DISEÑO URBANO
Daniela Szajnberg: "Es la oportunidad para descentralizar y mirar hacia el interior"
En primer lugar, nos podemos detener en algunos cambios inmediatos. Por ejemplo, ya se registran ciertos efectos en la dinámica inmobiliaria. Hoy, un comercio a la calle está prácticamente en precio cero. Por el contrario, los galpones más alejados, de gran superficie, se están revalorizando. Esto se explica por el fortalecimiento de la comercialización virtual; se están buscando espacios para armar la logística.
En términos más macro, la oportunidad, para mí, ahora se plantea en el interior. Así como en el mundo de fines de siglo, de los 90 y de plena globalización, se levantaban las fronteras y el acento estaba en las grandes ciudades, conectadas entre sí y dándole la espalda al interior del país, hoy hay una tendencia inversa. Es posible pensar una migración interna. Y, por el contrario, creo que asistiremos a un vaciamiento de las ciudades. De hecho, la ciudad de Buenos Aires no crece poblacionalmente desde la década del 40. A esto se suman los problemas ambientales. En verano, por ejemplo, en un barrio de Capital hace entre 6 o 10 grados más que en Campana. Frente a ello, se deberá avanzar en la modificación del Plan Urbano Ambiental. La solución no puede pasar por concepciones romanticistas, promover el monopatín no es una respuesta. Se pueden buscar referencias en la Europa de posguerra, donde se realizaron procesos interesantes de descentralización de las ciudades. Lo importante es no quedar atrapados en una mirada binaria, entre aquel imaginario de fin de siglo en torno al concepto de una ciudad sustentable protegida por un domo y la imagen que pudimos ver hace unas semanas de Toronto, con minicúpulas en los parques para que la gente pueda hacer ejercicio. Es imposible pensar una ciudad viable bajo esa lógica individual.
*Arquitecta, profesora titular en Gestión Urbana Contemporánea (FADU/UBA).
CIUDADES
Saskia Sassen: "Hay que resignificar las ciudades para asegurarles vivienda a los más vulnerables"
En el siglo XIX, cuando la economía mundial consistía, en gran medida, en extraer recursos naturales y comerciarlos, la función global de las ciudades era la de ser centros de servicio, generalmente desarrollados junto a los puertos. Muchas de ellas eran los imperios coloniales de Gran Bretaña, los Países Bajos, Francia, Alemania, España y Portugal, que funcionaban como puertas de entrada internacionales. Si bien la economía global actual todavía consiste en el comercio internacional, los agronegocios, la manufactura y la extracción de recursos naturales, todo esto ha sido eclipsado –tanto en valor como en poder– por el desarrollo de vastos mercados financieros globales y por servicios corporativos altamente especializados. En este contexto, nos ha encontrado la pandemia.
Tendremos que inventar nuevas nuevas maneras de protegernos y, sobre todo, nuevos modos de proteger a la naturaleza de nuestros ataques y de nuestras lógicas extractivas.
El covid-19 fue más invasivo que otros casos en el pasado y, en tanto tal, una especie de espejo, o una narrativa, que deberíamos escuchar con mucha atención. Este virus silencioso, invisible, sin olores, que mata sin anunciarse, que no habla, sin embargo, no es el enemigo. Es mucho más que eso e importa que nosotros, sus posibles víctimas, entendamos nuestro rol. En este sentido, la desigualdad social no es algo que nos ayude. Lo que nos puede ayudar es precisamente lo que nuestras sociedades han rechazado: resignificar esas ciudades asegurándonos para que los más vulnerables tengan viviendas que los protejan. Tendremos que inventar nuevas modalidades, nuevas maneras de protegernos y, sobre todo, nuevos modos de proteger a la naturaleza de nuestros ataques y de nuestras lógicas extractivas.
*Socióloga, investigadora de la Universidad de Columbia, autora, entre otras obras, de Expulsiones y La ciudad global.
