La primera
En 1826, el francés Joseph Nicéphore Niépce fue quien comenzó a usar una cámara fotográfica, fabricada por Charles y Jacques Vincent Louis Chevalier en París. Ya en 1890, una compañía estadounidense inventó la Ready Photographer, la primera descartable. No era de consumo masivo, pero sí de un solo uso. Era estenopeica y tenía una placa de vidrio seca y un estenopo de hojalata. Además, venía con un fuelle, para plegarla hasta que quedara chata.
El boom
Para los años 80, en uno de los apogeos de consumo del siglo XX, el uso de las cámaras descartables explota de la mano de las grandes empresas de fotografía. Aunque las más usadas en la Argentina fueron las Kodak, la primera fue Fuji. Se lanzó en Japón en 1986. Se llamaba QuickSnap y, como el resto, era una cámara de un solo uso, en la cual, la lente y el rollo estaban incluidos en la misma caja de cartón.
En el arte
Harto de las imágenes retocadas, Matt Titone, fundador de la agencia creativa estadounidense ITAL/C, en 2017 les dio una cámara desechable a distintos artistas y, con el resultado, armó 27 Frames, una exposición en Los Ángeles. Desde 2015, el grupo británico de artistas Café Art reparte cada año cámaras descartables entre personas en situación de calle y, con sus capturas, hacen el calendario My London, cuya recaudación se destina a la ayuda social.
Antes de la era digital
- Dónde. Se compraban en casas de revelado, en kioscos y en puestos de diarios. Salían apenas un poco más que un rollo, por lo que eran ideales para salir de apuros a la hora del clic espontáneo.
- Salvadoras. Para las vacaciones y los viajes de egresados. También para fiestas de casamiento: se dejaba en las mesas para que cada persona invitada sacara fotos.
- Clásico. En el segundo capítulo de la octava temporada de Friends, "El jersey rojo", que se emitió en 2001, Chandler va a revelar las fotos que hicieron los invitados en la fiesta, pero no encuentra la bolsa con las cámaras descartables.
Retazos de historia
Durante la Guerra de Malvinas, un grupo de soldados argentinos se fotografiaron en las islas con una cámara descartable, que perdieron. Derek Pettersson, un kelper, la encontró el 17 de junio de 1982 en las calles de Puerto Argentino. Era una Kodak desechable y reveló el rollo. El isleño no solo guardó las fotos; años más tarde, cuando tuvo la tecnología a favor, digitalizó las imágenes. En 2012, Alejandra Conti, periodista de La Voz del Interior, fue a cubrir el 30° aniversario de la guerra y conoció a Pettersson, que le dijo: "Me gustaría saber si esos chicos sobrevivieron. Tenemos la misma edad".
Así que comenzó la campaña en las redes #FotosPerdidas, a la que se sumó el equipo del documental Malvinas/30.
En 2014, una chica en Facebook comentó: "La foto n° 9 es mi papá". Aquel joven seguía vivo, y contó que habían sacado las fotos al llegar a las islas, pero que no recordaba los nombres de sus compañeros. La periodista y el equipo documental, entonces, trabajaron para terminar de localizar al resto. Y lo lograron. El 30 de marzo de 2014, fue publicada en el diario cordobés la nota que reúne, 32 años más tarde, las fotografías con sus protagonistas.