23 fotos de la vendimia familiar en El Refugio, la chacra entrerriana donde produce malbec

Pancho Dotto maneja su Citroen Mehari -cargado de chicos- entre las vides en su chacra, "El Refugio"

El manager de modelos celebró la novena vendimia de su etiqueta, Lomadas, junto a 90 invitados

24 de febrero de 2022
08:10
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LA NACION

Luego de una carrera frenética, Luis Francisco ‘Pancho’ Dotto halló su lugar de confort lejos del ruido, en Entre Ríos, en una chacra que adquirió hace 21 años y en la que vive desde hace casi tres. De nombre “El Refugio”, el predio es, hoy en día, un lugar en el que “la gente se relaja”, según cuenta para LA NACION el ahora retirado representante de modelos. Y donde se produce “Lomadas”, la línea de Malbec por la que apuesta todas sus fichas y cuyo nombre está inspirado por la topografía de la zona, que presenta leves ondulaciones de tierra a lo largo de varios kilómetros.

Pancho Dotto, feliz con el fruto de su producción

Los chicos fueron protagonista de la vendimia. Hijos de amigos, vecinos y sobrinos nietos de Pancho Dotto fueron los primeros en recolectar las vides, El manager los llevó a bordo de su Citroen Mehari, modelo1978, la última adquisición para su ecléctica colección de autos.

Hace días, Dotto organizó una vendimia, la novena en su joven historia como productor de vinos, para su círculo más íntimo (más una reducida extensión): comieron y bebieron 90 personas. Como en una peña, los invitados disfrutaron de empanadas como entrada y costillar de plato principal, y siempre con una copa del vino de la casa, del cual cada uno se llevó su botella personalizada.

Emilia, es la nieta del "vecino, socio y amigo" de Pancho Dotto, el productor agropecuario Carlos Kranevitter, con quien se embarcó en la aventura de producir vinos.

Olivia, de cinco años, con la canasta en la mano, es la sobrina nieta mayor de Pancho Dotto. Detrás suyo aparece Segundo, de cuatro años, hijo de Celeste Lupaccini, ex integrante del staff de Dotto Models. El perro, Crack, es inseparable de Pancho.

La aventura vitivinícola de Dotto comenzó luego de una recomendación del dueño de la tierra aledaña. “Tengo un vecino, Carlos Kranevitter, que en su momento me vendió 3 hectáreas para poder ampliar lo que yo había comprado al principio. El objetivo era plantar 10 mil parras para producir nuestro propio Malbec”, dice para este diario.

Y revela que la marca, que, por ahora, es de consumo familiar, podría ser comercializada en el futuro: “En esta vendimia íbamos a lanzar una marca oficial para empezar a vender. Es un vino joven pero muy rico. Pero tuvimos un año difícil a nivel familiar y no pudimos lograrlo para esta ocasión. Iba a ser una vendimia importante, con autos y música, pero el tiempo fue más rápido que la realidad”.

Durante la fiesta, la artista plástica Yaqui Melhem pintó un mural inspirado en la vendimia.

Porque también desde ese hábitat “anti locura”, Dotto, que había admitido que desde los 20 años tiene el sueño de casarse, desliza que no descarta la posibilidad de encontrar el amor. “Sería interesante poder encontrar una mujer, pero yo no estoy buscando nada. Simplemente estoy, a mi edad, en un lugar”, resume.

“Estoy muy conectado con la comunidad, conmigo mismo y con mis perros. También con mis juguetes, mis autos, para cuyo uso aún no había tenido mucho tiempo. No existe en mí ansiedad por nada, porque le estoy dedicando mucho tiempo a mi autocuidado”.