TRAMA SOCIAL
Laura Marina Panizo y Valérie Robin Azevedo: "La idea de morir en soledad puede reconvertirse"
En crisis sociales como la pandemia que estamos viviendo, las fases de despedida y separación no han podido llevarse a través de las formas esperadas. Es así como nos enfrentamos a una crisis en un doble sentido, como sostiene la socióloga Gaëlle Clavandier: una crisis de mortalidad (ante una muerte masiva e inminente, posible, cercana y, sobre todo, contaminante) y una crisis funeraria. Acá nos parece relevante hacer referencia a la distinción entre duelo y luto. Mientras el duelo hace referencia a los procesos intrapsíquicos, el luto refiere a los rituales que acompañan los procesos de duelo. No podemos dejar de advertir entonces que esta obstaculización en los rituales de luto puede llegar a obstaculizar los procesos de duelo, aunque tampoco podemos afirmar que en estos casos sean imposibles. "Morir en soledad" es algo que se escucha como recurrente en la experiencia de los familiares que sufrieron la pérdida de su ser querido en un hospital y que ha fallecido en aislamiento reglamentario para evitar la contaminación y el contagio. Morir en soledad hace referencia también a no poder acompañar al ser querido en este pasaje de la vida hacia la muerte, y no poder brindarles los cuidados necesarios. Pero, como dijimos, esta "mala muerte" puede reconvertirse. En "el día después", los familiares podrán ir a llevar a sus muertos un rezo, un poema o una flor en el cementerio donde se los enterró o en un lugar escogido para su conmemoración. En Italia, tan azotada por la pandemia, las iniciativas en honor a los difuntos se están multiplicando.
La historia nos ha demostrado que después de períodos de violencia y vulnerabilidad, pueden venir las fases de resacralización y resignificación de lo acontecido. En esta resignificación de las muertes y los muertos, vendrán quizás los héroes, los mártires, las víctimas y, por qué no, las santificaciones (oficiales o populares). Serán, entonces, enaltecidas las acciones altruistas y vueltos a denominar los muertos con sus rituales asociados. Serán recompensadas las víctimas también, con pedidos de justicia o reconocimiento social para su "dignificación". Entonces, las prácticas ahora inadecuadas no son necesariamente definitivas. Y, por ello, probablemente, los duelos no sean imposibles, aunque sí, alterados, prolongados y, sobre todo, desafiantes para quienes tengan que enfrentarlos.
*Investigadora del Conicet, se especializa en antropología de la muerte. Robin Azevedo es doctora en Antropología Social.
ESPECTÁCULOS
Daniel Grinbank: "Vamos a tener que aprender a trabajar según las contingencias"
Creo que el de los espectáculos es uno de los sectores más afectados. Fue el primero en cerrar y será el último en abrir, porque ya por definición un espectáculo significa concentración de gente. A partir de esto, se han pensado soluciones para una vuelta, pero con capacidades muy limitadas, con lo cual todo sería a pérdida. Es decir, lo vemos como un paso lógico para volver, pero realmente no es una solución.
Creo que hay una imagen elocuente: en la Guerra Mundial, Broadway no cerró. Con la pandemia, sí.
Si miramos Europa, que se nos va adelantando en su experiencia, o más precisamente Madrid, contemplaron abrir en Teatros del Canal con 200 localidades cuando tiene 1200, lo que equivale a un funcionamiento de solo el 20%. Por otro lado, la pandemia expuso el problema de que hay mucho personal tercerizado. Por ejemplo, en un Lollapalooza trabajan 5000 personas, pero solo lo hacen un fin de semana. A esto se suman las pymes y emprendedores del interior, que muchas veces son empresas unipersonales, con lo cual, la situación económica del sector es sumamente crítica.
