Nuevos hábitos: sí a la moda digital
"Los consumidores son cada vez más digitales y en unos años es probable que las tiendas virtuales sean más importantes que los flagship stores", arranca Lucas Farrel, director comercial de Prüne. El auge se debe a que el cliente es cada vez más millennial: "Los productos que tienen mayor salida online son los que están dirigidos al segmento más joven de nuestras clientas, los productos más trendy de la colección".
Las cifras de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico confirman el fenómeno. Los números de la edición 2017 de Hot Sale son asombrosos: se vendieron 435 artículos por minuto en tres días a través de 1,2 millones de órdenes de compra. La edición 2018 fue otro éxito que alcanzó los $6000 millones de pesos en ventas.
"Los nuevos formatos de empresas, las nativas digitales, están directamente orientados al cliente, focalizados en el consumidor del futuro. Y las marcas que no nacieron digitales se están transformando porque entendieron que estaban perdiendo una ventaja competitiva. No es ahora, la transformación viene ocurriendo hace años", explica Farrel.
Catalina Chavanne, diseñadora y dueña de Blue Sheep, coincide en la mega oportunidad que significa el e-commerce para la industria de la moda, y también desmitifica la simplicidad de su implementación: "Se requieren distintos proveedores que puedan acompañar el cambio. Las marcas encontraron un canal más de venta a menor costo a largo plazo... ¡Pura oportunidad! Hace falta mucho trabajo y conciencia de lo que es la marca y lo que no es para poder lograr coherencia entre el local a la calle y el virtual. No es tan simple como contratar un desarrollador, tiene muchos temas asociados".
La transformación digital no es sólo una cuestión corporativa, también atañe al público: "El consumidor tuvo que aprender a confiar en la marca, hay muchos consumidores que todavía no se animan. Se trata de un voto de confianza, están como entregando un cheque en blanco rogando que la marca no los desilusione", opina Chavanne.
La diseñadora de Bluee Sheep confirma que los productos más taquilleros en e-commerce son los que menos desconfianza generan: "Una foto que vende un concepto genial donde no se entiende la prenda es difícil de vender online por más cool que parezca. El producto que quieras vender online debe acercarse lo más posible a la realidad. Una buena foto, una buena descripción, medidas, son todas cuestiones que el consumidor quiere saber a la hora de comprar. En el caso de DRESSIT lo que es genial es que podés armar todos tus conjuntos sin tener que moverte de tu casa, y cerrar la operación en una misma plataforma, con una sola gestión de pago y un solo envío".
Re-Evolución
Para Farrel de Prüne, este es un asunto que concierne a toda la empresa: "El desafío es transversal a toda la compañía, por lo que es directivo. Los que dirigimos marcas debemos tener en cuenta todas las variables del negocio para apuntarlas hacia el nuevo consumidor que quiere todo rápido". Otra ventaja diferencial es un stock superior al de la tienda física y limitada, más la comodidad de comprar desde donde quieras y la posibilidad de conectar con el cliente. "Postear el producto indicado al segmento apropiado en el momento oportuno y con el botón de compra listo para convertir. Ahí es donde se produce la magia", finaliza Farrel.
Por su parte, Chavanne sostiene que hoy muchas etiquetas ya sólo tienen locales de drop off y cambios, sin tanta presencia en las calles. "Creo que las marcas van a volcarse cada vez más a este canal para mejorar sus márgenes de ganancia. En ese proceso, aparecerán plataformas de pagos y opciones de logística. Las marcas chicas como Blue Sheep arrancamos con plataformas básicas que te permiten aprender con una inversión inicial baja, para luego hacer el siguiente paso. Cuando la experiencia que tienen los profesionales de LA NACION y Glamit se juntan para armar propuestas que agrupan a distintas marcas en una plataforma propia de venta es genial para nosotros los diseñadores", cierra sobre DRESSIT.
Los tres fundamentos del paradigma digital
Para Fabián Paz, director creativo de Valdez, el tiempo es un factor determinante en la decisión de compra: "Cada día tenemos más actividades y menos tiempo; en los mejores casos, comprar online no debería llevarte más de 10 minutos, y eso exagerando el tiempo en el que mirás los productos y tomás la decisión".
La confianza también es primordial: "Los consumidores necesitaban experimentar lo que era comprar online y, sobre todo, confiar en ese nuevo formato. La tecnología ayudó, hoy por hoy nos sentimos mucho más seguros al poner los datos de la tarjeta y al saber que incluso si no nos gusta lo que hemos comprado lo podemos cambiar, como en el caso de una compra en el local", asegura Fabián. En dressit.com incluso podés hacer los cambios en las tiendas de las marcas, si preferís probarte en vez de gestionar la devolución online.
Por último, la tecnología es la gran facilitadora de esta nueva costumbre de ir al shopping virtual y comprar desde la compu o el celular. "Los avances tecnológicos hacen posible que comprar online sea cada vez más fácil y seguro. Imagino que la evolución irá por lograr una mejor experiencia de compra", arriesga el diseñador de Valdez.
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