El fin de semana, volvieron a sonar campanas de boda para la familia Grimaldi. Dos meses después del matrimonio de Charlotte Casiraghi con Dimitri Rassam, su primo, Louis Ducruet, también le puso un final feliz a su noviazgo con Marie Chevallier, aunque con algunas diferencias con los casamientos celebrados en las últimas décadas.
El hijo de la princesa Estefanía tenía el deseo de homenajear tanto a sus padres como a sus abuelos y su novia, Marie, experta organizadora de eventos, no solamente lo apoyó, sino que se ocupó de todo con la ayuda de sus cuñadas, Pauline y Camille, y especialmente de Estefanía. La princesa que le dijo a su hijo que Marie era perfecta y que no la dejara escapar, la que lloró a lágrima viva cuando tomaron la decisión de casarse, después de acompañar a Louis a la joyería para elegir el anillo, la madre solitaria y orgullosa que estaba realmente "nerviosa y muy emocionada", según contó el novio a Hello! Monaco. Para la boda civil, siguiendo los pasos de la princesa Estefanía y Daniel Ducruet, eligieron el Ayuntamiento de Mónaco. Y para la religiosa volvieron a abrir las puertas de la catedral de San Nicolás, donde se casaron los príncipes Raniero y Grace Kelly hace sesenta y tres años y también el lugar donde están enterrados. "No pude conocer a mi abuela y, desde mi nacimiento, tengo una especial admiración por mi abuelo y hubiera querido tenerlo aquí. De alguna manera, él estará ahí conmigo en la catedral. Por eso la elegimos", dijo el novio.
A diferencia de sus primos Andrea, Pierre, y Charlotte, que celebraron sus matrimonios religiosos en Gstaad (Suiza), las islas Borromeo (Italia) y La Provence, Luis y Marie enmarcaron su gran día en Mónaco. La ciudad donde viven desde que finalizaron sus carreras. Primero y durante seis meses, en la residencia de la princesa Estefanía, y ahora en su propia casa, en el distrito de La Condamine.
La pareja, que se conoció cuando tenían 19 años, se casó el viernes a las 17 horas en el Ayuntamiento del principado en una ceremonia íntima a la que sólo asistieron sus familiares más cercanos. La madre y el padrastro de Marie, señor y señora Joubert, y los padres del novio, Estefanía y Daniel Ducruet.
Para esta primera ceremonia, Marie Chevallier llevó un diseño moderno de la firma española Rosa Clará. Vestido-pantalón en crêpe de seda, con encaje bordado en la cintura, sin mangas, escote en V y espalda abierta. Y la princesa, un mono en color amarillo intenso –uno de los colores favoritos de la princesa Grace– y una pulsera floral, en guiño al diseño y al ramo de la novia.
ESTEFANÍA, LA OTRA PROTAGONISTA
Con permiso de Marie, la princesa Estefanía fue sin lugar a dudas la otra gran protagonista dela boda. Por su belleza y figura, a los 54 años, por sus estilismos, por lo emocionada que estaba –siempre al borde de las lágrimas– y, también, por su reencuentro más oficial con su ex marido desde su divorcio, en 1996. Tan sólo un año y tres meses después de una boda muy comentada (julio de 1995), y de un escándalo que marcó un antes y un después en sus vidas. Igualmente, siempre han tenido buena relación por sus hijos. Y la prueba llegó el pasado fin de semana. Estefanía no sólo le dio un lugar a su lado, sino que también abrazó a su actual mujer, Kelly Marie Lancien –se casaron el pasado verano, después de diez años de relación– y a la hija que tienen en común, Linoué, de 6 años. Como en sus mejores tiempos, no sólo brindaron por la felicidad de su hijo mayor, sino que además dieron una muestra de enorme unión familiar. Los Grimaldi, los Casiraghi, los Hannover, y hasta los hijos mayores del príncipe Alberto, Jazmine Grace y Alexander, nacidos de relaciones anteriores. Todos juntos celebrando la boda de Louis y Marie.
LOS NOVIOS ROMPEN LA TRADICIÓN
Los novios no siguieron la tradición de casarse por civil en los salones Grimaldi, pero sí eligieron el palacio, gran bastión de la Casa Principesca, para la primera recepción nupcial, que tuvo lugar en los jardines. El rincón en el que sus abuelos se encontraron hace seis décadas, también el escenario privado en el que, a lo largo de sesenta años, siempre se han celebrado las bodas de los Grimaldi. De Grace y Rainiero a Louis y Marie. Una fiesta muy privada, que sirvió como preludio a su boda religiosa –el sábado 27 de julio– en la catedral de San Nicolás, donde reunieron a doscientos invitados. Él llegó a la catedral del brazo de su madre, la princesa Estefanía, de nuevo de amarillo; y la novia, con su padrastro y padrino, en un Rolls-Royce de la colección de palacio, donde se la vio secándose las lágrimas en el asiento trasero.
PAULINE DEBUTA COMO DISEÑADORA NUPCIAL
A las 14:30, Marie –su "alma gemela", "mi cielo en la tierra", palabras de Louis antes de la boda– apareció puntual en la escalinata de la catedral, donde la esperaban sus damas de honor vestidas de largo con trajes dorados, entre ellas su cuñada, Camille, y también Pauline, que no sólo se ocupó de diseñar su vestido de novia, sino también de acomodar su vestido y su larga cola. Aunque, eso sí, entre lágrimas. Por la emoción de tener una nueva hermana, pero también por el enorme paso que estaba dando como diseñadora nupcial tras debutar el 18 de junio en París con su marca, Alter Designs, y su primera colección de ropa: "Hoy es el día en que mi sueño se hace realidad".
