Es la antidiva: una chica real, que prefiere andar a cara lavada y a la que no la desvela la fama. Conversadora y de sonrisa contagiosa, resulta fácil creerle cuando dice que disfruta más paseando a su perro "Rope" por Villa Urquiza o compartiendo la mesa del domingo con un ejército de tías y primas que poniéndose un vestido de autor para ir a una gala. Con veintidós años en escena, Natalie Pérez (34) construyó una carrera sólida como actriz siguiendo su intuición: escalón por escalón y lejos de las estridencias. Curiosa, está en una búsqueda constante, y así fue que después de los 30 se animó a mostrar su otra gran pasión, la música: Un té de tilo por favor, su primer disco, resultó una grata sorpresa para quienes nunca la habían escuchado cantar. Histriónica e inteligente, dueña de un cuerpo espectacular y de una cara que trae a la memoria a las divas de los años dorados de Hollywood, el 7 de noviembre se estrena su primer protagónico en cine, Amor de película, de Sebastián Mega Díaz, evento que la tiene ansiosa y con mariposas en la panza. Y aunque ella misma se define como "una minita a la antigua", Natalie es de avanzada: feminista, lanzada en el arte y en el amor (hace cuatro meses que se separó de Ramiro Gayoso, con quien convivió varios años), no hay miedo ni autoboicot capaz de impedirle cumplir sus sueños.
–En Pequeña Victoria tu personaje aporta su vientre para un embarazo subrogado. ¿Qué te pasa a vos con la maternidad? ¿Tenés ganas de ser mamá?
–¡Tengo muchas ganas! De hecho, en mi grupo de amigas todas pensaban que yo iba a ser la primera en ser mamá. Después, por esas cosas de la vida, no sucedió. Tuve tres noviazgos largos durante los cuales si llegaba un hijo iba a ser bienvenido, como lo será el día que venga. Pero bueno, no llegó.
–Tenés tiempo, la edad para la maternidad se extendió.
–Sí, y no tanto. Aunque es verdad que la edad se extendió: mi mamá a mi edad tenía tres hijos y yo pensaba que a los 34 ya iba a tener varios. Es cierto también que me dediqué mucho a mi trabajo, pero no quiero esperar tanto tiempo más. Pienso en todo, en que mis abuelos ya no van a estar, en que mis viejos van a ser muy grandes para ser abuelos.
–¿Vas a esperar estar en pareja y en una situación ideal o te animarías a ser madre sola?
–Antes de toda esta revolución de las mujeres pensé muchas veces en ser mamá sola. Pero no sé bien por qué, porque en mi familia todos los hombres son espectaculares, siempre colaborando con las mujeres de la casa, amables y cariñosos. O sea que no tengo una mala experiencia o un mal modelo, pero lo pensé muchas veces y sí, tendría un hijo sola. Obvio que formar una familia me encantaría, sería lo mejor.
–¿Hasta dónde estás dispuesta a llegar para ser madre? ¿Congelarías óvulos?
–Sí, totalmente, yo creo que si no tengo hijos en el corto plazo ya estoy en edad de hacer algo así. Creo que esta es la edad ideal para congelar óvulos, que son jóvenes. Por las dudas lo haría, no está de más.
–Te separaste hace poco tiempo de tu último novio y volviste a vivir a la casa de tus padres. ¿Fue difícil?
–Yo pensé que iba a ser tremendo pero la verdad es que no, obviamente me recibieron divino, me mimaron y pasé a oficiar de hija adolescente. Además, estaba en un momento de muchísimo trabajo y decidí volver a la casa de mis viejos por eso, porque iba a ser por unos días, y finalmente terminó siendo por bastante tiempo.
–¿Seguís viviendo con ellos?
–Me quedan unos pocos días más ahí. Ahora me voy a de viaje y cuando vuelva ya me mudo.
Cuando me separé volví a vivir con mis viejos. Pensé que iba a ser tremendo pero no, fueron como unas vacaciones
–¿El viaje es de vacaciones, de trabajo, o mitad y mitad?
–Mitad y mitad. Me voy a cantar a México, tengo una invitación de una banda amiga de acá. También voy a abrir el show de un artista local emergente que me tiene entusiasmada. Voy a conocer músicos, productores, artistas y, de paso, planeo descansar y pasear.
–¿Vas a cantar por primera vez?
–Voy por primera vez a México. A todo: a cantar y a conocer. Mi idea es aprovechar esas imágenes para grabar el videoclip de la canción nueva que sale en diciembre y salir de esta burbuja en la que estoy hace tanto tiempo. Viajar es lo que más te abre la cabeza. Comer otra comida, caminar otras calles, ver otra gente. Tengo ganas de pasear por un lugar desconocido. Descubrir otro mundo y descubrirme a mí misma. Después de la separación tuve mucho trabajo y este sería mi primer momento conmigo misma. Y también voy a festejar mi cumpleaños.
–¿Qué hacés ahora que no estás en pareja? ¿Salís con amigas, tenés citas?
–Sí, recién hace cuatro meses que me separé. Y este tiempo estuve viviendo en la casa de mis padres y trabajando de siete de la mañana a una, así que mucho no salí. Igual hago lo mismo que cuando estoy en pareja. Para mí el plan siempre es ser auténtico y hacer lo que uno quiere con o sin pareja, respetando al otro. Mis planes pasan por ir a casas de amigas o que mis amigas vengan a casa, o tomar algo con un chico. Aunque tomar algo con un chico en un lugar en el que la gente me pueda conocer no está bueno. No entiendo por qué alguien no puede ir a tomar algo sin que después salga una nota diciendo "el nuevo romance de Natalie Pérez". No, no, nos estamos conociendo, es la primera cita, ni sabemos si esto puede llegar a funcionar. O tal vez simplemente me quiero divertir y tomar algo con alguien sin ningún tipo de compromiso.
