Año Nuevo: el doodle de Google para celebrar la llegada del 2022
Como suele hacer, el famoso buscador le dedicó su última modificación de logo a la despedida del 2021
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LA NACION
En el calendario gregoriano, el 31 de diciembre es el último día de año y es conocido comúnmente como la “Nochevieja” y representa la víspera de Año Nuevo. Con motivo de celebración del cierre de un nuevo ciclo anual, el buscador Google le dedicó su doodle (es decir, las clásicas modificaciones a su logo) a esta fecha, a la espera del comienzo de 2022.
En esta ocasión, la sutil intervención artística presenta un Google festivo, adornado con luces navideñas rojas, azules, amarillas y verdes, que rodean el clásico logo del buscador. A su vez, la letra “G” fue decorada con un bonete y en la “O” central, completamente amarilla como un sol, se ubica una especie de caramelo envuelto con el 2021 sobre sí.
El calendario gregoriano se empezó a utilizar a partir del 1582, cuando reemplazó al juliano, que había sido implementado por Julio César en el año 46 a.C. El nuevo elemento lleva el nombre del Papa Gregorio XIII, su principal promotor, que lo promulgó desde su inicio.
Al principio fue adoptado por países con un vínculo estrecho con la iglesia católica como España, Italia y Portugal. Si bien las culturas anglicanas, luteranas y protestantes lo rechazaron, de a poco fue insertándose en el resto de Europa hasta imponerse en la actualidad como el calendario más utilizado del mundo.
A pesar del rechazo de los primeros años, con el paso del tiempo sufrió modificaciones y se debió adaptar a las diferentes culturas del mundo. Así, su funcionalidad se extendió a la mayoría de las culturas, aunque algunas como la judía o la china optan por su propio sistema. No obstante, estas civilizaciones se adecuan a sus fundamentaos, lo emplean de otra manera y, a menudo, lo llaman como el “año comercial”.
El misterio de los diez días que nunca existieron
Hace más de 400 años atrás, el Papa Gregorio XIII tomó la particular decisión de dar inicio a la reforma que se conoció como el calendario gregoriano. Curiosamente, la cronología predecesora culminó un jueves 4 de octubre y tuvo su correlato el viernes siguiente, que fue declarado como el 15 de octubre en el nuevo ciclo.
A través de esta decisión, 10 días del calendario se esfumaron.
A pesar de la fuga de ese período de tiempo, su implementación se impulsó por un desfasaje que acarreaba el juliano debido a un cómputo inexacto del número de días con el que cuenta el año trópico. Este estaba constituido por 365,25 días, mientras que la cifra correcta es de 365,242189, es decir, 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45,16 segundos.
De esta manera, esos 11 minutos acumulados adicionalmente durante los 1257 años que se utilizó, daba un error de 10 días apropiadamente. Por eso se tomó la decisión de enmendarlo e implementar un nueva regla general del bisiesto cada cuatro años. Según su fundamento, la duración básica del año es de 365 días, pero serán bisiestos (es decir tendrán 366 días) aquellos años cuyas dos últimas cifras son divisibles por 4, exceptuando los múltiplos de 100.
Finalmente, con al promoción del Papa Gregorio XIII, comenzó un nuevo ciclo anual en casi todo el mundo. En la Europa católica se adoptó rápidamente, mientras que las zonas protestantes no lo hicieron hasta 1700, Gran Bretaña hasta 1753, Japón en 1873 y Rusia en 1918.
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