En este sentido, en primer lugar, creo que hay que desmitificar el streaming, porque es muy difícil de monetizar. Por otro lado, vamos a tener que contemplar trabajar en condiciones de contingencia. Por ejemplo, Jujuy estaba avanzando de fase, pero hubo un brote; entonces, si tenías producido un evento ibas a tener que cancelar. A esto se suma cómo erradicar el imaginario de que un evento no sea después visto como un foco de contagio. En Corea del Sur, volvió la actividad cinematográfica, pero a las salas fueron un 93% de personas menos, aun cuando el cine permite más distanciamiento social que el teatro.Todas las giras y los festivales en el mundo hoy están pospuestos hasta el 2021. Asimismo, ningún artista baja a Sudamérica si no va a Brasil, y el desastre que está ocurriendo allí obviamente repercutirá en eso. Para resumir, creo que hay una imagen elocuente: en la Guerra Mundial, Broadway no cerró. Con la pandemia, sí.
*Productor de espectáculos.
MUNDO LABORAL
Sofía Scasserra: "Conquistar el derecho a la desconexión para lograr salud mental"
Vivimos hiperconectados. Llamadas, mensajes y mails a cualquier hora del día. Todo llega al teléfono, y genera una lista mental interminable de asuntos pendientes. Y es que, si bien algunos pueden "clavar el visto", nos quedamos pensando en todo lo que nos espera por hacer. Esta normalidad se acentuó con la pandemia y se fusionó el espacio familiar y laboral tanto virtual como físico, lo que generó una incapacidad de delimitarlos. Esto contribuye a adquirir el síndrome del burn out, enfermedad listada por la OMS. Así, surge en Francia en el año 2017 un nuevo derecho laboral: la desconexión digital. Este es el derecho a no recibir cualquier tipo de comunicación por temas laborales fuera del horario de trabajo.
Conquistar el derecho a la desconexión para lograr salud mental es fundamental. Pero tiene otro aspecto y es que conforma una herramienta más para lograr la igualdad de género. En los últimos años, estar disponible a cualquier hora del día empezó a considerarse como una habilidad adicional en el trabajo: es aquel que "tiene la camiseta puesta" y, por ende, es más plausible de tener un ascenso. Notificaciones que se acumulan y la realidad de siempre: ¿quién puede responder cuando se llega a casa y te espera otra interminable lista de tareas hogareñas por hacer? Las mujeres, definitivamente, tenemos menos oportunidad de tener esa habilidad adicional. Además, si asumimos que las comunicaciones fuera de horario de trabajo son una falta de respeto, contribuiremos a que los hogares se organicen mejor respecto de los cuidados, fomentando la división de tareas entre hombres y mujeres.
Se trata de organizarnos de manera más amigable con los tiempos libres, de entender que la tecnología puede ser nuestra aliada.
Se trata de organizarnos de manera más amigable con los tiempos libres, de entender que la tecnología puede ser nuestra aliada: advertencias automatizadas, servidores que retengan mensajes hasta el otro día, sistemas de mensajerías que permitan programar el envío pueden ser herramientas útiles en el respeto por el tiempo ajeno. Hoy, producto de la pandemia, estamos siendo fuertemente afectados por la ola de hiperconectividad. Quizá es el momento propicio de que, entre todos, ciudadanos e instituciones, nos planteemos cómo lograr comunicaciones saludables, consiguiendo soberanía de nuestro tiempo libre y cooperando con una herramienta más hacia la igualdad de género.
*Investigadora del Instituto del Mundo del Trabajo "Julio Godio" de la UNTREF y asesora parlamentaria.