Soy de avanzar con los hombres, porque en general los que gustan de mí a mí no me gustan
–¿Los hombres se te acercan?
–No, se inhiben bastante. Igual me parece que también es por mi personalidad, porque me pasó siempre.
–Bueno, también siempre trabajaste en la tele. ¿Sos de avanzar si alguien te gusta?
–Sí, siempre. Es que en general el que gusta de mí a mí no me gusta, así que he avanzado bastante en mi vida. Pero porque nunca tuve ese prejuicio de "ay, no corresponde porque soy la mujer". También soy muy de andar avivando giles por ahí.
–Sos una mujer "lanzada" también en lo profesional, porque cuando ya estabas posicionada como actriz te largaste con la música. ¿Te dio miedo esa apuesta?
–Yo vivo teniendo miedo, pero si no hacés cosas que te pongan nerviosa y te hagan doler la panza, la vida es aburrida. Hace veintidós años que trabajo en televisión y teatro, ahora experimenté el cine, y es como que trabajar veintidós años de lo mismo es medio un embole. Y tengo 33, es casi toda mi vida dedicada a esto. No sé, quise probar algo nuevo, que alimente mis ganas de investigar y arriesgar. Porque lo que también pasa cuando trabajás en esto es que terminás haciendo cosas que otras personas deciden: el director, el guionista, el productor. Es como que no hay nada mío más que la impronta que yo le pueda dar a cada personaje que interprete. Pero con la música es ciento por ciento mío, genuino. Eso es todo yo.
Me largué con la música para experimentar el arte desde otro lugar, con algo que también sé hacer, que me gusta y que está conmigo desde toda la vida
–¿Estás satisfecha con lo que lograste hasta ahora?
–Sí, muy satisfecha. Poder hacer lo que te gusta y que funcione ya es genial. Ojo, soy consciente de que puedo hacer una canción y ser un éxito en el mundo y puedo hacer miles y que no pase nunca nada. Pero tampoco es mi objetivo.
–¿Cuál es tu objetivo?
–Mi objetivo es experimentar el arte desde otro lugar con algo que también sé hacer y que me gusta, que lo disfruto y que está conmigo desde toda la vida. Siempre fue un sueño cantar, pero me daba mucho miedo.
–¿Te queda pendiente algún sueño?
–Viajar trabajando está buenísimo. Que mi laburo me lleve a otros lugares, a conocer otra gente, eso ya me parece increíble. Que me conozcan en Israel, por ejemplo, cuando yo nunca salí de Villa Urquiza, es una locura. Vivir del arte ya es un sueño.
–Acabás de hacer tu primer protagónico en cine, con Amor de película. ¿Cómo resultó la experiencia?
–Probablemente tenga muchos errores, pero confío en todo el equipo, en el director y en Nico [Nicolás Furtado], mi compañero, que me cuidaron y me ayudaron. La pasé genial porque todo el tiempo aprendí algo de cine. Así que como una primera experiencia está muy bien, aunque seguramente me vea dentro de unos años y me quiera matar. Pero espero tener otras oportunidades para seguir aprendiendo.
–¿Sos muy exigente con vos misma?
–Insoportable. Pero lo soluciono muy rápido: no me veo y listo. Trato de laburar lo mejor posible en ese momento y después no vuelvo a mirar lo que hice. Es que es muy difícil no encontrar algo que no te guste con el paso del tiempo. En el momento pasan muchas cosas, hay un montón de factores que pueden interferir. Tu estado de ánimo, tu compañero… No sé, justo tenías la mejor escena y se cortó la luz, son muchos los imponderables. No depende de uno ciento por ciento.
–¿Cómo te llevás con las mujeres?
–Con las mujeres muy bien. Tengo mis amigas de la secundaria, mi grupo de amigas de la vida, que eran de distintos ámbitos y las fui juntando, así que hice un nuevo grupo, pero soy bastante colgada, no soy la amiga de asistencia perfecta porque siempre tengo que trabajar. No estoy todo el tiempo al pie del cañón: si me necesitás sí, ahora para ir a comprar ropa no me llames.
–¿Te sentís identificada con la lucha feminista?
–Me pasan un montón de cosas con eso, porque yo también estoy deconstruyéndome de a poco. En mi grupo de amigas la mitad son gays y muchas veces doy mi opinión sobre algo y ellas me dicen: "¡Natalie, te tenés que deconstruir!". Me van abriendo la cabeza. Por otro lado, el colectivo de actrices me parece espectacular. Por ahí no me saco fotos en las marchas pero voy y participo. Me parece bárbaro que se visualice a las mujeres empoderadas, que luchemos por nuestros derechos, pero muchas veces siento que tenemos que luchar desde la femineidad, con el amor y el sexto sentido que nos caracteriza. A mí me pasa esto. Y también me pasa que estamos tan enojados con el pasado que siento que quizás no entendemos bien que de ahí venimos, que somos eso, y que el aprendizaje tiene que ser desde ahí. Ojo, igual estoy convencida de que vamos por un buen camino, que nos cuesta porque es muy difícil cambiar y hay mucho por aprender, pero valoro todo lo que se logró en poco tiempo. Lo que pasó, ya pasó. Tenemos que tratar de construir un mundo mejor para nosotras de ahora en adelante.
Producción: Romina Giangreco para RFG Stylecoaching. Peinado y maquillaje: Ignacio Mora para estudio Olivera con productos Schwarzkopf Professional. Agradecimientos: Sofitel La Reserva Cardales, Louis Vuitton, CK, Jazmín Chebar, L’Academie Boutique, China by Antolín, Carmen Steffens, Pandora y Swarovski.
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