Marcelo Cuggini, el estilista que atiende a Alberto Fernández desde hace seis años, niega haber cobrado un beneficio de 600 mil pesos del Ministerio de Trabajo
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El empresario Marcelo Vicente Mazzei, conocido como Marcelo Cuggini, peluquero de muchas estrellas de la televisión y también del presidente Alberto Fernández, cobró una relevancia inesperada luego de que se conociera que su fundación había sido beneficiada por el Ministerio de Trabajo con un subsidio de 600 mil pesos. En esta entrevista exclusiva para LA NACION, el primo del famoso Fabio Cuggini -de quien hace años está distanciado- niega haber recibido esos fondos, habla de su relación con Alberto Fernández, a quien atiende desde hace seis años, y detalla cómo son sus ingresos a Olivos y a la Casa de Gobierno. Dirá, más adelante, que el presidente le paga “dos mil pesos de su bolsillo” y que le corta “en la oficina o en el baño de la Quinta Presidencial”.
-¿Recibiste los seiscientos mil pesos del gobierno para tu Fundación?
-No, lamentablemente te digo que no. Mirá, además de ser peluquero, soy instructor de peluquería. Tenía dos escuelas de peluquería pero las tuve que cerrar por la falta de presencialidad. No me daban los números...
-¿Armaste tu fundación para recibir ese dinero del Estado?
-La fundación la abrí con la intención de ayudar a la gente de bajos recursos, capacitarlos en un oficio para que puedan salir de los planes sociales y logren insertarse en el mercado laboral. Pero, lamentablemente, no lo pude hacer. Me fundí en la pandemia y esos subsidios que tenía destinado el Ministerio de Trabajo a mí y a otras treinta personas, también dedicadas a la formación de oficios, se dieron de baja, supongo yo, por la situación de la pandemia. A nadie se lo otorgó nada. Estaba aprobado, pero a nadie se le otorgó nada.
-¿Sos el peluquero oficial de Alberto Fernández?
-Soy el peluquero de Alberto Fernández.
-¿Desde cuándo?
-Hace aproximadamente seis años que le corto el cabello. Yo lo veo como que tengo un cliente que llegó a presidente.
-¿Cuánto influyó tu relación con el ahora presidente para el otorgamiento de ese subsidio que vos decís que no recibiste?
-Yo hice el caminito como todos a través del Ministerio de Trabajo. Estuve toda la cuarentena obligatoria, esa muy estricta, presentando papeles por mail: un montón de certificados y otras cosas, tratando de calificar para que me den un subsidio. Más que nada, te vuelvo a repetir, para utilizar la estructura que yo ya tenía y hacer un acto benéfico.
-¿En qué consistía el acto benéfico si te daban seiscientos mil pesos?
-El presupuesto que yo les pasé era más (..) era para cien chicos. Esta era la primera etapa.
-En la resolución del subsidio del 16 de julio del 2020 se habla de una “Línea de fortalecimiento institucional y certificación de calidad…”; pero no dice cuál era la contraprestación por ese dinero.
-Yo nunca recibí esa resolución. Me enteré por los medios, pero nunca me llegó. Me tendrían que haber informado, yo debería haberla aceptado por medio de una carta formal y emitir la factura. Eso nunca se realizó porque no la recibí nunca y, además, en el ínterin tuve que cerrar las escuelas y no pude seguir más con la actividad presencial. Además, te cuento, no se trataba de un subsidio sino de un beneficio a través mío para un montón de aspirantes que iban a tomar el curso de peluqueros masculino o femenino. Además les dábamos un maletín con herramientas, salían listos para trabajar. El curso de ocho meses que doy es para peluquero oficial. Salían con el diploma, los egresados podían abrirse una peluquería en su casa…
-¿Cuándo armaste tu fundación?
-La venía pergeñando hace un montón y justamente salió en diciembre del 2019.
-Justo el mes en que Fernández asumió como presidente…
-Esto lo denunció mi primo y ex socio Fabio Cuggini que consiguió primero la resolución, antes que yo.
-Fabio dice que lo contó para no verse involucrado en esta cuestión
-El empezó con todo esto…
-¿El año pasado y este año le cortaste el pelo al presidente?
-Sí, yo voy cuando él me llama, cuando me lo pide.
-¿Una vez por mes?
-No, Alberto no se fija tanto en la belleza. Es bastante informal con el pelo, ya lo habrás visto…
-¿Cuándo le cortaste por última vez?
-Hace unos dos meses, ya le tendría que volver a cortar…
-¿Estuviste el 2 de abril en el cumpleaños del presidente o el 14 de julio en el cumpleaños de Fabiola Yañez?
-No, no… No tengo esa confianza. Yo soy solo el peluquero.
-¿Por qué en tus ingresos a la Quinta de Olivos te registrás como Cuggini y no como Marcelo Vicente Mazzei?
-A mí me conoce todo el mundo como Marcelo Cuggini. Con mi auto yo voy a Olivos, no con auto oficial. A casa de gobierno voy en taxi -y me lo pago yo-. Al llegar digo “vengo a ver al señor presidente de parte de Marcelo Cuggini” y le doy el documento. Si le digo Mazzei no entro más… Lo que anotan en la entrada no es mi responsabilidad.
