A que sus padres reciban adecuado asesoramiento e información sobre los cuidados para su crecimiento y desarrollo, así como de su plan de vacunación.
El padre y la madre de la persona recién nacida en situación de riesgo tienen los siguientes derechos:
• A recibir información comprensible, suficiente y continuada, en un ambiente adecuado, sobre el proceso o evolución de la salud de su hijo o hija, incluyendo diagnóstico, pronóstico y tratamiento.
• A tener acceso continuado a su hijo o hija mientras la situación clínica lo permita, así como a participar en su atención y en la toma de decisiones relacionadas con su asistencia.
• A un consentimiento informado sobre cualquier práctica médica que se le realice al niño o niña
• A que se facilite la lactancia materna de la persona recién nacida
• A recibir asesoramiento e información sobre los cuidados especiales del niño o niña.
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