El traje fue realizado en gazar de seda y encaje chantilly y el trabajo artesanal del bordado llevó más de trescientas horas. Un vestido clásico al más puro estilo princesa con cola de cinco metros, escote barco, cintura muy marcada y cuerpo y falda bordado con motivos florales, en un claro guiño al vestido de novia de la princesa Grace.
SUENA EL "ALELUYA" DE LEONARD COHEN
La novia accedió a la Catedral mientras sonaba "Just The Way You Are", de Bruno Mars, con todos los invitados de pie. Entre ellos, el príncipe Alberto, Carolina de Mónaco, Charlotte Casiraghi –con un minivestido negro de lunares blancos– y Dimitri Rassam; Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo, Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo, Alejandra de Hannover y Ben-Sylvester Strautmann...
Y la ceremonia fue oficiada por el padre César Penso, capellán del palacio: "Este es un momento excepcional de alegría, una alegría contagiosa", dijo, antes de que los novios intercambiaran los votos y su primer beso tras escuchar el "Aleluya", de Leonard Cohen.
En la Catedral, Louis y Marie le dieron un papel muy importante al príncipe Alberto como soberano, y también a la tía Carolina, que ocupó un asiento muy cerca de su hermano, a los pies del altar, donde también se situaron los padres del novio y los testigos. Entre ellos, el hermano mayor del novio, Michael Ducruet, quien fue el encargado de revelar algunos detalles. "El hecho de que me pidiera ser testigo es el mejor regalo que ha podido hacerme, es mi hermano pequeño así que significa mucho para mí", aseguraba a Gala. "Me considero afortunado de tener la familia que tengo, con todo este amor a mi alrededor".
UN CAMIÓN DE PAÑUELOS
Michael, que trabaja en la Compañía de Carabineros del príncipe Alberto y vestía el uniforme, también contó que, entre todos los testigos, prepararon "un montaje de video y fotos" para los novios y que a la boda acudiría con "un camión de pañuelos", ya que sabía que no iba a poder contener las lágrimas.
La ceremonia, calificada como muy romántica, concluyó con un entrañable homenaje a los príncipes Rainiero y Grace, en cuyas tumbas depositaron el ramo de flores de Marie. Una nueva tradición que rompe con la costumbre de llevarlas a la iglesia de Santa Devota, como hizo la propia Grace, Carolina y Charlene, en sus bodas religiosas.
Y, después, bajo una tormenta de verano y una lluvia de pétalos, los recién casados abandonaron la Catedral de la mano, entre besos y con el aplauso unánime de sus familias y amigos… Rumbo a su gran fiesta nupcial, en la bahía de Mónaco, donde Marie estrenaría su tercer vestido de novia, también de Rosa Clará, y hacia su nueva vida.
DE LA UNIVERSIDAD A LA CATEDRAL
Los recién casados tienen la misma edad, 26 años, y se conocieron en 2011, cuando eran estudiantes en la Escuela de Negocios Skema, en Francia. Enmarzo de 2012, comenzaron su noviazgo y, en 2015, el día de su graduación en la Western University de Carolina del Norte Estados Unidos, fueron presentados a sus respectivas familias. Marie, que habla francés, inglés y un poco de español, estudió Marketing y Louis se licenció en Administración Deportiva. Y, en 2018, Louis le propuso matrimonio durante unas vacaciones en Vietnam: "Permítame presentarle a la futura señora Ducruet. Ella dijo ‘sí’ y ahora estamos comprometidos".
Marie Chevallier trabaja desde hace seis meses como gerenta de proyectos para el Casino de Montecarlo y Louis es ahora el brazo derecho de Vadim Vasilyev, vicepresidente del club de fútbol AS Monaco. "AS Monaco es mi club, el club de mi familia y mi país".
EL DÍA DESPUÉS DE LA BODA EN EL BEACH CLUB DE MÓNACO
Tras el casamiento de Louis Ducruet y Marie Chevallier y los dos días de celebraciones, la familia continuó con los festejos en el Beach Club de Montecarlo. Con Daniel Ducruet –ex marido de la princesa Estefanía– al mando, y junto a todos sus hermanos, los recién casados disfrutaron de un día de pileta antes de partir a su luna de miel.
Ya lo había dicho Michael Ducruet –el hermano mayor de Louis– a la revista francesa Gala y ese día quedó demostrado: "Nuestro padre siempre está ahí para nosotros. Hizo todo lo posible para darnos la mejor educación posible, para que no hagamos distinciones entre medio hermano y medio hermana y para que sigamos un buen camino".
En el after party al aire libre estuvieron además la mujer de Daniel, Kelly Marie Lancien, la hija que tienen en común, Linoué (6) y su madre, Maguy Ducruet. Pauline Ducret –que lució impactante con un bikini a lunares– y Jazmine Grace –la hija mayor del príncipe Alberto que viajó desde Estados Unidos para asistir a la segunda boda del verano en Mónaco, después de la de Charlotte Casiraghi y Dimitri Rasam– también dijeron presente.
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