-¿Te llamó en estos días el presidente?
-No tuve contacto con él, no me llamó aún.
-¿Por qué el domicilio de la fundación figura en la calle Alicia Moreau de Justo 1750, en donde hay otra empresa?
-Hay dos direcciones que me pide la AFIP. Una es la avenida Córdoba 1525, en donde yo tenía una de las escuelas. Lo de la calle Alicia Moreau de Justo es un error tal vez del Estudio Contable, tal vez se traspapeló con otra empresa anterior.
-Tenés otras cinco sociedades: LUGIAMI S.A; SINLIMON S.A; DESARROLLANDO S.A y METODO Y SISTEMA S.R.L.
-Tres de estas cinco ya las cerré. Desarrollando es una de las que quebró. Método y sistema, también quebró y dos están vigentes.
-¿Las sociedades tienen contratos con el Estado?
-No. Las sociedades son para las peluquerías. Llegué a tener como treinta empleados.
-¿Y la fundación?
-No existe, nunca tuvo ninguna actividad…
-¿Fue creada para obtener un beneficio del Estado?
-No, esa fundación fue para hacer algo que siempre quise hacer en mi vida… algo como para colaborar con mi país y capacitar a la gente para que no cobre planes sociales. Pero resulta ser que cuando alguien se compromete a hacer algo, se lo cuestiona.
-Pero vos le pediste dinero al Estado antes de arrancar…
-No, estás equivocado. Yo no recibí el dinero porque se cayó el programa, como todos los programas, por la situación y yo a la vez en el ínterin me fundí… No había manera de capacitar a la gente. No me lo dieron y tampoco me notificaron, tengo los extractos bancarios que lo demuestran, tengo el comprobante de la AFIP que demuestra que no emití ninguna factura. Solo tengo dos salones; uno en la avenida Pueyrredón y Pacheco de Melo y el otro en Tucumán entre Montevideo y Rodriguez Peña.
-¿Tuviste otros contratos con el Estado?
-No, y después de esta experiencia no volveré a intentarlo. Prefiero hacer la mía y que la gente vaya a aprender a cualquier otro lado; que se preocupe otro por aprender a la gente porque en este país solo te cuestionan cuando querés hacer algo.
-La suspicacia surge por tu relación con el presidente…
-Sí, está bien, pero yo te hago una pregunta: si vos tuvieras la posibilidad de estar en el poder, dar una mano y ayudar ¿por qué no lo podés hacer?
-Pero con dinero del Estado…
-Pero no era para mí, era para capacitar a la gente. Yo perdía plata con esto. A ver si me entendés: yo no vivo del Estado. Yo hace ocho años que tengo escuelas de oficio. Venía muy bien y lamentablemente las tuve que cerrar por la pandemia. Mirá si yo tuviera tantos beneficios por ser el peluquero del presidente, no hubiese cerrado, no hubiese fundido y no me hubiese agarrado un linfoma de Hodgkin de grado dos en plena pandemia a causa de la depresión que me agarró por haber cerrado y haberme fundido en los negocios.
-¿Y ahora cómo estás de salud?
-Terminé con quimioterapia en febrero y pelado le hubiese cortado el pelo a Alberto. El me decía “¿Cómo estás?”, me llamaba por teléfono, se preocupaba por mi salud porque sabe que yo me enfermé por la gran angustia que me agarró por haber quebrado y perdido un montón de dinero en la cuarentena. Yo soy un damnificado más de esta pandemia y de este proceso de involución que hizo la Argentina y el mundo a nivel económico.
-¿Cuándo se conoció este tema no lo llamaste?
-No, mirá si yo lo voy a molestar por esto.
-¿Conocés a Fabiola Yañez?
-A Fabiola le cortábamos el pelo nosotros antes de que él fuera candidato a presidente. Vino a mi peluquería de la calle Tucumán un par de veces y después no vino más. La conozco pero no tengo más trato con ella desde hace muchísimo tiempo.
-¿Cuándo vas Olivos le cortás solamente a Alberto Fernández?
-Solo a él. Vos sabés que yo voy, lo espero sentadito una hora, a veces dos horas, porque tarda en la reunión, le corto el pelo en el baño o en la oficina. Es eso solo, uso barbijo, todo.
-¿En cuál de las casas de Olivos?
-En la oficina. Yo el chalet no lo conozco, no sé ni dónde queda. Yo lo veo ahí al fondo pero yo le corto en las oficinas de él.
-Si te llama ¿vas a volver a ir?
-Por supuesto, ¿qué tiene de malo? (...) Este Fabio (por Cuggini), que es mi ex socio, se encargó de decir que yo cobraba 600 o 700 mil pesos por cortarle el pelo al presidente.
-¿Y cuánto le cobrás al presidente?
-Dos mil pesos, que es lo que cobro yo por mi servicio de corte, y me lo paga él de su bolsillo. Y es más, voy con mi auto, gasto mi nafta.
-La fundación tuvo una resolución a favor del Estado…
-Y sí, yo no soy Messi que pongo plata de mi bolsillo para poder hacer eso. Es una estructura, y todo mi conocimiento, que no es poco.
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