Para el calor
Nadie puede negar que somos un país consumidor y fanático de los vinos tintos, pero la primavera y los primeros calorcitos que ya llegaron invitan a descubrir los blancos y los rosados, es decir, vinos que podemos disfrutar frescos. En las góndolas ya se ubicaron las nuevas cosechas, y entre los primeros vinos en ver la luz están los rosados. Los hay de malbec, syrah, bonarda o cabernet, pero todos comparten una cualidad: una frescura ideal para la gastronomía de primavera. La recomendación es beberlos frescos, entre los 10 y 12°C (digamos, "fresquitos de frappera").
En cuanto a los blancos, también vemos los primeros 2010. Ya los podemos probar, en sus variedades torrontés, sauvignon blanc, viognier y algunos chardonnay. Se trata de aquellos vinos que no han recibido crianza (si prefieren la presencia de roble, seguir un tiempo con los 2009). Pese a mostrar cada uno la identidad varietal que los distingue, todos son brillantes. Infaltable la frappera (con un tercio de hielo y dos de agua) que los mantenga entre los 7 y 10°C.
Si no hay modo de hacerlo cruzar la vereda y lo de usted es el tinto, le recomendamos los vinos jóvenes y frescos, con poco paso por barrica, que se puedan beber refrescados sin perder su carácter.
La caja de octubre de BonVivir ofrece blanco refrescante, vivaz y elegante, con una leve estancia en barrica que reafirma su paso en boca: Ruca Malén Chardonnay 2009. Para quienes prefieren un tinto fresco, elegimos el Accuro Malbec 2009, joven y novedoso. Los amantes de los estilos clásicos podrán disfrutar del Cristóbal 1492 Oak Reserve Shiraz 2009, sofisticado, para disfrutar hoy o esperarlo un tiempo.
El autor es sommelier