Paco Rabanne, mi mundo espiritual
Pasa el tiempo rezando, ve gnomos, habla con el suelo y las plantas, predice catástrofes. ¿Cómo este diseñador top se transformó en un hombre puramente místico?
PARIS.- Hace constantemente referencia a sus experiencias esotéricas, a su interés por las religiones y a sus encuentros sobrenaturales. Sus cejas se levantan y abre grande los ojos cuando relata una conversación que mantuvo, hace sólo unos meses, con Nicolas Flamel, un alquimista del siglo XIV... Y asegura que la moda de hoy no le interesa para nada. Dice que "hay gente con valor, aunque perdida", lo que justifica su aburrimiento frente a ciertas preguntas sobre ese mundo. Pero, de repente, todo se detiene cuando ve pasar una cartera bordada con círculos metálicos. "Ese diseño es mío", dispara. Y, segundos después, añade: "O quizás una copia. Dolce & Gabbana me copia mucho últimamente".
Esta es la dualidad en la que vive hoy Paco Rabanne: reconocido por algo que para él ya fue e interesado en fenómenos que para muchos no existen. Antes de dedicarse a predecir catástrofes mundiales y a escribir libros sobre sus vidas pasadas, Paco Rabanne era un gran modisto. Pero hoy, pese a que los perfumes que llevan su nombre lideran el mercado de ventas, a Paco Rabanne ya nada de eso le interesa.
LNR lo encuentra en la Rue du Faubourg Saint-Honoré, en un espacio especialmente reambientado en tonos dorados para la presentación, justamente, de su nueva fragancia, Lady Million, versión femenina de One Million. Pesa más de 100 kilos, y está vestido con un pantalón negro ancho y una camisa negra, cuello mao. Abrochada y muy discreta, su insignia de oficial de la Legión de Honor, la más conocida de las condecoraciones francesas, que recibió en enero último.
Rabanne estudiaba arquitectura en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París cuando empezó con sus primeras creaciones. "Mi formación como arquitecto me ayudó mucho. En todo. Y me sigue ayudando", asegura el modisto, que no duda en responder en español. Quizá porque ese idioma lo hace viajar hasta sus orígenes. Francés por adopción, Francisco Rabaneda nació en 1934 en el País Vasco. Se exilió en Bretaña junto con su familia, a los cinco años, luego del fusilamiento de su padre por tropas franquistas durante la Guerra Civil Española. Y en 1951 viajó a París para estudiar arquitectura. Financió su carrera con la producción de bocetos de moda. Diseñó bolsos para Roger Model, zapatos para Charles Jourdan, y accesorios para Balenciaga, Nina Ricci, Courrèges y Givenchy. Su nombre resonó en todo el mundo con la creación de las Pacotilles: aros y accesorios de plástico, recortados en formas geométricas, accesibles para todos y símbolos de la cultura pop.
Con esa materia como base de su creación, en 1966 presentó su primera colección, denominada "Doce vestidos imposibles de llevar, fabricados en materiales contemporáneos". Incluía música y modelos negras en ese desfile, primera vez en el universo de la moda de ese momento. El pintor catalán Salvador Dalí lo llamó "el segundo genio de España". Vendrían luego los vestidos en metal y en aluminio -Coco Chanel lo apodó el metalúrgico- y hasta en papel.
Pero, para él, ésos son hoy sólo recuerdos. "La fama es una cosa horrible, malísima, que te puede matar. Y ya di 45 vueltas al mundo. Estoy cansado de viajar. Esos años son sólo recuerdos. Ni buenos ni malos. Sólo recuerdos", dice, sin muchas ganas de hablar del tema. Y es que, de moda, hoy sólo eso queda. Su línea haute-couture cerró en 2000 y la Prêt-à-Porter, en 2006. Sólo subsisten dos licencias -una en Chile y la otra en Corea del Sur- de Prêt-à-Porter Hombre. Sus 900 vestidos descansan en un depósito aquí en París, y son utilizados de vez en cuando para una que otra producción fotográfica en las revistas. "La potencia y la creación están hoy en manos de chinos, indios, paquistaníes. Yo no he parado de diseñar. Sólo que los Puig me dijeron hace diez años que estaba demasiado viejo." El diseñador se refiere a la familia catalana con la que empezó a trabajar en 1969 para el lanzamiento de su primer perfume, Calandre, y que hoy es dueña de toda la línea de perfumes de Paco Rabanne.
