Otras plataformas de experimentación
Recuerden estos nombres: Solana Molina Viamonte y Alejandra Aguado.
Yo los escuché por primera vez la semana pasada. Les pedí un café. Me citaron en Malvón, en Villa Crespo, el martes, a las 11. ¿Quiénes son? Solana dirigió durante nueve años la galería Ruth Benzacar. Alejandra, por su parte, se inició en arteBA y Malba, hasta que se mudó a Londres para hacer un máster en curaduría. Allí trabajó en el Tate.
"Me empezó a parecer obsoleto el modelo de galería para desarrollar proyectos un poquito más arriesgados y fue así como el año pasado surgió Móvil", contó Solana. Básicamente, se trata de una plataforma de experimentación, sin fines comerciales, para artistas jóvenes contemporáneos. Pero, claro, con características bastante inusuales. Alejandra lo explicó de esta forma: "Veíamos que acá faltaba un espacio de mediana escala, no museístico, sino más fresco y experimental, en donde los artistas, con profesionalismo, pudieran desarrollar una primera muestra individual de envergadura, pensada para ese espacio". Solana la interrumpió: "Ojo, muchas veces los artistas se autogestionan sus muestras, como pueden, sin apoyo. Pero nos parecía clave la cuestión de la continuidad institucional y que Móvil pudiera funcionar como una plataforma de diálogo, por eso alrededor de cada muestra organizamos encuentros y actividades gratuitas".
Ambas se ubicaron en Parque Patricios, en un espectacular edificio de aspecto fabril conocido como cheLA. Es un centro de experimentación en cultura, tecnología y comunidad. Lo más parecido a una enorme vecindad de personas y proyectos excéntricos.
"No queríamos estar en el perímetro habitual del arte y lo cierto es que cheLA nos cautivó, porque todas las demás propuestas ahí tienen un espíritu muy afín, aunque en otras disciplinas", justificó Solana. Su álter ego agregó: "Nos interesaba también sumar otro público, no sólo el cautivo. Mostrar que la distancia que para la gente hay con el arte contemporáneo [lo ven hermético, sugieren «que no dice nada»] es un obstáculo que generó el circuito en sí mismo, pero que no es real. Porque el artista vive a la vuelta de tu casa y consume lo mismo que vos". Para muestra sobra un botón: "Por Móvil han pasado amigos de otros museos, chicos con discapacidades, estudiantes vecinales, gente mayor y hasta Hans Ulrich Obrist, jefe curador de Serpentine en Londres. Son muy extremos los públicos que nos visitan. Vienen en familia y se quedan horas", aseguraron sus mentoras. Además, piensan ofrecer una vez al año una muestra de un artista consagrado (pero de algún proyecto inédito) y dos muestras no de sala, sino en relación con la comunidad.
Hacerse amigo no es tarea difícil. Hay categorías de donación que arrancan en los 100 pesos anuales, y si no, todos los sábados hasta el 7 de junio estarán presentando Todo Afuera Adentro, una muestra performática de Mercedes Azpilicueta.
Se las ve experimentadas, pero con un chispazo de inocencia. Contagian ganas de emprender. Y porque me obsesiona la integración de generaciones venideras, les pregunté: "¿Qué consejo le darían a un novato?". Las dos respondieron sin vacilar: "Que vea mucho. Que sea curioso e inquieto. Que aproveche a los artistas vivos".
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