EDUCACIÓN
Francesco Tonucci: "Hay que renunciar al aula como único espacio, no es una estructura natural"
Creo que es una buena oportunidad para pensar un nuevo pacto educativo. Aquí se pueden pensar varias propuestas. Por un lado, un fortalecimiento en el vínculo con las ciudades, al concebir un proyecto integrado basándonos en la idea de que no educa solo la escuela. ¿Qué puede aportar la ciudad en términos de ideas, eventos, herramientas? Muchísimo; tiene diversas capacidades y recursos, museos, teatros e industrias, y se pueden disponer para que los niños aprendan algo distinto. Esto va de la mano de pensar modos en que se pueda fortalecer la autonomía de los niños en ese espacio. Por otro lado, se puede trabajar con los intendentes para que cierren las calles cercanas a las escuelas durante el horario escolar; me refiero a cerrarlas al tráfico, como espacio de respeto de la escuela. Hoy, existe una necesidad inmediata de mayor espacio, porque hay que dividir a los alumnos. No se podrá tener 30 niños dentro de un aula, habrá que buscar nuevos lugares y esto podría ser una posibilidad. En este sentido, espero que las alternativas no se limiten a dividir entre niños que van a la escuela y niños que se quedan en sus casas. La escuela deberá buscar otros espacios, que pueden ser también dentro de la escuela, como aquellos lugares antes dedicados a hacer gimnasia, o el patio de los recreos. Hay que renunciar al aula, que además es una estructura que no es natural.
*Psicopedagogo italiano, su último libro es Por qué la infancia: Sobre la necesidad de que nuestras sociedades apuesten definitivamente por las niñas y los niños.
TURISMO
Natalia Bayona: "Es un tiempo para priorizar la innovación y la sostenibilidad"
El turismo está en un punto de transformación. El impacto del covid-19 ha sido sin precedentes y ha mantenido un estado de incertidumbre a nivel mundial. Sin embargo, este es un tiempo para repensar el modelo de desarrollo y priorizar la innovación y la sostenibilidad como nueva normalidad. Esto implica continuar afianzando la transformación digital, aumentar el apoyo a los emprendedores y abrazar los nuevos proyectos para generar un turismo más innovador. También supone crear productos diferenciados, que incluyan destinos de proximidad y eviten las concentraciones masivas, a la vez que aporten a las economías locales y al medioambiente a través de un aprovechamiento de los atractivos de la agricultura, la naturaleza y los deportes.
Por otro lado, la recuperación de la confianza es clave. Para lograrlo, hay que implementar protocolos de bioseguridad y establecer un mercadeo inteligente que provea información clara y motive a viajar con responsabilidad cuando las condiciones lo permitan. En este sentido, es importante enfatizar que el éxito llega cuando estas estrategias se dirigen tanto a los viajeros como también a los residentes.
La probada resiliencia y dinamismo del turismo permitió superar otros momentos difíciles como el SARS o la crisis financiera internacional, después de la cual se obtuvieron 10 años de crecimiento continuo. En este sentido, trabajar por el turismo permitirá una recuperación incluyente.
*Experta Senior en Innovación, Transformación Digital e Inversiones de la Organización Mundial del Turismo (OMT).
ECONOMÍA
Osvaldo Rosales: "Lo que viene puede ser una oportunidad para cambios progresistas o una profundización de tendencias retardatarias: nada está escrito"
En los debates sobre la pospandemia aparecen dos escenarios polares: uno optimista, donde la crisis sería una oportunidad para reformar el contrato social, favoreciendo a los excluidos al incorporar más solidaridad en impuestos, educación, salud y pensiones, desatando una ola de innovación y productividad hacia procesos más sostenibles. La otra visión predice escenarios de menor crecimiento, con ampliación de las desigualdades y retorno a fronteras proteccionistas que limitan los intercambios comerciales.
Lo más probable es que en unas décadas se aprecie un resultado mixto, si bien nada está escrito y todo depende del accionar político de los años próximos. Por lo pronto, se pueden listar las siguientes tendencias probables:
- Crecerán el peso y las funciones del Estado
- Crecerán las demandas por mayor justicia social
- La salud pública ganará presencia
- El vínculo entre democracia y seguridad pública puede salir debilitado
- El derecho a la privacidad saldrá averiado de esta crisis
- Experimentaremos cambios en la estructura productiva y de consumo
- Los impactos sobre el empleo y el salario serán significativos: más conectividad y tele-economía
- El ingreso básico universal entrará con fuerza al debate
- Aumentará la deuda pública y el debate se centrará en quién pagará la cuenta
- Aumentará la concentración económica
- La brecha tecnológica agravará las desigualdades entre países y al interior de ellos
- Más proteccionismo y desglobalización en el corto y mediano plazo
- Se agravará el conflicto entre multilateralismo y unilateralismo
- La disputa sobre las redes 5G adquirirá mayor relevancia aún
- Crecerán las tendencias contradictorias en materia de cambio climático.