"Me gusta lo que hago con los perfumes porque es una dimensión suplementaria. Aunque los productos deben tener una carga mágica positiva; si no yo no pongo mi nombre sobre ellos. La palabra Lady, por ejemplo -en referencia al nombre de su último perfume, Lady Million- representa el 6 en la numerología pitagórica: es el equilibrio de las cosas", desarrolla, mientras dibuja en un papel una estrella de David.
Y, extrañamente, esta explicación es una nueva ocasión para volver a hablar de enigmas y religiones, los temas que hoy verdaderamente lo apasionan. De hecho, en estos últimos años publicó varios libros sobre su trayectoria espiritual.
Paco Rabanne no compone las fragancias. Sólo pasa por las oficinas de Puig de vez en cuando para ver cómo va el proceso, aceptar o rechazar algunas propuestas, y diseñar el envase. El resto del tiempo transcurre en su casa de Bretaña, en donde reza todo el día. Empezó con su atadura a las religiones, como lo define él, a los siete años. Y le gustan todas. "Me levanto antes que el sol se levante. Mi abuela era bruja y me enseñó que hay que estar despierto antes que el sol para darle la bienvenida. Es lo que hago. Y paso mi tiempo rezando. Me gusta mucho. Veo gnomos. Hablo con el suelo y con las plantas. Cuando tienes la curiosidad, la gente viene a hablarte. Pero cuidado: no hay espiritualidad sin materia. Todo es uno", reflexiona el diseñador.
Y explica su elección de volver a vivir en Bretaña: "Es donde crecí y donde tengo todas mis emociones. Quiero que mis cenizas estén en Bretaña cuando yo desaparezca. Algo para lo que no falta mucho", asegura, con tono de predicción. Un área familiar para el diseñador, que en los últimos años se concentró en vaticinar públicamente algunos sucesos. En Francia lo recuerdan por sus numerosas apariciones ante las cámaras, en las que relataba sus vidas anteriores y sus encuentros con extraterrestres. Hace diez años afirmó que la estación espacial MIR se estrellaría el día del eclipse solar (11 de agosto de 1999) y que varios trozos caerían sobre París, provocarían miles de muertos. Algunos dicen que habría vuelto a instalarse en Bretaña para escapar a esa catástrofe. Ante el fracaso de su predicción, estuvo más de cinco años sin dar entrevistas.
Minutos más tarde, Paco Rabanne vuelve a hablar brevemente de moda. "¿Qué debe ponerse la mujer para vestirse al estilo Paco Rabanne? Lo que sienta. No hay un estilo Paco Rabanne. Tiene que seguir su moda, su personalidad. La elegancia es una manera de ser. Un equilibrio de la columna", concluye, mientras se para con lentitud. Posiblemente, esa historia de la columna le dé pie al diseñador para nuevos relatos sobrenaturales. Antes de esta nueva pasión, Paco Rabanne era un gran modisto.
UN PERFUME EXITOSO
Con ingresos por mil millones de euros en 2009, Puig es un grupo catalán de fragancias y cosméticos que reúne, además de Paco Rabanne, marcas como Carolina Herrera, Nina Ricci, Prada, Comme des Garçons, Adolfo Domínguez, Massimo Dutti, Zara y, desde enero último, Valentino.
El éxito del último perfume para hombres de Paco Rabanne, One Million -número uno en ventas en todos los países en los que está presente, desde 2008, salvo en Estados Unidos-, incitó al grupo a crear ahora su versión femenina: Lady Million, que tiene a la nieta de Ernest Hemingway, Dree, como modelo.
¿Cómo respetar una marca con tanta herencia y, a la vez, revigorizarla? "Tuvimos que empezar todo de cero. Como un nuevo despegue. Y para eso volvimos a los fundamentos de Paco Rabanne, a su ADN: audacia, diferencia e innovación", explicó a LNR el vicepresidente de Paco Rabanne, Vincent Thilloy, que precisó que en América latina el perfume One Million está entre los cinco más vendidos. "Es un mercado clave para el grupo", añadió. En Europa, los 50 ml cuestan 61 euros y los 80 ml, 79 euros.
Ante el éxito de los perfumes de la línea, varios en el grupo Puig aseguraron a LNR que consideran la posibilidad de relanzar la línea de ropa de la marca. Thilloy confirmó que están trabajando sobre ese proyecto, aunque sería para antes de fin de año.
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