Esta love story parece salida de un cuento. Sólo dos meses de noviazgo bastaron para que Pampita Ardohain (41) y Roberto García Moritán (42) se comprometieran en una romántica ceremonia frente al mar, en Punta Cana. Cuarenta días después, el viernes 22 de noviembre, celebraron el amor con una boda espectacular para trescientos invitados en el Palacio Sans Souci.
DETRÁS DE BAMBALINAS
A primera hora de la mañana Pampita llegó a Sans Souci con su escuadrón "de especialistas" (Mercedes Ugarte –vestuarista–, Estefanía Novillo –maquilladora–, Zacarías Guede –peinador–) y Gabriel Lage, el diseñador elegido para crear su vestido. Desde allí hizo un móvil para su programa, Pampita Online, en el que se la vio en pijama de seda y ruleros, y muy emocionada repasó el minuto a minuto de lo que sería la gran noche. Roberto, más distendido, se reunió en la casa de un amigo para almorzar y con la ayuda de su hijo mayor, Santino, se puso el jaquette, de Eymo & Co.
"ME LO ENVIÓ DIOS"
A las siete y media de la tarde, la novia –enfundada en un traje con falda en cascada– desfiló por los jardines del palacio que mandó a construir la familia Alvear en las barrancas de Victoria, escoltada por sus hijos, Bautista (11), Beltrán (7) y Benicio Vicuña (5). Unos metros más adelante la esperaba su prometido con sus hijos Santino (14) y Delfina (13) –fruto de su primer matrimonio con Milagros Brito, hija del conocido banquero Jorge Brito–. Y, bajo una pérgola de flores blancas naturales –hecha por Gloria César–, comenzó la ceremonia, en la que los novios rezaron la oración por la paz de San Francisco de Asís, y después cada uno le dedicó al otro profundas palabras de amor. Con la emoción a flor de piel, Pampita leyó la Primera Carta a los Corintios, y al finalizar agregó: "El 8 de febrero miré al cielo y dije ‘ya está, yo quiero un compañero en esta vida. Para contarle mis cosas, soñar juntos… Quiero alguien que esté en el día a día, minuto a minuto. Gracias al cielo por enviarme a este hombre’", dijo. A lo que él respondió: "Creo que esta convicción que tenemos los dos hará que esta familia sea espectacular. Te amo desde el primer momento en que te vi, sos el amor de mi vida". Luego, todos sus seres queridos tuvieron un lugar protagónico: sus hermanos leyeron las intenciones, los testigos les dieron sus bendiciones, Benicio llevó los anillos y Beltrán fue el encargado de dar la orden para que se besaran.
¡ARRIBA LA FIESTA!
Mientras que los novios salían en un Triumph TR2, de 1955 –que les prestaron Karina Mazzoco y su marido, Omar El Bacha– para posar, los 260 invitados que fueron convocados para la primera parte de la boda disfrutaron de una recepción a cargo de La Mar y Tanta –los restaurantes de comida peruana de Roberto– en el salón imperial del palacio. Se sirvió sushi, ceviche y arroz oriental, entre otras delicias.
La primera tanda de baile fue en la galería externa, donde Pampita y Roberto bailaron la canción "The Way You Look Tonight", de Sinatra, y continuó durante 30 minutos con lentos elegidos especialmente, como "Fly Me to The Moon", "Bésame mucho", e "In The Words", entre otros.
Cuando ya todos estuvieron ubicados en el salón comedor armado con mesas estilo banquete –decoradas con centros en altura en los que destacaba el follaje verde, las rosas, gardenias y jazmines– largó la comida, a cargo del catering del Faena. El plato fuerte consistió en cordero patagónico braseado con cebollas caramelizadas, reducción de Oporto y Malbec, acompañado por puré de zanahorias con jengibre y miel. Para el momento del postre –un volcán de dulce de leche con frutos rojos–, Delfina, la hija de Roberto, sorprendió con sus dotes artísticas y cantó en vivo "Hasta el final", el tema de David Bisbal que eligió dedicarles. Con su mamá, Milagros Brito, presente, todos la aplaudieron de pie.
TIME TO DANCE
Después de la medianoche llegó el resto de los invitados. Los jurados del "Bailando…", Florencia Peña, Marcelo Polino y Aníbal Pachano; sus compañeras del programa Pampita Online; Chano Charpentier; y amigos de sus hermanos, entre otros. Marcelo Tinelli, quien también fue invitado después de las doce, ya había dicho que él no sería de la partida. Al ritmo del grupo Sarapura –liderado por Puli Demaría y su marido, Chule Bernardo– los invitados coparon el dance floor, que tenía el techo repleto de paletas espejadas, en donde sonaron temas de cumbia, reggaetón y clásicos latinos. El show de robots vestidos como en la película Star Wars y el cotillón de vinchas con flores, pulseras, anteojos y sombreros con luces leds dieron la nota cómica.
Otro de los atractivos fue la mesa dulce dividida en estaciones: minivolcanes con selección de helados artesanales y topings, créme brûlée flambeados en vivo, crêpes de dulce de leche y nutella, y más de veinte tortas.
Como regalo sorpresa para Pampita, su amiga Estefanía Novillo armó un truck para que las invitadas pudieran retocar su maquillaje durante toda la noche. También había una cabina de fotos y zapatillas con suela de led de Footy para "los pies cansados". ¿El detalle más original? En el toilette de ladies se podían encontrar canastos con pantuflas con las iniciales de los novios, para aquellas que querían estar cómodas.
El fin de fiesta estuvo marcado por minihamburguesas de cordero, salmón, cochinillo y lomo y un candy bar. De souvenir, además, se entregó un kit antirresaca que incluía un antiácido, té, chicles, curitas, ibuprofeno, carilinas y un abanico.
A las cinco de la mañana, con el sol asomando en el horizonte, los novios partieron hacia la suite presidencial de La Mansión del Four Seasons, donde pasaron su noche de bodas (regalo de Gabriel Oliveri). La luna de miel empezó el martes 26, cuando tomaron un vuelo con destino a París, por cuatro días más de romanticisimo.
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