Lo que viene puede ser una oportunidad para cambios progresistas o una profundización de tendencias retardatarias que ya están en curso. Las crisis no tienen una salida única, ni menos mecánica, por más graves y profundas que sean. Si el liderazgo político progresista no se hace presente, la salida no será progresista.
*Economista y consultor internacional, exdirector de Relaciones Económicas de Chile. Entre 2005 y 2015 estuvo a cargo de la División de Comercio Internacional e Integración de CEPAL, Naciones Unidas.
VÍNCULOS
Luciano Lutereau: "El mundo pospandemia se va a dividir entre la productividad virtual y recuperar los vínculos"
Cada día confirmo más que después de un primer momento de hipocondría motivada por el miedo, la cuarentena implicó duelos. Duelos de relaciones previas, de lugares del pasado, de deseos no realizados. Esto se comprueba en que cambió el modo de soñar: con sueños densos, hiperintensos, de reelaboración. Los cuadros patológicos que nos vamos a encontrar van a depender de nuestra incapacidad para hacer duelos, algo a lo que no veníamos acostumbrados por el tipo de vida ansiosa y compulsiva que vivíamos. El mundo pospandemia va a estar dividido entre una funcionalidad extrema y permanente, basada en la virtualidad, cuyo sujeto es productivamente ansioso, y el desafío de recuperar una vincularidad que no haga del otro un instrumento, una prótesis de mis deseos, sino alguien que interpele y eventualmente me lleve a cambiar. No por nada hoy se habla de zona de confort. La cuarentena nos devolvió nuestro mensaje: "¿Querías confort? Acá tenés". Y ahora vivimos todos hogareñamente explotados.
Esto puede traducirse en diversas escenas. En el caso de los niños, hasta ahora podemos prever regresiones transitorias, que no son retrocesos, sino el modo en que los niños recuperan etapas previas para darles una vuelta más, para cerrar un punto de fijación, para crecer. También aparecieron tics o conductas compulsivas por la falta de espacio para proyectar el cuerpo. El juego necesita amplitud. Y esto, a su vez, nos conduce a replantearnos otras cuestiones. Lo que hoy notamos es que la familia no se sostiene desde la pareja conyugal (maridos y esposas), sino desde la pareja parental (papá y mamá), y esto trae nuevos conflictos porque la familia de hoy se basa en que las personas no pasen mucho tiempo juntas, porque no se eligen como compañeros más que para criar.
*Doctor en Filosofía y Psicología, autor de Más crianza, menos terapia. Ser padres en el siglo XXI (Paidós) y Esos raros adolescentes nuevos. Narcisistas, desafiantes, hiperconectados (Paidós).
INFORMACIÓN Y REDES
Natalia Aruguete: "Asistimos a una creciente polarización de origen político, identitario y, sobre todo, afectivo"
En el marco del aislamiento social decidido como medida sanitaria para combatir la pandemia, asistimos a una serie de dinámicas relativas a la creación, el consumo y la circulación de discursos –noticiosos o no– que corren en forma paralela. El aumento, no siempre estable, del consumo de medios tradicionales se conjuga con el uso intensivo de redes sociales virtuales. En una reciente encuesta que realizamos junto con el investigador Ernesto Calvo, constatamos que las motivaciones para conectarse a redes sociales son mantenerse informados, conversar sobre política, saber más acerca de amigos y familiares, o aburrimiento, en ese orden decreciente. Es decir que la principal razón que explica la conexión a redes es social; la segunda, cognitiva.
