“Nos mudamos juntos y me di cuenta de que mi novio no sabe limpiar”
Tomás (35) lleva todos los viernes sus camisas a la tintorería para que las limpien y planchen. Sus condimentos de cocina están prolijamente ordenados en un estante que diseñó él mismo en su estudio de arquitectura. El acolchado de la cama siempre está bien puesto con sus respectivos almohadones y en el baño puso un dispositivo que larga un perfume cada vez que alguien cierra la puerta. Su departamento de Colegiales no sólo huele a lobby de hotel carísimo, sino que cada objeto tiene un lugar asignado. Todo esto cambió desde que Tasio (27), su flamante novio, se mudó al hogar y descubrió el muchacho poco y nada sabe de mantener el orden y la limpieza de un departamento.
"Él viene de vivir con los viejos y es tremendo cómo no sabe ni hacer bien la cama. ¡Todo le hacían en la casa! No sabe limpiar. El otro día volví a enjuagar todo lo que ‘lavó’ de la cena. No quiero ser un denso con la limpieza, pero no maneja ni el ABC del tema. Tampoco quiero estar retándolo como si fuese la mamá, pero sí que tenga todo más o menos limpio", sostiene del otro lado del teléfono.
Consejo
Laura Rejo, coach de pareja, nos acerca una posible manera para encarar este conflicto:
"Cuando comenzamos una convivencia, afloran conflictos sobre las situaciones cotidianas que hasta ese momento eran ignoradas, simplemente porque no eran visibles en la relación. Por suerte, el ser humano aprende, eso nos hace adaptarnos a nuevas situaciones y condiciones, y desde ya, lo que fue ayer, no es hoy y tampoco tiene que ser mañana. Todos podemos aprender cuando no sabemos.
Lo interesante para la relación es darse cuenta que podría haber opiniones diferentes sobre qué es lo importante aprender en la convivencia para la convivencia. Conversar sobre lo que cada uno ve como importante para el convivir es lo que va a ir marcando el camino de lo que se puede o no lograr juntos.
Las preguntas que podrías hacerte, en este caso, estarían orientadas a mirar si es muy importante para vos que aprenda (a limpiar) y si sos capaz de pedirle al otro que aprenda algo que es muy importante en la convivencia para vos, y que por ahí no lo es tanto para él. También es bueno saber que si el otro no hace lo que esperas de él, no se acabó el mundo, simplemente se puede crear una tercera opción en la cual ambos estén involucrados y los satisfaga (por ejemplo, contratar a alguien para limpiar).
Las posibilidades de una pareja son, como la manta: si la manta es chica, uno de los dos va a tener frío a la noche. Una pareja que deja a uno de sus miembros ‘sin abrigo’ garantiza el resentimiento. La idea es tejer más manta, incluir las posibilidades para que ambos se sientan cobijados".