"No lo quiero más": el lado B de los perritos adoptados
No todo es felicidad en el después de la vida de los perros adoptados. En principio, ellos también posan para la foto en redes sociales en un estado de euforia, al menos, durante las primeras horas de su estancia en el nuevo hogar. Pero quizás esa alegría se convierta en una imagen tan efímera como las historias de Instagram. Porque el cuento no termina con el furor y la bondad de la adopción, sino que continúa durante el tiempo de convivencia con su dueño/a. Y acá el lado b de la historia es que muchos perros se devuelven al refugio de donde fueron adoptados en menos de un mes, una semana e incluso menos veinticuatro horas.
Lo curioso es que también hay otros casos de perros que son devueltos después de años de convivencia. Y de ahí el desconcierto, ¿cómo puede ser que después de tanto tiempo los devuelvan al refugio de donde los adoptaron? ¿Acaso no desarrollaron un vínculo? Son casos reales: "Braulio murió con nosotros, era un perrito de tamaño chihuahua. Lo dimos en adopción cuando tenía cinco años y a los ocho nos lo devolvieron porque los dueños se mudaban", cuenta Lorena Pla, voluntaria del refugio Mascotas en Adopción.
Lola acumula un par de nombres en su derrotero por hogares que primero la quisieron y después ya no. Hoy vive feliz con una pareja, su hija y la abuela, sin embargo antes de llegar a esta casa, la perrita mestiza adulta y de tamaño pequeño tuvo que sufrir el abandono de una familia que la tuvo una semana y decidió devolverla porque, al parecer, no se adaptaba al nuevo ritmo. Pero eso no fue todo, meses más tarde llegaron otros candidatos que parecían muy contentos con ella, hasta le cambiaron el nombre y le pusieron Missandei -como el personaje de Game of Thrones-, pero la dejaron de vuelta en el refugio a los treinta días de conocerla por considerarla hiperactiva. "Cuando los devuelven no sabemos hasta qué punto es un tema de la subjetividad de los adoptantes, si el perro fuera ingobernable no podría vivir en ningún hogar y hoy, por ejemplo, la actual Lola es muy feliz desde hace más de un año con su nueva familia", señala la voluntaria.
¿Cómo puede alguien devolver a un perrito que adopta por iniciativa propia? El fenómeno es más común y doloroso de lo imaginado. Cuenta Andrea Blanco del refugio Mascotas Puerto Madero que a fines de 2015 encontraron a Terry, un cachorrito que nació dentro de un caño en una obra en construcción cerca de la Reserva Ecológica de Costanera Sur. Eran seis en total, tres de los cuales murieron el mismo día del rescate. La mamá no los aceptó y los tres sobrevivientes tuvieron que ser alimentados a mamadera. El primero en ser adoptado fue Terry que se fue del refugio en enero de 2016. Una pareja con un chiquito se lo llevó a su casa, pero la estadía duró poco. En menos de un año Terry volvió al refugio. Sus aventuras continuaron: en tres meses fue adoptado y nuevamente devuelto en febrero de 2017. Hoy, "el negro" como también lo llaman, vive desde hace más de un año y medio con una pareja de venezolanos que están encantados con él. "Nosotros informamos todo sobre el animal que te vas a llevar a tu casa. No podemos ocultar nada. Por eso, nos cuesta entender que el tema sea el perro, el asunto tiene que ver con el tipo de vínculo que se establezca con él", asegura Blanco.
Por qué los devuelven
Los especialistas aseguran que los perros adultos no suelen sufrir devoluciones pero sí los más pequeños. "Los cachorros son lo que más vienen de vuelta debido a que mientras crecen van formando su personalidad y esto debe ser acompañado por los adoptantes. Es un ida y vuelta donde las dos partes tienen que conocerse y formar un vínculo", afirma Remo Valetin, Gerente de Servicios y Plan de Adopción Responsable de Puppis.
Y así como los cachorros son los más devueltos, de manera directamente proporcional, son los que la gente más quiere llevarse. Les fascina la idea de un perrito sin meditar a conciencia lo que implica criarlos bien. "La mayoría de los adoptantes quiere cachorros. Nosotros les decimos que hasta que no se vacunan no pueden salir a la calle y eso son cuatro meses. También tienen que saber que si viven en un departamento y se van a trabajar ocho horas por día, es lógico que cuando lleguen se encuentren con un panorama de pis y caca por cualquier parte. Además, al ser tan chiquitos no hacen mucho, sólo duermen y comen. Entonces, primero eso, no se dan cuenta de todo el trabajo que lleva un perro, en especial, los cachorros", explica Pla.
Entre las razones para devolver perros, la primera es que los adoptantes no toleran el proceso de crianza de los cachorros, "otras también comunes son mudanzas, embarazos, viajes, rupturas familiares y la muerte del dueño, entre otras", señala la representante de Mascotas Puerto Madero. Pla agrega que "vienen los adoptantes y te dicen que el perro es ingobernable y que es un maleducado. Y les pregunto qué hicieron para educarlo. En general, no los educaron, nunca le pusieron límites y los humanizaron demasiado. Los vicios vienen desde la persona".
Las mudanzas suelen ser un alto factor de devolución. "Sabemos que la vida es incierta, pero hay que saber que un animal te puede acompañar hasta quince años. Siempre hay casos de fuerza mayor, pero la mayoría lo que quiere es sacarse de encima el animal", asegura Pla.
Cómo evitar las devoluciones
- Tener conciencia de que no todas las personas de la casa tienen el manejo y la situación emocional como para enfrentarse a la convivencia con un animal y que eso no los hace malos.
- En el caso de los cachorros, hay que estar dispuestos a afrontar tanto anímica como económicamente que el perro se coma un sillón, las patas de una mesa o las manijas de los cajones. No todo el mundo está preparado.
- Saber que un perro implica una responsabilidad. No es un objeto, sino un integrante más de la familia . Además, requiere gastos, una de las cosas que les preguntan a los adoptantes es si los pueden mantener, sobre todo, en el primer año del animal porque un cachorro requiere más gastos que un perro adulto: hay que vacunarlo, necesita una buena alimentación, que le dediques tiempo de sacarlo a pasear, de enseñarle qué puede hacer y qué no puede.
- Pensar en el daño emocional que se le hace al perro en caso de devolución.
- Estar dispuestos a castrarlos como una forma de fomentar la tenencia responsables. No hay tantas familias para tantas crías, entonces, de ahí la importancia de la castración.
- Conocer lo que implica una tenencia responsable que es hoy una gran problemática. Además de lo mencionado anteriormente, saber que no hay que tenerlos atados, hay que sacarlos a pasear, desparasitarlos, alimentarlos bien. Es preferible tener uno bien que un montón descuidados.
Si estás listo, hay muchas páginas de refugios donde averiguar más y encontrar a tu nuevo compañero de vida.
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