No tengo ganas de nada: cómo vencer la desmotivación y encontrar un balance en la vida
Todos nos hemos enfrentado a momentos difíciles donde nos sentimos agobiados y sin esperanzas a la vista
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Frente a algunas circunstancias que nos toca atravesar, en muchas ocasiones, sentimos que no tenemos deseos de nada. Y, sumado a este “bajón” anímico, enfrentamos, además, muchos problemas. Podemos abordar el tema del agotamiento desde dos perspectivas:
a) Un modelo de análisis dice que las dificultades económicas, las enfermedades, las mudanzas y tantas situaciones complicadas que vivimos hacen que terminemos agotados.
b) Según otro modelo, que no es muy conocido, experimentamos, en primer término, factores estresantes (problemas familiares, dificultades laborales, etc.); luego viene la normalidad, que puede durar un año, y, después de ese lapso, sentimos que nos agotamos, que estamos desmotivados.
Lo que sucedió es que, en medio de la dificultad, el cuerpo nos proveyó energía y, ahora que estamos bien, nos la está reclamando. Es por ello que no tenemos deseos de nada, lo cual se conoce como “moratoria psíquica”. Cuando estoy desmotivado, cansado, estresado, ¿qué puedo hacer? Veamos dos ideas prácticas:
Supongamos que tengo que sostener con mi mano un jarrón con una medida y un peso posibles. ¿Lo puedo levantar? Sí. ¿Lo puedo sostener? Sí. Pero si lo sostuviera por el término de 5 o 6 horas, se me acalambraría el brazo. Lo importante no es cuánto pesa el jarrón, sino cuánto tiempo lo sostengo.
Los factores estresantes no dependen de su nivel, de que sean fuertes o débiles, sino de cuánto tiempo los mantenemos rumiando en nuestro mundo interior. Necesitamos aprender a soltar. Es decir, a fijar un tiempo específico para pensar un tema y luego soltarlo. Lo soltamos cuando lo podemos poner en palabras, pero no deberíamos cargarlo todo el día.
Para disfrutar de un balance en la vida, todos nosotros debemos ser como un tren llamado “push-pull”. Este contaba con un motor que tiraba para adelante y un motor, en el último vagón, que empujaba. Esta imagen es una metáfora de la salud mental: los seres humanos necesitamos presión porque, si no tuviéramos desafíos, exigencias, presiones, no seríamos capaces de funcionar.
Lo ideal es mantener un balance entre presión y motivación, entre tirar y empujar. Si solo tenemos presión, nos terminaremos estresando. Y, si solo tenemos motivación, en algún momento, nos cansaremos. Pero, con presión y motivación en equilibrio, descubriremos una fuerza interior desconocida frente a todas las vivencias que se suceden día tras día.
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