Que estemos más expuestos a la comunicación virtual, sin embargo, no nos hace más conscientes de lo que ocurre, tampoco nos da mayores certezas acerca de datos.
Que estemos más expuestos a la comunicación virtual, sin embargo, no nos hace más conscientes de lo que ocurre, tampoco nos da mayores certezas acerca de datos y precisiones que pinten una pandemia cuyo derrotero no es claro aún. En algunas ocasiones, esa socialización virtual nos expone al consumo incidental de una cantidad desmesurada de mensajes noticiosos, muchas veces espurios y provenientes de medios apócrifos, denominados "fake news mills". Una de las consecuencias más negativas de ello es que perdemos noción de la fuente que produce esa información. La otra, que construimos tópicos y encuadres mediáticos con bits de información fragmentada y descontextualizada. En otras ocasiones, nos conmina a participar de mecanismos de violencia singulares, distintos a los que caracterizan los encuentros cara a cara. Se trata de una violencia de la que participamos tanto activa como pasivamente: quedamos expuestos a ataques e intimidaciones, pero también los ejercemos.
En Argentina, la pandemia transitó etapas de consenso y de polarización. Al comienzo, con una aceptación social ciertamente generalizada de esa decisión preventiva, la proliferación de noticias falsas y teorías conspirativas respondió principalmente a la necesidad de llenar vacíos en la información en un escenario en el cual la única certeza era la falta de certezas. En las últimas semanas, en cambio, asistimos a una creciente polarización de origen político, aunque también identitario y, sobre todo, afectivo. La identificación partidaria –predictora de los sentimientos de temor y aversión extendidos– influye no solo en la distancia que nos aleja de un otro distinto, sino que da cuenta de las diferencias en la percepción del riesgo: los votantes oficialistas temen enfermarse mientras que los opositores tiemblan por la posibilidad de perder su trabajo. Y es entonces cuando, a mayor activación de esa grieta que parecía puesta en suspenso, los actos de intolerancia, de incivilidad y de bullying marcan la forma y el ritmo de una confrontación discursiva que nos lleva hasta extremos irreconciliables.
*Investigadora del Conicet y de la Universidad Nacional de Quilmes. Autora, junto a Ernesto Calvo, deFake news, trolls y otros encantos (Siglo XXI).
SISTEMA POLÍTICO
Alejandro Grimson: "El mundo poscovid será con estados sin dogmatismos, que puedan proteger a sus poblaciones"
La pandemia, los cierres de frontera, las políticas de salud mostraron que solo los estados nacionales tienen capacidades para intervenir ante crisis sanitarias y económicas. Los organismos multilaterales pueden dar recomendaciones o brindar apoyo a los estados. Pero cada país tuvo una política propia para abordar la pandemia. Esto reveló el error de intelectuales globales que a fines del siglo pasado pusieron de moda la idea de que el papel del Estado había desaparecido. En el contexto neoliberal, los estados tendieron a recortar la protección social, incluyendo los sistemas de salud. Esa es la primera lección de la pandemia. El mundo después del covid será con estados que necesitan desplegar nuevas capacidades sanitarias, educativas, tecnológicas, económicas. Estados sin dogmatismos, del siglo XXI, que puedan proteger a sus poblaciones. Y, en la Argentina –y esperemos que en toda la región–, estados intensamente democráticos, que planifiquen los mecanismos de sostenibilidad económica, social, ambiental y política. Solo hay democracia si hay Estado, si hay mecanismos en función del interés general. Ojalá el mundo avance hacia un proceso centrado en el ser humano y en la sociedad, no en el individualismo y en mercados feroces. Más democracia, más decisión de las grandes mayorías.
*Doctor en Antropología por la Universidad de Brasilia, profesor de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) e investigador del Conicet. Hoy, responsable del programa Argentina Futura.
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